ATENAS, Grecia (AFP-NA). El ministro griego de Finanzas Yanis Varoufakis dimitió ayer en lo que parece ser una concesión del primer ministro, Alexis Tsipras, a los acreedores internacionales de Grecia, tras la clara victoria del “No” en el referéndum del domingo.El inesperado anuncio llegó en el comienzo de una larga jornada, que culminará con una entrevista entre François Hollande y Angela Merkel en París, en la que los líderes europeos analizarán las consecuencias del rotundo “No” de los griegos a las medidas de austeridad propuestas por los acreedores a cambio de nueva ayuda financiera.La victoria del “No” puede llevar, según los analistas, a que Grecia salga del euro.“Poco después del anuncio de los resultados del referéndum, se me informó que algunos miembros del Eurogrupo y sus socios deseaban mi ausencia de las reuniones, una idea que el primer ministro juzgó potencialmente útil para obtener un acuerdo”, dijo en su blog Varoufakis, que en los últimos meses había chocado muchas veces con los acreedores. “Por este motivo dejo a partir de hoy el Ministerio de Finanzas”, añadió.El euro remontó tras el anuncio del ya exministro, que pretende contribuir a mejorar la disposición de los acreedores -Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Central Europeo (BCE) y Unión Europea- a la hora de reanudar las negociaciones sobre las condiciones de los nuevos préstamos.“No cambia nada”El sacrifico del ministro Yanis Varoufakis no ha cambiado nada. Para Berlín, “no se trata de personas, sino de posiciones”, dijo Steffen Seibert, portavoz de la canciller alemana, Angela Merkel.En los cinco meses de gobierno de Alexis Tsipras, Varoufakis ha sido posiblemente el ministro más amado y odiado a la vez por su estilo desenfadado, su verbo directo y abrasivo y sus aceradas críticas a la austeridad. El sábado acusó a sus acreedores de “terrorismo”.“La puerta sigue abierta”El presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, aseguraron ayer que la puerta “sigue abierta” para las negociaciones con Grecia, pero que le corresponde a este país presentar una nueva propuesta aceptable para los Estados de la zona euro.“No queda mucho tiempo. Hay urgencia tanto para Grecia como para Europa”, aseguró Hollande en una declaración conjunta con Merkel tras mantener una reunión en el Palacio del Elíseo para evaluar las consecuencias del referéndum griego.“La puerta sigue abierta a las discusiones, y por eso los jefes de Estado y de Gobierno de la zona euro se reúnen mañana (por hoy)”, dijo Merkel, quien, sin embargo, destacó que las condiciones para un nuevo programa “todavía no se han reunido”, por lo que tendrán que escuchar las propuestas del primer ministro griego, Alexis Tsipras.“Es urgente que tengamos propuestas precisas para poder encontrar una salida a la situación”, agregó la canciller alemana.Apoyo de la oposición Dirigentes de los principales partidos griegos acordaron elaborar “un texto común” de apoyo a las negociaciones entre el gobierno de Alexis Tsipras y los acreedores del país, con vistas a un acuerdo en el marco europeo, anunció el ministro de Defensa, Panos Kamenos.Este acuerdo debería resolver también “el tema de la viabilidad de la deuda” pública griega, indicó Kamenos, que dirige el partido nacionalista Griego Independientes (Anel), que pertenece a la coalición gubernamental junto a la izquierda radical Syriza de Tsipras.Crucial El punto de vista del Eurogrupo (la reunión de ministros de Finanzas del euro) es clave porque serán ellos quienes negocien cualquier otro paquete de asistencia financiera a cambio de reformas.Otro de los acreedores, el Fondo Monetario Internacional (a quien dejaron de pagar), se mostró dispuesto a tender una mano si Grecia se lo pide. “El FMI ha tomado nota del referéndum de Grecia”, dijo la directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, en una declaración. “Seguimos de cerca la situación y estamos preparados para ayudar a Grecia si nos lo requiere”. Países pobres piden “dureza”Los países más pobres de la Eurozona, en Europa del Este, que han sufrido en carne propia dolorosas reformas, son partidarios de una línea de dureza ante Grecia y consideran realista un “Grexit”, tras el “no” en el referéndum griego.Estonia, Letonia, Lituania y Eslovaquia han alegado varias veces que son demasiado pobres para pagar los errores de una Grecia más rica, y exhortan a Atenas a someterse a las reformas y medidas de austeridad previstas en el generoso plan de rescate de 240.000 millones de euros que ha beneficiado desde 2010 al país mediterráneo.“He oído decir que algunos jubilados griegos reciben más de mil euros por mes. Es inaceptable. Me niego a pagar sus deudas si ganan fortunas, comparadas a mi salario”, declaró a la AFP Martina Lelovicova, una camarera de Bratislava. El salario medio en Eslovaquia, país de 5,4 millones de habitantes y miembro de la zona euro desde 2009, es de 880 euros.El ministro eslovaco de Finanzas, Peter Kazimir, fue el primero de los miembros del Eurogrupo en destacar que el no griego hacía emerger el espectro de un “Grexit”.“La pesadilla de los euro-arquitectos de ver cómo un país deja el club parece un escenario realista tras el voto negativo de Grecia”, indicó en su cuenta Twitter. Ayer insistió ante la prensa: “La retirada progresiva de Grecia de la zona euro ya está en curso”.Según el primer ministro de izquierda eslovaco, Robert Fico, su país no padecerá ninguna consecuencia, que Grecia se quede o no en la zona euro.“Los eslovacos no perderán un euro a causa de los griegos, porque no les hemos dado dinero (…)” explicó en un debate. Más pobres que GreciaPero otros países pobres de la zona euro temen que sí pueden perder algo.Según el presidente de Estonia, Toomas Hendrik Ilves, hay que pensar en “todos los acreedores, no solamente en los bancos” y que “países más pobres que Grecia pueden perder hasta 4,2% de su PIB”, según escribió en Twitter.Su primer ministro Taavi Rõivas considera por su lado que las opciones ahora para Grecia son “malas o peores”, y que las reformas en ese país son “inevitables”.Estonia y Letonia, que se independizaron de Moscú en 1991, se unieron a la zona euro respectivamente en 2011 y en 2014, seguidos en enero pasado por el tercer país báltico, Lituania.Estos tres países han padecido duramente la crisis eco
nómica de 2008-2009, con una profunda recesión, antes de recuperarse tras adoptar drásticas medidas de austeridad y dolorosas reformas.“Los estonios no comprenden la actitud de los griegos. Nosotros estamos acostumbrados a ahorrar y a vivir con sobriedad” explicó a la AFP Merit Kopli, editor-jefe del mayor diario estonio, Postimees.“El nivel de vida en Grecia es más elevado que el nuestro en Estonia. Para mí lo normal es que la gente pague sus deudas”, afirma por su lado, Maie Mets, una jubilada de 72 años.Por su parte, Letonia, un país de dos millones de habitantes, sufrió durante la crisis la más brutal recesión registrada en el mundo, con una caída de su Producto Bruto Interno del 25% en dos años. Un programa de ayuda internacional de 7.500 millones de euros, acompañado por drásticas reducciones de salarios y jubilaciones, evitó al país la quiebra.





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