POSADAS. La realización del “abrazo” al ceibo misionero, en el marco de la primera acción colectiva de los “abrazadores verdes”, fue también recientemente una forma simbólica de abrazar a todos los árboles del planeta “como compromiso de cuidado individual y colectivo”, explicaron los visitantes de Flor de Feria. Se trató de una actividad realizada con el objetivo de “plantar” ideas que luego se multipliquen y se traduzcan en: cuidar, plantar y reproducir especies, especialmente nativas.El contexto, donde tuvieron lugar las actividades de la feria, es un vivero situado en las afueras de la Capital provincial, conocido además por ser un pequeño pulmón verde dentro de la ciudad, con muchas especies en tierra.“Realmente fue un momento mágico: sentir la energía de muchas personas enlazadas por las manos, abrazando la vida y conectadas en reflexionar y sentir la presencia del árbol y todo lo que simboliza”, dijo Rocío Orlando a PRIMERA EDICIÓN. Relató la joven que al momento de la “caricia” al ceibo se leyeron algunas palabras en referencia a que “ningún árbol necesita abrigo, sino que cada uno según su especie, posee un sistema de protección y adaptación que le permite crecer en el clima y lugar adecuado. Ellos -junto con todos los vegetales- son los únicos seres que enlazan la tierra con el cielo, transformando la energía luminosa en materia a través de la fotosíntesis y brindando la posibilidad de ser sombra, abrigo, alimento, reguladores de temperatura, humedad, mantenedores incansables del aire puro y para el hombre mucho más: son madera, fibras, aceites, resinas, barnices, gomas, medicamentos, y otros. Al observarlos, veremos su infinidad de formas, tamaños, colores y aromas que regocijan nuestro espíritu y alimentan en nuestra mente y corazón el valor de su existencia. Hoy, mediante esta pequeña acción simbólica, queremos expresar nuestro amor por todos los árboles del mundo y nuestro compromiso de cuidarlos, propagarlos, difundir información y sus semillas”. Así, en un abrazo simbólico se colocó en el tallo de un ejemplar de Erythrina falcata (ceibo) y una frase tallada en madera en cumplimiento de lo mencionado y una fina red tejida, como símbolo de abrazo permanente. A la par de esta acción simbólica, los organizadores críticos por la falta de “abrazadores verdes” que estén ocupando roles y espacios de poder para la toma de decisiones de arborizar. Sostuvo Orlando: “Como en todo proceso de urbanización, en Posadas-Garupá, que crecen aceleradas, lo lamentable es la pérdida de espacios verdes porque produce un deterioro de la diversidad. Las plantas que han sido introducidas en la costanera suplen en parte la desaparecida franja de bosque ribereño debido al avance de las aguas por la represa Yacyretá”.





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