APÓSTOLES. Un verdadero milagro fue el que tuvo lugar ayer por la mañana en esta ciudad cuando, en medio de una feroz balacera entre policías y dos delincuentes, uno de estos últimos intentó ejecutar a un uniformado pero, increíblemente, el arma se trabó y el proyectil no salió.PRIMERA EDICIÓN pudo saber que todo comenzó alrededor de las 8.30 en el barrio La Cantera, emplazado sobre la continuación de la avenida Ucrania, hacia el norte de la localidad, a unos 700 metros de la ruta provincial 1.Hasta ese lugar llegaron efectivos de la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional VII, quienes investigaban el robo a un remisero perpetrado el mes pasado.Una vez que entraron en el lugar, dominado por casas precarias, los policías fueron recibidos “a puro plomo” por el hombre al que buscaban, identificado como “Chueco”, de unos 27 años, quien cubrió a balazos una veloz carrera hacia un sector descampado de la zona.Fue en ese momento que uno de los uniformados intentó cubrirse de los balazos y terminó en una zanja de la zona. Según el parte policial, en ese momento “Chueco” se abalanzó sobre el indefenso efectivo, le apuntó a la cabeza y gatilló. Entonces sobrevino el milagro: el arma se trabó y las balas no salieron.La situación de desconcierto, tanto de uno como de otro, fue aprovechada por los otros policías, quienes se vieron obligados a abrir fuego para reducir al peligroso maleante, quien acabó con un disparo en una mano y otro en una pierna, que le provocó fracturas.La tensión no acabó allí. Es que, al ver a su compañero de andanzas reducido, otro maleante salió de una de las viviendas del lugar con un arma de fuego e intentó repetir la actitud de “Chueco”. Sin embargo, los policías lograron reducirlo rápidamente.Parecía el final, pero tampoco lo fue. Es que el resto de los vecinos salió a la calle y comenzó a atacar a pedradas y palazos a los uniformados. La violencia de esa agresión quedó reflejada en el móvil de la Brigada de Investigaciones UR-VII, que acabó con el parabrisas totalmente destruido.Los detectives debieron pedir refuerzos y fue así como finalmente se pudo lograr el regreso a la tranquilidad después de una mañana agitada en la que no hubo víctimas fatales de milagro.Los dos maleantes terminaron detenidos, pero “Chueco” debió ser trasladado al hospital Ramón Madariaga de Posadas, donde anoche era sometido a una intervención quirúrgica en razón de las fracturas que sufrió en una pierna.En la escena los uniformados secuestraron dos armas de fuego, varios casquillos y otros elementos que hacen a la investigación de la causa. Pese a la triple agresión, de los dos sospechosos y de los vecinos, los policías terminaron ilesos. Realmente fue un milagro.





Discussion about this post