POSADAS. Cuando apenas terminaban la secundaria en la Epet 1 de esta ciudad en 2009, Germán Cabral e Ignacio Bertrán ya estaban definidos por qué carrera seguirían: Ingeniería Civil en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).Con apenas 18 y 17 años, iniciaban esta nueva etapa lejos de casa. La carrera es compleja y por lo general se la suele completar en seis años o más, pero tanto estos dos misioneros como sus otros cuatro compañeros de estudios lo hicieron en cinco, desde 2010 a 2014, llegando a presentar el trabajo final el 17 de abril pasado, con el cual recibieron sus títulos de ingenieros civiles.“Desarrollamos un trabajo con el grupo de seis compañeros que venimos estudiando desde el ingreso”, contó Cabral en diálogo con PRIMERA EDICIÓN. “En la ciudad de La Plata el casco tiene una traza de línea ferroviaria, y teníamos que resolver la interferencia de las vías del tren con las avenidas y decidimos que la avenida pase por debajo de las vías del tren. Para eso tuvimos que definir todos los aspectos, estructurales, cálculos, un trabajo complejo que requiere muchas especialidades y una sola persona no puede hacerlo”, detalló el reciente graduado, quien eligió la orientación en Ingeniería Estructural. Una gran oportunidad Durante la entrevista con este diario, Cabral recalcó varias veces su inquietud por transmitir a otros estudiantes de colegios secundarios “la oportunidad que tienen en la Universidad pública para formarse”. Desde tercer año hasta que finalice 2015, se encuentra residiendo en el albergue de esa casa de estudios platense, junto a alrededor de 150 jóvenes de todo el país que cursan en las distintas facultades de la UNLP.Esto ha sido un elemento clave en la posibilidad de continuar sus estudios en tiempo récord: si bien su familia se esforzaba por enviarle algún dinero, no habría sido suficiente para afrontar un alquiler y las comidas, cosas que tuvo cubiertas al 100% en forma gratuita. Actualmente, dos de sus cinco hermanos también residen en el mismo albergue: su hermana estudia Óptica y su hermano, Dirección Orquestal.El primer año de facultad, Cabral lo cursó viviendo en la casa de su madrina Selva en Capital Federal. “Me levantaba muy temprano y me tomaba el tren de la Línea Roca para ir a cursar, así todo el año. En segundo gané una beca de una fundación privada y me instalé en La Plata y a fin de año me postulé para la beca de albergue y ahí todo cambió, porque fue una gran oportunidad”, dijo.Como contrapartida de la beca de la fundación, Cabral realizó tareas solidarias con la ONG “De todos para Todos. Sumando manos”. “Los fines de semana trabajábamos con los chicos de los barrios, eso me dio mucha contención con mis compañeros del voluntariado y también me hizo aprender muchas cosas, ver las cosas y oportunidades que uno tiene y que otras familias lamentablemente no”, indicó el joven.El paso por la “Indu”“Con mi familia vivimos frente a la Epet 1 y desde chico me fascinó esa escuela por lo que veía, los talleres, las prácticas que hacen los chicos y también por la banda de música (de la Estudiantina), que es otra pasión. Empecé a cursar en la Epet con once años el séptimo grado -aún con el EGB 3- y luego hice hasta sexto año”, detalló Cabral.Paralelamente, Bertrán cursó hasta quinto año -entonces el sexto ya no era obligatorio- y fue así que en 2009 culminaron la secundaria y alistaron los bolsos para ir a La Plata.En cuanto a la otra pasión, la Estudiantina, Cabral indicó que participó desde noveno año “hasta sexto, que fuimos directores de la banda de música”.Ambos estudiantes resaltaron el acompañamiento de los profesores de la Epet 1 en orientarlos y aconsejarlos a tomar la decisión y definir qué carrera iban a seguir.Desde la institución destacaron el meritorio trayecto universitario de Cabral en una publicación difundida en su página web institucional: www.epet1.edu.ar. Llegando al mundo del trabajo“Entre enero y marzo de este año tuve la posibilidad de hacer las prácticas profesionales en una empresa argentina y ahora me dijeron que habría posibilidad de un trabajo a mediados de año, en una obra”, señaló Cabral. De momento, y para no perder el “training” en el estudio, profundiza en los idiomas inglés y alemán, “que me gusta mucho”, contó.Entre sus planes también piensa en viajar por el mundo para poder conocer y aprender de las obras arquitectónicas colosales.




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