POSADAS. El gobernador Maurice Closs realizó el viernes pasado su último discurso ante los diputados, ya que el 10 de diciembre dejará el mandato. En dos horas y media de palabras, dedicó unos pocos minutos a la actividad de la yerba mate, pero no hizo ninguna mención al caso del joven mbya tarefero que falleció un día antes, el jueves, en un accidente de tránsito cuando regresaba de trabajar en negro, sin ningún tipo de cobertura ni protección.Esta nueva muerte, a dos años de la tragedia de Salto Encantado, vuelve a poner en relieve la poca importancia que el Gobierno provincial le dio a los sectores más vulnerados de la cadena productiva de este sector. Se prometieron controles, vehículos para el traslado; se promete desde hace tres años el blanqueo a través de la corresponsabilidad; pero por el momento todo quedó sólo en palabras, como el discurso de Closs el 1 de mayo.Los Tareferos Unidos de Villa Bonita, ante la muerte de este joven mbya, expresaron que “este año, a un mes y días del aniversario de los compañeros de la Tragedia de Salto Encantado, otro trabajador tiene que lamentar una tragedia terrible en San Vicente”, en referencia al joven fallecido la semana pasada.“Todos cumplían la actividad laboral de corte y quiebra de hoja verde, donde trabajaban en negro y sin nada de seguridad. Por eso falleció un menor aborigen de 17 años”, señalaron y reclamaron que “hoy, compañeros trabajadores, es necesaria con urgencia una solución a esta problemática! Por eso nos organizamos y luchamos contra un ministro de Gobierno que no hace nada con los controles, contra un Ministerio de Trabajo ciego”.La organización de peones rurales agregó que “hoy a los compañeros tareferos les están pagando 50 pesos por cada 100 kilos de hoja verde, con sufrimiento, y en góndola pagamos 50 pesos el kilo de paquete de yerba. ¿Cuánto nos sale para vivir?”, se preguntan.El reclamo remarca que “viene un contratista y ofrece cinco centavos más, el tarefero acepta para ganar más, pero no contando con un traslado seguro ni el blanqueo”.“Para el tarefero, en ese tiempo de cosecha no existen feriados o no te reconocen un certificado médico cuanto te enfermás o lastimás en los yerbales. Nosotros sabemos la cantidad de dinero que ganan los grandes molinos y los patrones en la espalda de los tareferos. Nosotros contamos con delegaciones, sindicatos, leyes y ministerios, pero ¿dónde está nuestro Estatuto del Peón Rural? Nuestra organización reclama justicia”, finalizó el reclamo.





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