BUENOS AIRES (NA-DyN). Tres constitucionalistas de renombre, los abogados Eduardo Barcesat, Félix Loñ y Andrés Gil Domínguez, expresaron posiciones diversas con respecto a la situación del juez de la Corte Suprema de Justicia Carlos Fayt, en medio de las críticas de la Casa Rosada y el respaldo de algunos sectores de la oposición.El abogado Félix Loñ aseguró que “es discriminatorio y maligno mancillar o atacar” a Carlos Fayt de 97 años ya que al magistrado “lo ampara la Constitución y no tiene límites de edad para ser juez”.“Lo que están haciendo con Fayt me parece lamentable. Es un gobierno que no tiene limites ni escrúpulos”, arremetió Loñ sobre los cuestionamientos que surgieron en los últimos días desde Balcarce 50.Al respecto, el letrado resaltó tener “una relación personal” con el integrante del máximo tribunal, por lo que afirmó: “Estuve hablando con él a partir de esto y está en plena lucidez. Obviamente no es un pibe, tiene cuestiones físicas, pero está en plena lucidez”.Al ser consultado por NA sobre el reproche del oficialismo en torno a que el juez firmó en su casa la acordada que aprobó la reelección de Ricardo Lorenzetti como presidente de la Corte, Loñ reconoció que “le cuestionaron” haber avalado ese documento pero se preguntó “si la Presidenta (Cristina Kirchner) no ha firmado cosas en la quinta de Olivos”.“Se ha pretendido poner énfasis en que se mintió. También se dijo que los fallos se los hacen los relatores y de ninguna manera”, subrayó el constitucionalista al tiempo que aclaró que “por supuesto tiene relatores que estudian y analizan los temas y luego lo corrige, como lo hacen los asesores en el Congreso”. En contra parte, el especialista en derecho Eduardo Barcesat prefirió referirse a “a la situación de toda la Corte Suprema que atraviesa un agravado deterioro de credibilidad institucional”. Al ser interrogado sobre la validez de la firma de Fayt desde su casa, en analogía con los documentos que valida la presidenta fuera de Casa Rosada, Barcesat sostuvo que “ese argumento es una falacia de composición clásica” ya que “una cosa es que uno perfeccione un acto en un lugar distinto al habitual y otra es afirmar que se estuvo presente para votar y proponer un candidato cuando no se estuvo”.“Esto no puede eximir ninguna responsabilidad por lo que no sólo es una situación delicada, si no de crisis, y es un factor que hace perder credibilidad en la justicia porque podría generar un semillero de pleitos cuando alguien esté en desacuerdo con un fallo del tribunal cuestione la validez del mismo porque esta emitiendo bajo un numero inferior” de ministros, remarcó el letrado en diálogo con Noticias Argentinas.Por otra parte, el jurista arremetió contra el presidente del alto tribunal quien había expresado que la función del poder que integra es ponerle límites al Ejecutivo: “Las declaraciones de Lorenzetti sobre que los jueces no gobiernan son extremadamente desafortunadas, como si la Justicia no fuera uno de los poderes del gobierno federal”.“Asegura que la facultad de los jueces es poner límites o controlar a otros poderes, cuando no es así, la competencia es aun más amplia ya que el poder judicial controla la validez de todos los actos jurídicos, tanto de los particulares, las empresas y aún las del propio poder judicial”, precisó Barcesat.En esta línea, el letrado declaró a otro medio que “debe abrirse un procedimiento para que se investigue no la situación de Fayt, sino la actuación de la Corte de convalidar que no concurra a los acuerdos y que firme fallos redactados por otros en su domicilio particular y que no tiene participación alguna en el tratamiento de las aproximadamente 14 mil causas que entran por año a la Corte”.A su tiempo, el abogado Andrés Gil Domínguez entendió que “existe un ataque político no sólo al juez Fayt si no a la división de poderes”. “Por un lado persiguen a un hombre de un sector vulnerable, como son los adultos mayores, a traves de un vil ataque personal, y por el otro persiguen directamente la independencia del poder judicial”, agregó el jurista. En esta línea, resaltó que “la Constitución prevé que los jueces poseen cargos vitalicios, y que no pueden ser obligados por ningún examen médico, o diálogo o plática a validar si están, o no, lúcido para ese cargo”.Además, si bien la presidenta de los diputados del FpV, Juliana Di Tullio, ratificó que no prevén realizar un juicio político al ministro, Domínguez reconoció que “existe esa posibilidad”, pero que “todo lo otro que se haga por fuera e un intento de someter a la Corte y dejar jueves adictos a los intereses de este gobierno”. Por último, el constitucionalista también se refirió a la firma que cedió Fayt desde su domicilio: “La validez de las acordadas y sentencias se constatan sólo con la firma y no con si estuvo en el lugar o no”.“El Ejecutivo ha gobernado en la clandestinidad en los últimos años. Además lanzó decretos donde no hay un acuerdo de ministros, pero se lo firmó luego; lo mismo con los despachos legislativos que dicen haber firmado el mismo día cuando lo hacen cuatro o cinco días después”, concluyó. “Seguiré así mientras Dios me dé fuerza, vida y plenitud”El juez de la Corte Suprema de Justicia Carlos Fayt rompió ayer el silencio y negó tener problemas de salud. “Me encuentro bien. Estoy trabajando como siempre y seguiré así mientras Dios me dé fuerza, vida y plenitud”, expresó luego de las críticas de dirigentes kirchneristas que pusieron en duda su estado de salud.En una corta entrevista, el juez de 97 años también agradeció el apoyo que recibió desde los medios de comunicación y las redes sociales ante los cuestionamientos por su avanzada edad para ejercer su labor como magistrado.“Tengo un poco de garganta y hasta tengo buena voz, pero no es la misma cuando estoy sano que cuando estoy enfermo”, señaló Fayt a radio América, donde el conductor, el abogado Jorge Rizzo, advirtió que al momento de la entrevista atravesaba un cuadro gripal.El magistrado también destacó que está en contacto “con todos los abogados&rdq
uo; y hasta sostuvo que los letrados tendrían que tener “un programa de televisión propio” para “poder tener una voz y decir lo que piensan. Quienes tiene la posibilidad de crear una especie de voz de la abogacía, háganlo”.En tanto, agradeció “las manifestaciones de aprecio” que recibió “a través de la prensa, la radio y la televisión y de internet, con los comentarios virtuales de todos”.





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