SANTIAGO (AFP-NA). “Basta ya de silencio”, exhortó ayer la presidenta Michelle Bachelet, haciendo un llamado a entregar información que permita resolver casos de violaciones de los derechos humanos cometidas por la dictadura de Augusto Pinochet.El llamado se produce luego de que, después de 29 años, la Justicia chilena ordenara la detención de doce exmilitares por el crimen del fotógrafo Rodrigo Rojas de Negri y las graves quemaduras provocadas a Carmen Gloria Quintana, quienes fueron quemados vivos por una patrulla militar en 1986.El caso, que se mantenía impune, logró avances en la Justicia luego de que uno de los conscriptos que participó del hecho rompió un supuesto “pacto de silencio” delineado por la jefatura del Ejército y narró los hechos al juez Mario Carroza.“Hay personas que saben la verdad de muchos casos que permanecen sin resolver y Chile les pide que sigan el ejemplo del conscripto Fernando Guzmán y que ayuden a reparar tanto dolor”, dijo la presidenta Bachelet en un acto público. “Así como en septiembre de 2014 dije que era necesario que quienes tuvieran información sobre las violaciones a los derechos humanos, civiles o militares la entregaran antes de que fuera demasiado tarde, hoy quiero reiterar ese llamado a quienes tengan información, porque basta de silencio”, agregó la mandataria, cuyo padre murió en 1974 víctima de las torturas infligidas por la dictadura de Pinochet.Otros cinco detenidosEntretanto, otros cinco exmilitares chilenos quedaron detenidos ayer, acusados del asesinato del fotógrafo y de las graves heridas a la estudiante tras quemarlos vivos en una protesta, un emblemático crimen de la dictadura de Augusto Pinochet que se mantenía impune.A 29 años del ataque, el juez Mario Carroza siguió emitiendo órdenes de captura en contra de exoficiales y exsuboficiales del Ejército chileno que participaron del asesinato del fotógrafo Rodrigo Rojas de Negri, de 19 años, y de ocasionarle lesiones graves a la entonces estudiantes de ingeniería Carmen Gloria Quintana, de 18.Después de detener y procesar por homicidio la semana pasada a siete exmilitares, Carroza ordenó ahora la detención de otros cinco exoficiales y exsuboficiales del Ejército, miembros de las patrullas militares que detuvieron, golpearon, rociaron con gasolina y luego quemaron vivos a Rojas y Quintana, el 2 de julio de 1986.Gravemente heridos, ambos jóvenes fueron luego abandonados en las afueras de Santiago. Rodrigo Rojas, que había regresado hacía poco a Chile tras vivir en Estados Unidos con su madre exiliada por la dictadura, murió después de cuatro días de agonía. Carmen Gloria, quien actualmente vive en Canadá, se recuperó tras resultar con más del 60% del cuerpo quemado. Aunque narró públicamente los hechos, la Justicia no había logrado hasta ahora acreditar la participación de los militares.“Todos (los detenidos) han prestado sus declaraciones. Algunos han ratificado y otros han rectificado sus declaraciones anteriores. Todos quedan detenidos y mañana (por hoy) van a ser las diligencias de careos con las otras personas detenidas”, anunció el juez Carroza a periodistas.La dictadura de Pinochet, entre 1973 y 1990, dejó más de 3.200 víctimas, entre muertos y desaparecidos.





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