POSADAS. Isolina Jazmín Stang fue una de las tantas víctimas de inseguridad en la capital provincial. Partió injustamente y antes de tiempo a causa de manos asesinas que no dudaron en quitarle la vida para continuar un par de horas más con la dilatada ronda de alcohol y pastillas que se extendió durante toda la noche.La maestra jardinera fue asesinada el viernes 6 de junio de 2014, hacia las 6 de la mañana, cuando aguardaba el colectivo del transporte urbano de pasajeros en la esquina de la avenida 147, de acceso a Itaembé Miní, y calle 146A.Allí, en la esquina del Club Vial, esperaba el ómnibus que la trasladara al Jardín Maternal, ubicado en Francisco de Haro casi Pasteur, donde trabajaba.El expediente, en sus inicios, tuvo dos detenidos relacionados directamente con la autoría material del homicidio. Uno de ellos tenía sólo trece años y fue desvinculado de la pesquisa por ser menor de edad.El otro, de 22 años, quedó pegado a la causa y fue sindicado como el responsable material del asesinato de Isolina Jazmín.Ahora PRIMERA EDICIÓN pudo confirmar que este muchacho, identificado como Luis Eduardo Guzmán, responderá por la muerte de Stang en audiencias de debate oral y público probablemente el año que viene. En efecto, el juez de Instrucción 7 de la Primera Circunscripción Judicial, Carlos Jorge Giménez, elevó las actuaciones a esa instancia después de que el expediente bajara de la Cámara de Apelaciones con la confirmación al auto de requerimiento efectuado por la fiscalía.El magistrado de primera instancia tomó esa decisión el lunes pasado, no habiendo instancias recursivas por acudir para la defensa.El crimen sacudió a la sociedad posadeña, sobre todo por los ribetes y detalles de un episodio lamentable.Giménez elevó el caso a debate con la acusación contra Guzmán de “homicidio en ocasión de robo y robo calificado en grado de tentativa en concurso ideal”.En este caso puntual, las audiencias se llevarán a cabo en el Tribunal Penal 2, consignaron fuentes judiciales.Aquel adolescente de trece años que, en un principio, fue vinculado a la autoría del hecho podría convertirse en un testigo clave en todo este asunto. Él y una mujer que también aguardaba el colectivo cuando Stang fue atacada por estos jóvenes.Es muy probable que el juicio se lleve a cabo en 2016, sobre todo porque el cronograma de este año ya está definido, pero es temprano para definiciones categóricas.La investigación, en un principio, estuvo a cargo del juez de Instrucción 1 de Posadas, Marcelo Cardozo, porque el Juzgado Penal 7 estaba acéfalo en aquel entonces.Con posterioridad, asumió el juez Giménez, quien tomó las riendas del asunto y ahora elevó el expediente para debate.Allí, en esa instancia, seguramente se dilucidarán los detalles y pormenores de una muerte injusta e injustificable, a manos de un joven que, tras el crimen, se fue hasta la casa y continuó ingiriendo bebidas alcohólicas como si nada hubiera sucedido.Los investigadores, en aquel entonces, pudieron establecer que ambos amanecieron consumiendo cervezas, vino y fármacos, sin límites, incluso con licencia para matar. Luchó hasta la muerteIsolina Jazmín Stang tenía 34 años cuando la mataron para robarle la cartera, el 6 de junio del año pasado.Aguardaba el colectivo para ir al jardín maternal donde trabajaba, pero -como suele ocurrir- venía retrasado.No estaba sola: cerca de ella había otra mujer, pero el destino quiso que la elegida fuera ella.Los dos sospechosos, uno de 22 años y el otro de trece, se acercaron a la docente aparentando indiferencia, con la estrategia de disimular sus verdaderas intenciones.El mayor, identificado luego como Luis Eduardo Guzmán, aguardó el momento más oportuno para él y atacó a la víctima.Stang no se achicó, resistió la embestida y se trabó en lucha con el criminal.Ambos cayeron sobre la avenida de hormigón y hasta rodaron, hasta que la mujer quedó quieta, tiesa, herida de muerte por un puntazo de destornillador que le afectó el corazón.En segundos entró en shock y la abundante pérdida de sangre se la llevó para siempre.El asesino corrió junto a su cómplice y desapareció. Pero el corte de cabello del menor (un mechón rubio en el flequillo) condujo a la Policía hacia ellos.





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