MADRID, España (AFP-NA). La exjueza Manuel Carmena, de 71 años, apoyada por los “indignados” y Podemos, tomó ayer las riendas de Madrid pocas horas antes de que la activista antidesahucios Ada Colau hiciera lo mismo en Barcelona.Veintinueve ediles, en principio los veinte de su lista Ahora Madrid y los nueve del Partido Socialista, apoyaron su investidura en una votación secreta que puso fin a 24 años de ayuntamientos conservadores en la capital española.Cuando se leyó la última papeleta de voto con su nombre, los aplausos y los vivas estallaron en la sala del consistorio, un patio interior de cuatro plantas, lleno de partidarios de Carmena gritando “Sí, se puede”, la consigna de las manifestaciones “indignadas”.Entre ellos estaba rebosante de alegría Pablo Iglesias, el jefe de Podemos, que se integró en la lista Ahora Madrid junto a plataformas del movimiento del 15M y formaciones ecologistas y de izquiera alternativa.En las elecciones del 24 de mayo la dejaron en segunda posición a corta distancia de Esperanza Aguirre, histórica dirigente del Partido Popular, pero los socialistas del Partido Socialista Obrero Español (Psoe) la apoyaron en nombre del “cambio” en esta capital impactada por la crisis y salpicada por numerosos escándalos de corrupción.“Estamos al servicio de los ciudadanos de Madrid, queremos gobernar escuchando, que nos llamen por nuestro nombre de pila, que nos tuteen”, dijo Carmena en su discurso, explicando la historia de Julia, una mujer de 63 años y con un vestido rosa que le explicó cómo sobrevivía con una pensión de 300 euros mensuales.Aguirre, que ganó con 44.000 votos más, pidió responsabilidad a los ediles con Madrid y con España, pidiendo mantener las libertades que ve amenazadas por el auge de la izquierda alternativa. “Somos el primer escaparate de nuestra nación”, advirtió la conservadora.Las primeras medidas de Carmena se dirigirán a los niños pobres, a quienes quiere garantizar dos comidas diarias, y las personas en riesgo de ser desahuciadas.La juez, militante comunista en su juventud y defensora de los derechos humanos, hereda una ciudad de tres millones de habitantes, de avenidas arboladas y con un coqueto centro histórico remodelado pero donde escuecen las heridas de seis años de crisis y una tasa de desempleo del 16%.Una situación similar ocurre en la Barcelona de Ada Colau. Esta turística ciudad mediterránea de 1,6 millones de habitantes cuenta con casi un tercio de su población en riesgo de exclusión social.Su lista, Barcelona en Común, obtuvo once ediles contra diez del hasta ahora alcalde Xavier Trias, conservador nacionalista. A pesar de la victoria, gobernar le será más complicado que a Carmena.En un consistorio con siete partidos y a diez ediles de la mayoría absoluta (21), Colau tendrá que buscar acuerdos con al menos tres partidos para aplicar sus medidas destinadas especialmente a las clases más vulnerables.A partir de las 17 fue investida con los votos socialistas y de la izquierda independentista en una ceremonia en que ya empezó a dar muestras del nuevo talante gubernamental colocando a representantes de entidades de lucha contra la pobreza en los puestos de honor.Desde estilos diferentes, Colau más agresiva y Carmena sosegada, abordan los mismos temas: frenar las desigualdades, luchar contra la corrupción y gestionar de manera más transparente y participativa las instituciones.Listas con postulados similares dirigirán Valencia, un histórico feudo conservador plagado de escándalos de corrupción, Sevilla y Zaragoza, las ciudades más grandes de España después de Madrid y Barcelona.En ninguna de ellas gobernará el Partido Popular del jefe de gobierno Mariano Rajoy, que perdió 10 puntos en los comicios del 24 de mayo y se verá desbancado por coaliciones de izquierdas en varias de las 14 regiones que renovaron sus parlamentos.El varapalo forzó a Rajoy a prometer cambios en el gobierno y el partido con el objetivo de mantener su mayoría en las legislativas de noviembre.Mientras, Podemos y sus aliados, ascendidos a tercera fuerza nacional, empezarán a demostrar desde las instituciones sus políticas con la esperanza de seguir ganando terreno. Una veterana exjueza “roja” a las riendas de MadridExjueza comprometida, militante antifranquista y defensora de los derechos humanos, Manuela Carmena es, a sus 71 años y casi sin quererlo, la nueva alcaldesa de Madrid de la mano del partido izquierdista Podemos, con el que a veces se muestra crítica.De mirada diáfana, sonrisa amplia y voz serena, esta mujer que se desplaza en bicicleta y gesticula al hablar logró gracias al apoyo de los socialistas poner fin a 24 años de ayuntamientos conservadores del Partido Popular.