BUENOS AIRES (NA). El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) advirtió que “la presión tributaria en la Argentina, del 31,2%, está por encima del promedio de latinoamérica” y propuso eliminar “distorsiones” en materia impositiva en el país.De este modo, el organismo planteó la eliminación del tributo al cheque, bajar gradualmente los derechos de exportación y reducir el impuesto a las Ganancias a las personas físicas actualizando escalas, congeladas desde el 2000.Además, aconsejó al Gobierno a impulsar la eliminación de la ganancia mínima presunta y elevar el piso de Bienes Personales.“Hoy debe haber muchos argentinos que son contribuyentes de bienes personales por el sólo hecho de tener una casa y un auto normales”, sostuvo, en un informe sobre: “Presión Tributaria y Gasto Público de Argentina en el contexto internacional”.Según la medición de organismos como CEPAL, OCDE y BID, la presión tributaria argentina en el 2013 representó el 31,2% del producto bruto. “Con este valor, ocupa el segundo puesto en el ránking de presión tributaria de los países latinoamericanos y del Caribe, por detrás de Brasil, cuya presión tributaria alcanzó el 35.7% del PIB”, precisa el informe.De este modo, la carga tributaria de Argentina, si bien se encuentra aún por debajo de la presión tributaria del promedio de los países de la OCDE (34,1%), es sustancialmente más elevada que el promedio de latinoamérica y el Caribe (21,3%), y de los vecinos Uruguay (27,1%) y Chile (20,2%).Agrega que “durante las últimas dos décadas, la mayoría de los países de la región de Latinoamérica experimentó un marcado crecimiento de la carga tributaria como porcentaje del PIB, especialmente a partir del 2002”. En la Argentina, según estadísticas de la CEPAL, el tamaño del Estado considerando el gasto total del Sector Público no financiero aumentó a lo largo del período 1990-2012 unos 22 puntos porcentuales del producto (prácticamente duplicándose). “En general, las estructuras tributarias de los países de América Latina tienden a caracterizarse por una mayor participación de impuestos indirectos, que son más regresivos puesto que no tienen en cuenta aspectos individuales de las personas como su capacidad de pago, por ejemplo”, sostuvo.Al respecto, advierte que en la Argentina “han ido ganando importancia en la estructura de recaudación tributos sumamente distorsivos e ineficientes, como el impuesto provincial a los Ingresos Brutos (claramente regresivo), o el impuesto al cheque”. La estructura actual de la recaudación consolidada, sin seguridad social, está conformada en un 70% por impuestos indirectos y un 30% por impuestos directos.“En el caso del impuesto a las Ganancias, uno de los más progresivos por definición, se ha planteado una dicotomía en los últimos años en Argentina”, aseveró. Por un lado, la falta de actualización de los tramos de las escalas de alícuotas del impuesto a las ganancias para personas físicas, la actualización de mínimos y deducciones por debajo de la inflación, y la imposibilidad de realizar ajustes por inflación en el caso de personas jurídicas, han hecho que a nivel macro la recaudación de este tributo tenga mayor importancia”, indica el estudio.





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