POSADAS. La investigación por el violento asalto perpetrado el último sábado en el barrio San Marcos se quedó sin detenidos. Ayer al mediodía el segundo sospechoso recuperó la libertad al igual que el primero, debido a que sus características físicas no coinciden con las del autor del hecho.Así lo pudo saber PRIMERA EDICIÓN mediante sus fuentes, quienes revelaron que “Chipa” volvió a la calle tras quedar desvinculado de la causa. Pese a las primeras sospechas, sus rasgos físicos son totalmente diferentes a los aportados por las víctimas.Esa misma cuestión fue la que definió la liberación del primer arrestado, aprehendido apenas horas después del hecho en el barrio San Jorge. Ante esta situación, la causa quedó sin detenidos y los investigadores buscan nuevos horizontes donde continuar con su trabajo.En el expediente que está en manos del magistrado César Yaya, al frente del Juzgado de Instrucción 2 de Posadas, consta que el ladrón que abrió fuego y se alzó con 315 mil pesos es de contextura física delgada, estatura media, tez morocha y “cara chupada”, tal como lo describió Rosana Samaniego (41), una de las víctimas, en diálogo exclusivo con este diario.Un dato no menor es que del relato aportado por la mujer se sospecha que el maleante es o al menos conoce la zona, en virtud de que cuando amenazó a un vecino que tenía intenciones de actuar ante el robo, lo llamó por el apodo en que todos en el barrio lo conocen. En ese detalle se apoya ahora la pesquisa.El episodio fue uno de los más graves perpetrado este año en la capital provincial y da cuenta de la violencia con la que suelen moverse actualmente los delincuentes.Sucedió a las 22.05 del viernes 12 de junio en la intersección de las calles 67 y 158, a unas tres cuadras de la avenida Cocomarola, donde el capataz y coordinador de obra José Montenegro (60) llegaba junto a Rosana, su mujer, tras una larga jornada de trabajo.La pareja guardó el auto en el garage de un vecino y se disponía a caminar los cien metros que separan ese lugar de su casa cuando fueron interceptados por un ladrón armado, quien abrió fuego cuatro veces sobre el hombre para que le entregara un maletín con 315 mil pesos que llevaba producto de la reciente venta de una camioneta.Tres de los impactos dieron en la pierna derecha de Montenegro, quien sufrió fractura de tibia y peroné y debió ser trasladado de urgencia al hospital Madariaga. De milagro los proyectiles no afectaron la arteria femoral. Junto a su marido, Rosana también debe una plegaria al cielo: “Me apoyó el arma en el pecho y me dijo ‘dame todo o te mato’”. Violencia total. “Esperamos que se haga justicia”De la casa al sanatorio. Así transcurren por estos días las horas de Rosana, la mujer de José Montenegro, el hombre baleado al resistirse a un violento asalto en el barrio San Marcos.Aún conmocionada por lo que sucedió con su pareja, la mujer pidió a las autoridades que se esclarezca el tremendo episodio. “Esperamos que se haga justicia, porque no puede ser que todo esto quede en vano. Sería injusto que mi marido esté sufriendo en una cama, con mucho dolor, con la pierna destruida, y que el que hizo esto ande libre. Es un peligro para la sociedad”, sentenció Samaniego en nuevo diálogo con PRIMERA EDICIÓN.Consultada sobre los pasos a seguir, Rosana dijo que no escatimará en esfuerzos para llegar al autor del violento robo. “Vamos a hacer lo que sea necesario para que esta persona pague, cueste lo que cueste, porque la plata va y viene, es un esfuerzo pero se puede recuperar con trabajo, pero la salud, no. Quien hizo esto debe pagar”, sintetizó.Montenegro actualmente se encuentra internado en un sanatorio del centro posadeño, donde es sometido a diversas cirugías y tratamientos. En principio, trascendió que las lesiones óseas resultaron ser peores que lo que se preveía en un principio.Como este periódico relató el último domingo, el dinero robado correspondía a una camioneta que la pareja había vendido días atrás, después de que el hombre trabajara más de un año en el extranjero en la construcción de una represa.





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