POSADAS. José Montenegro (60) está vivo de milagro. Los cuatro balazos que recibió le provocaron lesiones gravísimas en una pierna, pero en principio está fuera de peligro. Esas lesiones son la injusta paga que debió afrontar por defender lo suyo y resistirse a entregar el esfuerzo de varios años de trabajo en medio de un asalto callejero perpetrado en el sur de la capital provincial.Fue el último viernes por la noche en el barrio San Marcos y la víctima llegaba a casa junto a su mujer cuando fue sorprendido por el malviviente, quien logró escapar con los 315 mil pesos y la notebook del hombre. Por el hecho la Policía detuvo a un joven con pesados antecedentes delictivos, según pudo saber PRIMERA EDICIÓN. No obstante, los investigadores creen que hay más involucrados y que el grupo sabía del dinero que había cobrado Montenegro.El drama se desató alrededor de las 22.05 del último viernes a metros de la intersección de las calles 67 y 158, a unas tres cuadras de la avenida Cocomarola, cerca de una conocida empresa del transporte urbano de pasajeros.Montenegro y su mujer regresaban de una larga jornada laboral y acababan de guardar su automóvil en el garage de un vecino, distante a cien metros de su casa, cuando fueron sorprendidos por un ladrón que actuó a cara descubierta y enseguida fue por el maletín donde estaba el dinero.La información policial que más tarde fue confirmada por la pareja del hombre en exclusiva a PRIMERA EDICIÓN señala que la víctima, coordinador de obra de una conocida constructora local, forcejeó con el malechor, quien entonces extrajo de entre sus prendas de vestir un arma de fuego tipo revólver.Sin más vueltas, el delincuente le descerrajó al menos cuatro disparos a Montenegro, quien entonces cayó al suelo. Allí la mujer trató de recuperar el maletín, pero el malandra le dio un culatazo, se hizo con el bolso y escapó a la carrera en dirección a la avenida Juan José Pasó (ver página 61).Fueron vecinos del barrio quienes dieron aviso a las autoridades sobre lo sucedido. Enseguida llegó a la escena una ambulancia de la Red de Traslados que evacuó al trabajador hacia el Hospital Escuela de Agudos Ramón Madariaga, donde hasta anoche permanecía internado. Afortunadamente se encontraba fuera de peligro, aunque con fractura de tibia y peroné de pierna derecha, entre otras lesiones provocadas por la balacera que recibió.Efectivos de la comisaría seccional Octava, de la Brigada de la Unidad Regional X y de la Dirección de Investigaciones y Delitos Complejos de la Policía provincial iniciaron una minuciosa investigación que en pocas horas los llevó hasta el principal sospechoso.“Rulo” (29) fue detenido alrededor de las 01.40 de ayer en el barrio San Jorge, cerca del cruce de las calles 150 y 57, en casa de quien sería su novia. El joven tiene numerosos antecedentes delictivos y es conocido en la zona por sus andanzas.Anoche los investigadores continuaban tras los pasos de más sospechosos, mientras seguía la búsqueda del dinero sustraído y de la notebook.El efectivo correspondía al pago de una camioneta Volkswagen Amarok que Montenegro había vendido días atrás. Para los detectives no hay dudas de que los ladrones sabían de ese último movimiento. “Ya no sabemos qué hacer, de noche no podemos salir”El violento asalto callejero registrado en el barrio San Marcos de Posadas dejó preocupación entre los habitantes de la zona, quienes aseguraron que a diario se viven episodios delictivos, aunque de menor calibre.“Si bien es cierto que es la primera vez que pasa algo así en los nueve años que estoy acá, realmente es preocupante la situación porque todos los días pasan cosas parecidas”, le reveló a PRIMERA EDICIÓN Emerlinda (45), una de las vecinas de San Marcos.La mujer vive a pocos metros de la escena del hecho y escuchó los disparos en la noche del último viernes. “Nos sorprendió a todos. Cuando salí a la calle a ver qué pasaba, el hombre estaba tirado en la calle y la mujer estaba luchando con el delincuente. Ahí vimos que el ladrón corrió y se escapó”, indicó.El asalto sacudió al barrio. “Todos tenemos miedo después de esto, ya no podemos salir ni para ir a sacar un turno a la salita. Falta seguridad, esperamos que con esto haya más operativos y la Policía entre más seguido”, dijo Emerlinda, quien agregó que cuando baja el sol la situación se torna complicada: “ya no sabemos qué hacer, de noche no podemos salir”.Siempre detrás de las rejas que rodean su casa y a las que debió acostumbrarse, la mujer señaló también un grave problema que va de la mano con la delincuencia y que azota a varios sectores de la ciudad y la provincia. “Cualquier puede ver acá que hay mucha droga, mucho consumo por parte de los más