POSADAS. El director de la Escuela 820, Juan Carlos Alvez, debió suspender ayer las clases porque la mitad de los alumnos y docentes no podían llegar al establecimiento, pues el arroyo Zaimán, desbordado, cruzaba por encima del camino de acceso (ver página 5). “Esta situación no es nueva, desde hace catorce años enseño en esta escuela del barrio El Porvenir y esto ocurrió en numerosas oportunidades. Hace algunos años me animé a cruzar pese a que el arroyo pasaba por encima de la calle y me di un gran susto porque, aunque no eran muchos centímetros de profundidad, el agua corría con mucha fuerza y casi me arrastró el auto. Desde esa vez, cada vez que el arroyo tapa la calle de acceso a la escuela -lo que sucede cada vez que llueve intensamente- suspendemos las clases”, confirmó el docente a PRIMERA EDICIÓN. A media mañana, el agua comenzó a bajar y la gente se animó a cruzar. “Si no vuelve a llover, vamos a poder dar clases esta tarde”, anticipó el maestro. Pese a las dificultades de acceso a este establecimiento educativo, que se multiplican cuando la lluvia empantana los caminos de tierra, la Escuela 820 está categorizada como zona A, “hemos pedido al Consejo General de Educación (CGE) en varias oportunidades que nos recategoricen la zona, por lo menos que nos pasen a zona B (desfavorable), pero nos dicen que en Posadas no puede haber ninguna escuela que no sea zona A”. Cerca, pero muy lejos La Escuela 820 tiene 124 alumnos, todos de familias muy pobres de los barrios El Porvenir, Los Paraísos, Madariaga y Federal. Sin embargo, hasta ahora, a la escuelita sólo llegaban fondos para servir en su comedor una copa de leche. “A partir de la próxima semana creo que comenzaremos a recibir el almuerzo desde la cocina centralizada, sólo nos falta conseguir una olla. La verdad es que estamos muy contentos porque los chicos son muy carenciados y necesitan mucho. Muchas veces uno elige ser docente porque no tiene otra opción pero, al menos en mi caso, uno termina abrazando este trabajo por vacación. Es imposible no involucrarse con la situación de los alumnos”, dijo Alvez. Según contó el docente, como saben que las familias de los alumnos son muy humildes, desde la escuela nunca piden un elemento que exija un gasto extra. “Tratamos de dar a los alumnos todo lo que utilizan en la escuela, hasta los cuadernos. No pedimos manuales u otros libros, tratamos de organizarnos con las herramientas y elementos que nos envían desde el Ministerio de Educación de la Nación y la permanente ayuda que recibimos del Liceo Storni”, confió. Los chicos estudian en plurigrados, es decir que cada uno de los tres docentes (además hay cuatro maestros especiales) está a cargo de alumnos de distintos grados. “Funcionan salas de 4 y 5 juntas; primero, segundo y tercero acoplados en el turno tarde; cuarto y quinto acoplados; sexto y séptimo acoplados en el turno mañana”, precisó Álvez quien agregó que, pese a todo, no hay grandes dificultades de aprendizaje de los chicos y el índice de deserción es muy bajo. “Sí tenemos muchos alumnos con sobreedad”, advirtió el director, quien aseguró que el edificio de la escuela, que tiene más de diez años de construido, está en buen estado y no tienen problemas de filtraciones o de otro tipo.





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