PUERTO RICO. El fin de semana largo de Semana Santa fue el primero luego de la implementación de la Ordenanza 128/14 que entró en vigencia el primero de abril y que regula el consumo de bebidas alcohólicas en espacios públicos y en locales comerciales donde se trabaje con vehículos como talleres y lavaderos. Héctor Pedroso, jefe de inspectores de la Municipalidad de Puerto Rico, explicó a PRIMERA EDICIÓN: “hemos transitado un fin de semana sin irregularidades, podemos decir que hubo un acatamiento muy importante a la ordenanza porque solamente tuvimos que realizar dos advertencias el sábado por la noche, pero que no fueron graves”, manifestó. Por otro lado, respecto a la metodología de trabajo en conjunto con la policía, el inspector explicó que durante todo el mes de abril se va a mantener la modalidad de advertencia, pero que luego se comenzarán con las actas y el decomiso de las bebidas. La ordenanza, presentada por el intendente Federico Neis y sancionada por unanimidad de los concejales el 21 de octubre pasado, establece la prohibición al consumo de bebidas alcohólicas en veredas, calles, plazas, plazoletas, paseos, costaneras, playones, complejo municipal, escuelas, hospitales, centros de Salud, bibliotecas, terminal de ómnibus, lavaderos, gomerías, estacionamientos, y todo comercio que brinde servicios a automóviles. Los encargados de controlar son los inspectores municipales y la policía provincial pudiendo secuestrar las bebidas y labrar un acta (multa).No obstante, la juventud de esta localidad está lejos de haber dejado atrás el debate y las críticas a la clase política, a la que acusan de seguir actuando sin tenerlos en cuenta. En el Instituto San Alberto Magno, la profesora de filosofía Wilma Sherf, impulsó un debate con los alumnos del 5to Humanidades en el que los alumnos debían por un lado un grupo defender la ordenanza, y otro cuestionarla. Luego del debate y las argumentaciones se dejó ver una conclusión que encontró enfrentados por un lado el derecho a la libertad y por el otro el derecho a la salud. El grupo que debía cuestionar la prohibición sostuvo que es un ataque a la libertad de lo jóvenes que cada vez tienen menos espacios y actividades que desarrollar en la ciudad; y por el otro, el grupo que la defendió, sostuvo que es una medida de protección a la salud y a la seguridad de la comunidad y que por lo tanto es buena. Consultados por este medio, los jóvenes lamentaron que no se los haya tenido en cuenta a la hora de elaborar la ordenanza, “porque si bien el consumo de bebidas alcohólicas puede ser un problema real, hay otros problemas que afectan a la juventud y los políticos no los tienen en cuenta, sino que permanece esa estigmatización de lo mala que es la juventud y por ende hay que limitar su accionar, pero no se generan ni opciones ni alternativas”, dijeron.En la Escuela Normal Superior Nº3, los profesores Benigno González y Susana Canavero también se ocuparon de impulsar actividades que generen debate con sus alumnos e intentar entender mejor los alcances de la ordenanza. Para ello, convocaron a los concejales, a la policía y a los inspectores para que la expliquen en una charla. Consultados por PRIMERA EDICIÓN, los alumnos se mostraron mayoritariamente a favor de la ordenanza, aunque reconocieron que al principio les pareció chocante. Sin embargo, luego de entenderla mejor la consideraron una medida positiva en el sentido de que va a colaborar con la prevención de actos de violencia, la salud de los jóvenes y la limpieza de la ciudad ya que era un escenario normal los fines de semana la gran cantidad de botellas tiradas por las avenidas. Sin embargo, un grupo la cuestionó y lamentó que una vez más los políticos hagan cosas que afectan a la juventud sin siquiera consultarles: “es llamativo que para votar sí tengamos edad suficiente con 16, pero no tenemos edad suficiente para tomar, ni para entrar a un boliche ni para que se nos tenga en cuenta en este tipo de medidas”, expresó José, un joven de la Normal.Por el lado de la reflexión de los docentes, el factor común de los que estuvieron trabajando la temática es que el problema principal del tema del alcohol y sus secuelas no es la juventud, sino la sociedad adulta, y que los jóvenes son víctimas de una sociedad que nunca abordó con seriedad y coherencia el tema.





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