POSADAS. El salvaje asesinato a piedrazos y puntazos de Gerardo Ayala (30) en el barrio San Marcos volvió a poner en evidencia el profundo drama de los más jóvenes y la delincuencia en la capital misionera. Es que entre los cinco apresados que tiene la Policía, cuatro son adolescentes, casi niños, y dos de ellos hace apenas unos días que habían abandonado la cárcel de menores.Se trata de los hermanos Rodrigo (14) y Carlos (16), quienes fueron aprehendidos minutos después del crimen junto a Mauricio (15), Alejandro (17) y “Manu” (25) cuando intentaban esconderse en distintos sectores del asentamiento Los Lapachitos, a pocos metros del barrio Los Lapachos.PRIMERA EDICIÓN pudo saber que para los investigadores habría sido el mayor de los arrestados quien le asestó a Ayala el puntazo que acabó con su vida. Sin embargo, los cuatro menores habrían participado también en el ataque. Sobre éste, en las últimas horas se terminó de confirmar que se trató efectivamente de un robo al estilo “piraña”, en el que un grupo rodea a su víctima con fines delictivos y no le deja ninguna escapatoria.De los nuevos datos que surgieron ayer, se supo que no fue la primera vez que los sospechosos llevaron adelante un episodio de este tipo. Todos tienen antecedentes, desde “Manu” (ver aparte) hasta el más pequeño.Justamente los dos hermanos de 14 y 16 años recuperaron la libertad hace poco más de una semana de la Unidad Penal IV del Servicio Penitenciario Provincial, donde cumplieron algunos meses tras las rejas por un robo de similares características perpetrado también en la zona.En aquella oportunidad, los menores habían rodeado a una joven a quien amenazaron para robarle un teléfono celular. La Policía los aprehendió y la Justicia ordenó que fueran recluidos en la Alcaidía. De nada sirvió aquel castigo: el último viernes por la noche, una semana después de regresar a la calle, volvieron a ser detenidos. Ahora se los investiga nada más y nada menos que por un homicidio. Vale la pena repetirlo para entender la realidad que se vive en la capital provincial: tienen sólo 14 y 16 años.Los investigadores creen además que los cinco involucrados estaban bajo los efectos de las drogas y el alcohol. Sólo así explican la saña con la que actuaron para robarle la moto a Ayala, quien pese a que intentó escapar igualmente fue alcanzado y ultimado por el grupo.Sobre las pistas en su contra, los cinco aparecen seriamente comprometidos. Es que los testimonios los señalan directamente y, además, en la casa de uno de ellos se secuestró ropa con manchas de sangre y un espadín de parrilla, de los utilizados para asar carnes. Los detectives investigan si esa arma también fue utilizada en el hecho.El mayor de los sospechosos fue trasladado a sede policial y quedó a disposición del magistrado Fernando Verón, titular del Juzgado de Instrucción 3 de Posadas. Los cuatro adolescentes, en cambio, están en manos de la Justicia Correccional y de Menores.Como este diario publicó ayer en exclusiva, los cinco fueron apresados a los pocos minutos del hecho gracias a un trabajo en conjunto de efectivos de la comisaría seccional Octava, de la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional X, de Infantería y de la Dirección de Homicidios de la fuerza provincial.Todo sucedió el sábado alrededor de las 19.30 en el cruce de las avenidas Juan José Paso y José Cabrera, en el límite entre los barrios San Marcos y Los Lapachos, hacia el sur posadeño.Ayala y un amigo habían llegado a comprar combustible en un comercio precario cuando fueron sorprendidos por los cinco involucrados. Aunque en un principio las versiones eran varias, finalmente se confirmó que el grupo atacó a las víctimas bajo la modalidad “piraña”.El acompañante logró escapar, pero Ayala terminó rodeado. Recibió una bestial apedreada y un puntazo en un brazo que le afectó una arteria, producido con una botella de vidrio o con un arma blanca. El joven recorrió unos 40 metros, pero la sangre que perdió fue mucha y cayó desvanecido. Falleció pocos minutos después.El caso volvió a dejar al desnudo la triste realidad que se vive en los barrios posadeños, donde la delincuencia juvenil gana terreno y golpea a todos por igual. “Manu”, un “peso pesado” de Los LapachitosPara los investigadores, en medio del brutal ataque que acabó con la vida de Ayala, tuvo un accionar preponderante el mayor de los arrestados. Se trata de “Manu” (25), un joven con pesados antecedentes por delitos en contra de la propiedad y que incluso estuvo detenido en 2009 en averiguación de un homicidio en el barrio San Jorge.Fuentes de la investigación confirmaron a PRIMERA EDICIÓN que “Manu” estuvo tras las rejas por aquel hecho, pero finalmente fue liberado. Sin embargo, ése no es el único caso que pesa sobre sus espaldas.El muchacho también fue noticia en octubre del año pasado, cuando acabó en el hospital Madariaga tras recibir varios balazos de un vecino de Los Lapachitos, en un confuso episodio que -se cree- tuvo que ver con las constantes provocaciones del sospechoso.Sin embargo, el caso más recordado en el que “Manu” estaría involucrado es el intento de robo de una caja fuerte en un estudio jurídico de Bolívar y 25 de Mayo, en pleno centro de Posadas.Los investigadores creen que el ahora acusado de homicidio fue uno de los tres individuos que, en la madrugada del lunes 3 de febrero de 2014, intentó llevarse el macizo desde el balcón de un primer piso.En eso estaban los maleantes cuando los sorprendió un policía, contra el que abrieron fuego y al que milagrosamente no lastimaron. Para los detectives, uno de ellos era nada más y nada menos que “Manu”.





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