SANTIAGO, Chile (AFP-NA). La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, concretó ayer su anunciado cambio de gabinete, removiendo a su jefe de ministros y al titular de Hacienda, en un intento de aplacar la crisis de confianza y dar una señal de moderación en la nueva etapa de su gobierno.Catorce meses después de haber asumido su segundo gobierno y con un nivel de popularidad históricamente bajo (29%), Bachelet cambió a nueve de sus 23 ministros, cinco de los cuales dejaron definitivamente el Gobierno.“Hoy es tiempo de dar un nuevo impulso a la tarea de Gobierno, y en esta nueva fase tan exigente como inspiradora, se requiere poner renovadas energías y rostros nuevos”, señaló la mandataria, al revelar la composición de su nuevo gabinete.En un golpe de timón, Bachelet había anunciado el miércoles que le solicitó la renuncia a todos sus ministros en un intento por sortear la crisis abierta tras una serie de escándalos de corrupción política, uno de los cuales tiene a su propio hijo como protagonista.Los cambios fueron drásticos, al dejar fuera a tres de los ministros políticos más importantes (a su jefe de Gabinete y a los ministros de Hacienda y de Gobierno) y quienes formaban parte de su círculo más estrecho.“Es un cambio de hoja de ruta (…) no es un cambio cosmético, es uno político y como todo cambio político va implicar una reevaluación en el proceso reformista”, dijo a la AFP Mauricio Morales, politólogo de la Universidad Diego Portales.Militante del Partido por la Democracia (socialdemócrata), el destituido jefe de gabinete de Bachelet, Rodrigo Peñailillo, era todo un símbolo de la renovación de la política chilena tras llegar al gabinete con apenas cuarenta años.Considerado como el “hijo político” de Bachelet, Peñailillo cayó en desgracia tras su deficiente manejo del escándalo abierto tras el millonario negocio de especulación inmobiliaria que concretó el hijo mayor de la mandataria, Jorge Sebastián Dávalos, y al aparecer vinculado a un sonado caso de financiamiento irregular de la actividad política. En su reemplazo fue nombrado Jorge Burgos, exministro de Defensa demócrata cristiano, que vendría a imponer una cuota de moderación al ambicioso programa de reformas sociales prometido por Bachelet y cuya adhesión perdió apoyo entre la ciudadanía.“Este es un golpe en el mentón a la izquierda más recalcitrante, a esa izquierda refundacional que quería cambiarlo todo. Burgos buscará acuerdos y va a promover una agenda moderada”, dijo Morales.“Es una señal de moderación, pero la presidenta logró mantener un equipo que sigue siendo leal con ella”, afirmó de su lado el cientista político Patricio Navia. Inédito cambio en EconomíaEn un hecho inédito desde el retorno a la democracia tras la dictadura de Augusto Pinochet, en 1990, Bachelet resolvió cambiar a su ministro de Hacienda, Alberto Arenas, y nombrar en su reemplazo a Rodrigo Valdés, de 58 años y expresidente del Banco Estado.Ingeniero comercial, Valdés trabajó entre 2009 y 2012 en el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que podría significar un guiño hacia los mercados.





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