POSADAS. Afeitado, con mate en mano, ropa limpia y bien peinado, la imagen dista mucho de aquella del abuelo Francisco sentado en un sillón, con los restos de lo que fuera un colchón y un improvisado toldo en la Chacra 187, donde lo entrevistó por primera vez éste medio el jueves último, luego que los vecinos alertaran de esa situación límite en la que se encontraba.Por esas cosas que tiene la vida, Francisco hoy está bajo techo, en la institución que lleva el nombre “Hogar El Papa Francisco”, es decir de su tocayo, la máxima autoridad de la iglesia católica, quien reza y pregona que recen por los pobres, por los que menos tienen, por los que están desamparados y pareciera que las oraciones fueron oídas. “Peluquero itinerante”, como se autodefinió aquella vez en un débil balbuceo a PRIMERA EDICIÓN, el abuelo Francisco ahora está abrigado, a resguardo del frío, comiendo y dispone de una cama donde dormir, a la que se está acostumbrado de nuevo, porque fueron muchas noches sobre la humedad del pasto. Este momento impensado hace solamente una semana atrás no es casualidad, sino que tiene un protagonista excluyente, el director de este hogar, Raúl Fernández, que fue quien se conmovió con el caso y din dudarlo le abrió las puertas.“Fui a buscarlo al lugar donde estaba, llegué preguntando, porque vi en los medios que este abuelito necesitaba un techo, un hogar. Desde lejos se veía la carpita, hablé con los vecinos, estaba con su colchoncito todo mojado, eso fue el sábado que llovía”, explicó Fernández, un suboficial retirado, ex combatiente de Malvinas.Luego Fernández relató cómo fue que consiguieron que Francisco decida mudarse a su nuevo hogar. “Hicimos contacto con un tío de Francisco, que vivía cerca y fue él quien lo convenció para que venga con nosotros”, y siguió describiendo que “Lo ví en un estado deplorable, mal alimentado, sin higienizarse… Lo trajimos, le cortamos las uñas, se afeitó solo, se bañó, lo llevamos al comedor, le presentamos a los otros abuelitos y fue muy bien recibido. Francisco es tímido y en guaraní me decía que quería ir a dormir. Lo puse en una habitación separada, solito, para que se vaya adaptando y durmió sin problemas. Se está adaptando muy bien”.Francisco está contento y recuerda que el 4 de junio celebrará su cumpleaños 73, “con una buena sopa” y si le dejan con “un vasito de algo para brindar”, dice con una gran sonrisa dibujada en su cara. Poniendo elhogar en regla“Esto (el hogar Papa Francisco) es privado, lo compré el 23 de abril, con quince abuelitos adentro, de los cuales cuatro son del Pami y sin familiares. Me instalé acá y estoy haciendo los trámites, para tener toda la documentación en regla, como debe ser”, explica Raúl Fernández sobre este establecimiento ubicado sobre la avenida Tomás Guido 5.047 de Posadas.Aclaró que “como soy de Buenos Aires, nacido en la provincia de Chaco, todavía no me pueden tomar la documentación, porque estoy con el cambio de domicilio, pero dispuesto a brindar este servicio, que se trata más que nada de un compromiso moral”.Fernández destacó la colaboración de mucha gente que se acercó hasta el Hogar para aportar su solidaridad. “Recibí donación de una panadería, llamada Los Nietos, que nos dona cinco kg de pan por día. También hay gente que nos trajo ropas, alimentos no perecederos, que no quieren que se haga público sus nombres. También un oficial mayor penitenciario, que colaboró con varias cosas más y otros que llamaron para que pasemos a retirar”.





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