Se inauguró en Posadas un local exclusivo de “Manos Argentinas”

POSADAS. El nuevo local de “Manos Argentinas” se  inauguró recientemente en la capital misionera. La apertura se realizó el martes  pasado con una nutrida concurrencia y  contó con la destacada  presencia del dueño de la marca, Gustavo Zuviría, la representante en Misiones, Marisa Marek, y Lucas Otaño, joven emprendedor que estará al frente del exclusivo  local que se ubica en calle Santa Fe 1.932, sangre joven que promete llevar adelante con responsabilidad y dedicación constante, como amerita tan reconocido sello.Los responsables de “Manos Argentinas” están convencidos de que “se puede hacer negocios sin perder la dignidad”. Esta es una de las principales ideas de esta creativa y exitosa empresa nacional que se encuentra en vías de expansión. Desde sus comienzos en 1999, “Manos” se propuso rescatar la tradición de un pueblo que se impone sobre la moda. Su fuerte penetración en el mercado y su incesante crecimiento les permite contar con locales distribuidos en todo el país, posicionándose como la única marca cien por ciento argentina. La firma fabrica y vende indumentaria y accesorios para hombres, mujeres, bebés y niños. “Tratamos de asociarnos con gente que piense parecido y crea en un proyecto integrado de negocio y de amistad, vínculo primario para nosotros. Hay muchas marcas que quieren reflejar su argentinidad, pero sólo nosotros llevamos el nombre que tenemos que llevar: el de nuestra patria y nuestra gente. Se puede hacer negocios, tomar mate y ser amigos”, sintetizan sus impulsores.“Somos una marca que hacemos lo posible para que nuestros productos sean bandera de las manos de nuestra gente que intenta trabajar dignamente. Por lo general, las marcas de indumentaria hacen un negocio de nuestros deseos; Manos Argentinas trabaja por la igualdad de todo tipo”, agregaron. Además, “desde nuestras remeras creamos conciencia de que siempre se puede tener sueños, que se puede ser persona sin importar lo que uno tiene, que siempre vale la pena ser como uno quiere y puede, que siempre vale la pena ser solidario, que siempre que consumamos productos nos importe quién los hace y para quién los hace y, de esta manera, desenmascarar a los que explotan y trabajan con el único fin de ganar plata a costa de la pobre gente que trabaja y nunca podrá tener lo que ellos mismos fabrican con sus manos”.