BUENOS AIRES (Medios digitales). En el asentamiento de la zona del Bajo Flores, un sector caliente del narcotráfico, entre 2013 y 2014 hubo cerca de 40 homicidios y muchos de los crímenes llevan el sello de los sicarios y el mundo de las drogas. Se trata de una disputa por el dinero, el poder y el territorio.En 2015 la guerra interna parece no detenerse. Los ajustes de cuentas se repiten y la cifra de muertes ya superó la docena. Las bandas no se frenan a pesar de las bajas (detenciones y asesinatos). Tienen un importante mecanismo para rearmarse y continuar con el tráfico y la venta de estupefacientes.El domingo 12 de este mes, la villa 1-11-14 volvió a quedar bajo el fuego de las balas de los sicarios: hubo un cuádruple homicidio jovenes paraguayos, y todas las sospechas volvieron a apuntar al negocio del narcotráfico: tres de las víctimas eran hermanos de un joven que está preso en Marcos Paz a la espera del juicio oral y público acusado de integrar una banda que comercializaba estupefacientes desde la villa.El detenido, Gustavo Lezcano González, que acaba de cumplir 21 años, declaró el jueves pasado ante los fiscales Marcelo Munilla Lacasa y Adrián Giménez, que investigan los homicidios de sus hermanos Leticia, Hugo y Agustín, de 19, 30 y 24 años, respectivamente, y de Fabio Basualdo Gómez Ruiz Díaz, de 21.Además de declararse inocente, explicó que el cuádruple homicidio nada tiene que ver con él y con la causa por la que está preso.La única que vivía en la 1-11-14 era Leticia, que tenía una beba de siete meses y trabajaba. Las demás víctimas se habían mudado a General Rodríguez. El domingo pasado fueron sorprendidos por sus asesinos cuando se bajaron del automóvil Mercedes-Benz A190, que dejaron estacionado a 150 metros de la avenida Perito Moreno. Se secuestraron 24 vainas servidas de calibre 9 milímetros y de 40.“Lezcano González explicó que, para él, la masacre del domingo pasado se originó por los problemas de convivencia que tenía su familia en la villa”, sostuvo a un diario local una fuente judicial.Su familia no piensa lo mismo. En la causa ya declaró su madre, Donaciana González. La mujer les dijo a los fiscales que a Leticia, Hugo y Agustín los mataron para enviarle un mensaje a su otro hijo que está preso. Una advertencia.Según el juez Federal Sergio Torres, “La organización investigada se encuentra dividida en distintos grupos que operan en base a un sistema de ‘turnos’, coordinando entre sí las actividades de comercialización de estupefacientes y acopiando diversas armas de fuego”, afirmó el magistrado en su resolución.Ésta es la diferencia central entre las bandas narco lideradas por ciudadanos paraguayos y las organizaciones lideradas por delincuentes de nacionalidad peruana que operan en la 1-11-14, según explicaron fuentes judiciales.“Los narcos de nacionalidad peruana muestran una mayor organización. En cambio, los de nacionalidad paraguaya no son tan ordenados”, afirmó un detective judicial.





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