jóvenes”, sintetizó la vecina, conmocionada como todo San Marcos. Sorprenden a una familia en GuaraníMientras tanto en Guaraní, cerca de Oberá, cinco delincuentes armados sorprendieron a una mujer, sus tres hijos y uno de sus empleados en una vivienda del Lote 165 de esa localidad.Después de amenazarlos de muerte, los ladrones se alzaron con alrededor de 30 mil pesos en efectivo, además de dos teléfonos celulares de última generación.Las cinco víctimas afortunadamente no sufrieron lesiones, aunque debieron ser tratadas en virtud del nerviosismo por la pesadilla que vivieron.Efectivos de la comisaría local y de la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional II, con asiento en Oberá, buscaban anoche pistas para llegar a los autores del hecho. Se instruye una causa por robo en el Juzgado de Instrucción2 de esa ciudad. “Me apoyó el arma en el pechoy me dijo ‘dame todo o te mato’”POSADAS. Un momento de coraje. Así define Rosana Samaniego (41) la arriesgada maniobra que pudo costarle la vida, en la que por algunos segundos logró recuperar el maletín con el dinero que el delincuente le acababa de robar a José Montenegro, su pareja.“Fue una reacción, un instante, porque uno se pone a pensar en todo el sacrificio y te da impotencia, por todo el trabajo y el esfuerzo”, le dijo ayer por la tarde a PRIMERA EDICIÓN, aún conmovida, mientras aguardaba por novedades sobre el estado de salud de su marido.Es que con el hombre baleado y acostado en el piso sobre un charco de sangre, y con el ladrón a punto de escapar, Rosana le birló el maletín con los 315 mil pesos y la notebook al ladrón. Eso le costó un culatazo en la cabeza y una amenaza que no olvidará jamás: &ldquo
;ahí el tipo me apoyó el arma en el pecho, a la altura del corazón, y me dijo ‘si no me dastodo, te mato’”.La mujer largó el bolso pero no bajó los brazos e intentó correr al ladrón. Fue entonces que entró en razón gracias a un vecino que le pudo haber salvado la vida. “Yo caí por el culatazo, pero apenas me levanté corrí atrás del tipo. Entonces unos señores que estaban ahí y que habían salido con un palo para pegarle me dijeron que me quede porque me iba a matar”.Justamente ese vecino fue al que el delincuente gritó en medio de la fuga, al notar que tenía intenciones de frenar su marcha. “Quedate quieto porque te vuelo la cabeza”, le dijo el ladrón directamente, con apodo y todo, según relató Rosana. Eso indicaría que el malviviente conocía el movimiento de la cuadra.Sobre el hecho, Samaniego relató que se había percatado minutos antes del robo que un automóvil los seguía. “Hay un auto que nos siguió. Como que yo presentía algo y estaba mirando ese auto que venía detrás nuestro. No sé dónde comenzó a estar atrás de nosotros, porque en la Cocomarola hay mucho tránsito, pero creería que cuando entramos en la avenida José Cabrera ya estaba. Nosotros nos dimos cuenta en la calle 57, la que va hacia el barrio San Marcos. Y cuando hablé con José el me contó que vio lo mismo y que se dio cuenta que ese auto dobló una cuadra antes de nosotros”, reveló, en una pista que puede resultar clave para los investigadores que trabajan en el caso.Con respecto al momento en que fueron interceptados junto a su pareja, Rosana recordó que fue repentino y que los tomó por sorpresa. “Dejamos el auto en el garage del vecino, dimos dos o tres pasos y ahí él ya nos atacó, no veo si baja o no de un vehículo, sólo que venía corriendo desde arriba, como que bajaba desde la esquina. Llegó y le dijo ‘dame todo lo que tenés’”, recordó, tras lo cual confirmó que Montenegro intentó resistirse: “el intentó sacudirlo, empujarlo, y ahí el tipo sacó el arma y empezó a disparar”.En relación a los rasgos del malviviente que los asaltó, recordó que “estaba vestido de campera negra y tenía vaquero clarito. No vi las zapatillas. Era flaco, no tan alto, morochito, de cara chupadaí. No tenía o no pude ver ningún rasgo particular”. Al respecto, la Policía cree tener al hombre indicado tras las rejas.Rosana también reconoció que el dinero era por la venta de una camioneta Amarok que la familia había comprado gracias a un año de trabajo de la víctima en Colombia, donde se desempeñó en la construcción de una hidroeléctrica. “Fue un año de mucho sufrimiento para los dos, por eso da bronca lo que pasó”.Finalmente, sobre las sensaciones en las que quedó inmersa la pareja tras la traumática situación, Samaniego reconoció que tienen miedo y que por eso una de las primeras conversaciones que tuvo con su pareja en el hospital rezó sobre una posible mudanza: “estuvimos charlando y estamos pensando dónde podemos ir. Después de todo esto queremos mudarnos del barrio”.





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