ELDORADO. El desencadenante fue la sanción a las maestras. El castigo por no quedarse hasta las 17 en la Escuela 745 de jornada extendida de Eldorado, aunque su presencia sólo sea necesaria hasta las 15, hora en que todos los chicos se retiran. Ese hecho disparó una catarata de reclamos de parte de toda la comunidad educativa que finalizó con la toma de la escuela. Maestras, personal directivo y alumnos comenzaron a llegar pasada las 7 de la mañana sólo para darse cuenta que un candado “desconocido” no permitía el ingreso a la institución. “No era un candado de la escuela, lo habían puesto los padres, cansados por todo lo que pasa”, le aseguró a PRIMERA EDICIÓN, Mirta Espínola, una de las maestras sancionadas que había tomado la decisión de encadenarse a la institución desde el martes a la mañana.Sucede que la sanción a las maestras es sólo una de las irregularidades que ocurren en la institución. Resulta que cuando pasó a ser de jornada extendida, desde el Consejo General de Educación (CGE) les habían prometido mejoras en infraestructura, que se correspondían con las nuevas necesidades de la escuela. Ellas eran, cuatro nuevos salones, un techo para el playón deportivo y un comedor con su correspondiente mobiliario. “Vinieron muchas veces a hacer mediciones pero queda todo ahí. Nunca cumplieron con lo que habían prometido”. Los padres se cansaron, porque sus hijos comen en los salones de clase, en el Sum (salón de usos múltiples) o en la biblioteca de la escuela. “Se sientan a comer en el lugar donde están cuando llega el horario del almuerzo”, contó a este diario una maestra. El problema en la cocinaLa comida que comen en cualquier lugar, menos en el comedor, la cocinan dos mujeres que “trabajamos por el plato de comida que sobra. Eso llevamos a nuestras casas”, le aseguró Mari, una de las cocineras a este diario. Ella ingresó como portera en noviembre de 2013 bajo la promesa del nombramiento en seis meses. Nunca pasó y ella dejó la portería para pasar a ser cocinera. De la escuela, no cobra nada. “Nos mandaron a hacer el monotributo social, para que pague la Municipalidad, pero eso no corresponde. Queremos ingresar por el Consejo”, dijo Mari y agregó “cuando me iban a contratar me pasaron al fondo de desempleo y ahora cobro 225 pesos”.Toda esta situación derivó en la toma de la escuela. La vicedirectora fue a buscar a la Policía a la mañana temprano, quien se acercó, tomó nombres y se retiró. Mientras, padres, alumnos, docentes y vecinos de la comunidad hicieron una olla popular a la espera de una solución definitiva y satisfactoria para su escuela.





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