POSADAS. En el mapa delictivo local, la zona está marcada como “activa” por parte de delincuentes que asaltan a alumnos y padres a la salida de los establecimientos educativos. En este caso el atraco fue perpetrado en inmediaciones de la esquina de la avenida Tambor de Tacuarí y calle Comandante Miño, el pasado viernes al caer la noche. Pero no fue un robo más: esta vez estuvo en peligro la vida de una menor de apenas siete años, quien terminó con lesiones leves a raíz de ser sacada violentamente de un vehículo por parte de un motochorro. El hecho al principio fue considerado como un intento de secuestro, aunque con el correr de las horas la Policía estableció que todo se trató de una maniobra para distraer a la madre de la criatura para robarle. Sin lugar a dudas, de ser así, se trató de una siniestra maniobra. De acuerdo a datos oficiales, ese viernes a las 20.30 una mujer fue a retirar a su hija de un taller de pintura ubicado en dicho sector de la ciudad. La madre primero acompañó a su hija hasta el lado del acompañante de su rodado y la dejó sentada. En esos segundos que lleva dirigirse hasta el lado del conductor, irrumpió un sujeto de unos 25 a 30 años, semi calvo, delgado y de tez rubia, quien abrió la puerta del acompañante y tomó a la menor en sus brazos con evidentes intenciones de raptarla. Atemorizada, la mujer corrió hacia donde se hallaba el malandra, quien sostenía con una mano a la criatura y con la otra abría una de las puertas de atrás del vehículo. Cuando la desesperada madre logró arrancar de brazos del desconocido a su hija, el sujeto ya se había apoderado de la cartera y una campera de la mujer. Acto seguido, el individuo se montó a una motocicleta tipo cross que lo estaba esperando con el motor en marcha. Dicho rodado era comandado por una mujer, que -al igual que su cómplice- estaba a cara descubierta. La damnificada radicó una denuncia en la comisaría Segunda, que investiga el hecho. Una zona “activa” de delincuentesEn su momento PRIMERA EDICIÓN publicó un informe dando cuenta de la gran actividad delictiva en inmediaciones de numerosos establecimientos educativos. En una recorrida por escuelas afectadas por este flagelo, se pudo constatar que en una de ellas, un docente era el que se encargaba de velar por la seguridad de los alumnos, al menos en los horarios de ingreso y salida. Se trata de un profesor de educación física que se desempeña en el Instituto Jesús Niño, emplazado sobre la avenida Acevedo casi San Martín de esta capital, a escasas cuadras del lugar donde se produjo el pasado viernes el lamentable atraco y donde una nena se llevó la peor parte. Uno de los directivos escolares, en ocasión del mencionado reportaje, adelantó que se le solicitó a la comisaría Segunda (seccional jurisdiccional) que “a la hora de recorrer las cercanías de las escuelas afectadas por la ola de robos, algunos efectivos podrían actuar de civil”, considerando que, ante la escalada de casos, no siempre estarán los patrulleros o los uniformados en el momento y el lugar de un posible asalto callejero. Donde se produjo el último y grave hecho existe otra escuela primaria y un taller de pintura y también de música.





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