POSADAS. El rock para Polo Peralta es el motor que necesitó como impulso a grandes proyectos, toda su vida hizo música y la familia lo acompaña en cada propuesta. Tuvo sueños, algunos cumplidos y otros no, pero siempre en positivo pensó que llegaría el momento de emprender un largo viaje y grabar un disco con tinte mucho más profesional. Así es como desde hace algún tiempo Polo decidió emigrar a Capital Federal, allí se encuentra grabando su disco y haciendo presentaciones con éxito.De visita en Misiones y para continuar despuntando el vicio, se presentará mañana desde las 22, en la Estación Big Toys con entrada libre. Su famoso Rock de La Selva resuena muy fuerte en estos tiempos, donde ya se caratula como un tipo grande pero con el impulso de esa juventud que lo lleva a hacer música con mucha pasión.La posibilidad de vivir en Buenos Aires le abrió el camino de compartir varias experiencias musicales, donde incorporó a su padre. “Tocábamos en varios pubs, y así pude aprender mucho más de lo que ya sabía. Lo interesante es que con esta experiencia musical pude ponerme en contacto con una novedad en bajo, que es lo que ejecuto además de la guitarra. Así es como me abro camino con el bajo de siete cuerdas, recordando que tradicionalmente cuenta con cuatro cuerdas ese instrumento”, compartió Matías Peralta.“Nosotros seguimos vigentes porque no nos quedamos quietos, desde participaciones en la provincia como así también en Buenos Aires, tenemos amigos y eso ayuda”, aclaró en una entrevista Polo Peralta, que desde sus vivencias en Puerto Iguazú y luego en Posadas, supo conquistar al público con esa especial manera de hacer música. Amante del rock y seguidor de Pappo, siempre mantuvo intacto su destino de hacer música en familia y con amigos. Su hijo Matías, sigue firme los pasos del padre. Presentando el primer bajo de siete cuerdas en la provincia, dijo que a- demás del trabajo de luthier brinda clases de guitarra y bajo. “Los interesados en aprender a ejecutar un bajo de siete cuerdas como el mío, pueden venir a estudiar en mi casa. Allí montamos toda la movida de lo que es el Rock de la Selva, creado por Polo”, enfatizó. Pasión que se hereda El bajo que fue fabricado exclusivamente para Matías Peralta, “fue construido por unos amigos y lo traje porque lo estoy estudiando. Es muy amplio en sus capacidades y quiero que la gente lo conozca”.Guitarras, bajos, violines forman parte de un estudio al que Matías le agregó una cuota mayor de interés, “tuve la suerte de estar en esa casa de música y tomar varios cursos, ya sean de instrumentos acústicos o electrónicos. Muchas veces los clientes traían guitarras que querían incorporarle circuitos electrónicos, entonces ese era mi trabajo”.El contacto con la casa de música Clave de Sol surge por medio de un músico tecladista amigo de Matías, “estaban necesitando gente, entonces me llamaron. Probé primero con conocimientos básicos y después fui sumando más cosas por medio de cursos de perfeccionamiento que ellos brindaban. Hay que aclarar que es uno de los lugares más importantes del país, llegan instrumentos de toda Argentina”.La idea es crear un taller en Posadas y así poder contar con el apoyo de los entes oficiales, “porque me gustaría poder trabajar con la madera de mi provincia, todo lo que esté legalmente autorizado. Mostrar las maderas de Misiones, que es un lugar para explotar con la construcción de instrumentos y siendo luthier joven a la vez”, aclaró. Radicado en el Gran Buenos Aires y tocando en todo el conurbano bonaerense, Polos Rock dejó la Tierra Colorada para dar el zarpazo final en pos de los grandes escenarios nacionales. Así, hoy se encuentra plenamente inmerso en el circuito under más grande del rock nacional, la escena de clubes y bares rockeros del Gran Buenos Aires como el mítico Club XLR, de San Miguel, un escenario que marca siempre un antes y un después para cualquier banda que pise su tablado.Con contrato firmado con la multinacional Warner Chapell Music y un productor asignado, los fines de semana de Polo’s Rock se debaten entre la adrenalina de los clubes nocturnos y el rugir de motores en los encuentros de motos tan acostumbrados en la zona más fierrera del país. Su música que resurgió de la selva misionera como le gusta contar a Polo, hoy se escucha fuerte en todo el país.





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