“Estamos al servicio de los ciudadanos de Madrid”, declaró tras aceptar el cargo. “Queremos gobernar escuchando, que nos llamen por nuestro nombre de pila, que nos tuteen”.Entre sus promesas, atajar la corrupción, fomentar el transporte público, subvencionar a las familias desfavorecidas y bajarse el sueldo: de 100.000 euros a 45.000 al año.Calificada por algunos como “verso suelto” dentro de Podemos, Carmena había fustigado en marzo que el partido votase contra una resolución del Parlamento Europeo exigiendo la liberación de opositores políticos encarcelados en Venezuela. Como relatora y miembro del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de la Organización de las Naciones Unidas, ya había criticado en 2009 a ese país, con el que tienen vínculos varios fundadores del partido.Tras 45 años como abogada y jueza, la formación de Pablo Iglesias le propuso entrar en política a finales de 2014 y durante meses lo rechazó por sentirse demasiado mayor, explicaba al canal La Sexta.“Pero empezaron a llamar sucesivos y diferentes amigos que venían a decirme: chica, echa una mano, te necesitan, necesitan a alguien con experiencia, que lleve una mochila con muchas propuestas”. Y acabó aceptando.Carmena, con un aspecto moderno gracias a su cabello rubio revuelto, sus gafas de estilo retro y sus elegantes chaquetas remangadas siempre a juego con los aretes, ha vivido la dictadura franquista (1939-1975), la transición, la democracia y la actual crisis de la política española.“La clase política creo que nos ha fallado, no ha sabido hacer la política que necesitaba el final del siglo XX y el siglo XXI (…) La sociedad está demandando una democracia mucho más directa que permiten los nuevos medios de tecnología", decía en el programa La Tuerka, dirigido por Iglesias.Nacida el 9 de febrero de 1944 en una familia de comerciantes madrileños, desde muy pequeña “tenía claro que había que mejorar el mundo”, relataba.Estudiante de derecho en Madrid, en los años 1960 entró en e
l entonces ilegal Partido Comunista para “luchar contra Franco”, lo que le valió la expulsión de la universidad.Licenciada en 1965, se dedicó a defender a los obreros fundando un despacho de abogados laboralista, tristemente famoso por un atentado de la ultraderecha que en 1977 mató a varios de sus compañeros y conmocionó al país.Nombrada magistrada en 1981 en una España machista, uno de sus superiores le dijo: “No te puedo dar la enhorabuena, primero porque eres mujer y porque eres una roja, y no me apetece nada que estés en la judicatura”, recuerda entre grandes risas.Fue jueza de instrucción, de vigilancia penitenciaria, vocal del Consejo General del Poder Judicial, miembro emérito del Tribunal Supremo. En 2010 se jubiló y empezó a dedicarse a “explicar la justicia”, con conferencias, un blog o la creación de un original juego de mesa bautizado “Play-tos”. Creó también una empresa solidaria que ayuda a mujeres presas.“Usted, señora Carmena, no tiene el monopolio de la compasión”, le lanzaba su rival conservadora Esperanza Aguirre, en un debate televisivo, reprochando a su marido, un arquitecto hundido por la crisis, no pagar a unos trabajadores pese a tener ella propiedades por cientos de miles de euros.Y a ella, haber liberado hace años a un preso de la organización armada independentista vasca ETA (Euskadi Ta Askatasuna, País Vasco y Libertad) y asesorado al gobierno regional vasco sobre indemnizaciones a víctimas de abusos policiales, incluidos etarras.





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