ELDORADO. El teléfono celular de Carlos Marhadt (42) y las últimas llamadas y mensajes realizados desde ese terminal serán el próximo paso a seguir de los detectives que investigan el misterioso crimen que aún conmueve al Alto Paraná.Así lo pudo saber PRIMERA EDICIÓN mediante fuentes cercanas al expediente, quienes confirmaron que esa será la primera tarea que realizarán los efectivos de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic) del Poder Judicial, que desde mañana viajarán a Eldorado para interiorizarse de la causa.Los detectives llegan por pedido del magistrado Roberto Saldaña, titular por subrogación del Juzgado de Instrucción 1 de Eldorado y a cargo de la investigación, ante las complicaciones que presenta el caso: doce días después del crimen no hay pistas que permitan pensar con certeza sobre el móvil.Al respecto, como este diario informó hace exactamente una semana, las cuentas del empresario ligado a los remíses estaban totalmente claras. Marhadt no había adquirido deuda, no tenía puntos oscuros en sus finanzas e incluso sus propios empleados estaban conformes con lo que les pagaba mes a mes.Es por eso que ahora será el momento de la tecnología. Alguna llamada, algún mensaje u otra pista que se pueda encontrar en el teléfono celular de la víctima puede resultar fundamental para que el caso avance.Por el momento, sólo misterio aparece alrededor de lo que sucedió alrededor de las 20.30 del martes 21 de abril sobre calle La Paz de Eldorado, a la altura del kilómetro 10 de la tradicional avenida San Martín.A esa hora y en ese lugar el empresario se preparaba para salir a caminar junto a su pareja, tal como hacía todos los días, cuando una motocicleta con dos hombres irrumpió en la escena.Sin mediar palabra alguna, el acompañante del rodado liviano se bajó, encaró hacia donde estaba la víctima, desenfundó un arma de fuego -sería un revólver calibre 38 milímetros- y disparó varias veces.Marhadt recibió tres balazos, uno en el pecho, otro en la cabeza y el último en un brazo. La escena fue desgarradora y desesperante. No hubo nada que hacer: el hombre murió mientras intentaba ser auxiliado por sus seres queridos.El trabajo que iniciaron efectivos de la Unidad Regional III y de la Dirección de Homicidios, que ahora continuarán sus pares de la Saic, no resulta para nada fácil: las hipótesis que se barajan son miles y no hay elementos que permitan volcarse sobre una u otra con grado de certeza.





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