MARIGNANE, Francia (AFP-NA-Medios Digitales). La investigación sobre la catástrofe del Airbus A320 de Germanwings en los Alpes franceses dio ayer un giro inesperado, con la revelación de parte de la Justicia francesa de que el copiloto habría provocado voluntariamente el estrellamiento del avión.Esta revelación espectacular, debida al análisis de una caja negra encontrada el martes en el lugar de la catástrofe, coincidió con la llegada a Francia de familias de las 150 víctimas, que tuvieron la primicia de esas informaciones, antes de la conferencia de prensa dada por el fiscal de Marsella, Brice Robin, en el aeropuerto de Marignane (sur).Los motivos del copiloto, un alemán de 28 años llamado Andreas Lubitz, siguen sin aclararse, pero el fiscal precisó que no estaba “registrado como terrorista”, información confirmada después por Berlín.El copiloto, que quedó solo en la cabina de pilotaje tras la salida del piloto, accionó el botón de descenso y no dejó abrir la puerta para permitirle volver a entrar al comandante, indicó el fiscal.En la caja negra “se oyen varios llamados del comandante para pedir el acceso a la cabina de pilotaje, pero no hubo ninguna respuesta del copiloto”, agregó.Andreas Lubitz, cuya respiración regular se oye hasta el final, no respondió tampoco a los llamados de la torre de control que se dio cuenta del descenso anormal del aparato. “La interpretación más verosímil es que el copiloto, voluntariamente, rehusó abrir la puerta de la cabina al comandante de abordo y accionó el botón de pérdida de altitud, por una razón que ignoramos totalmente, pero que puede analizarse como una voluntad de destruir el avión”, según Brice Robin.Unas 200 personas, parientes de las 150 víctimas, llegaron a la zona de la catástrofe y fueron trasladadas cerca del lugar en el que se estrelló el avión en la más estricta intimidad y lejos de la prensa.El fiscal les aseguró que los pasajeros murieron instantáneamente y que “no se dieron cuenta de que el avión se estrellaba hasta el último momento”.En los últimos segundos antes del choque contra la montaña, la grabación de 30 minutos deja oír la alerta señalando la proximidad del suelo y los gritos de los pasajeros.Después del despegue de Barcelona, en los 20 primeros minutos de grabación se oyen intercambios “joviales” entre el piloto y el copiloto. Y luego, después de una conversación del piloto con vistas al aterrizaje en Düsseldorf (Alemania), el piloto deja el mando al copiloto y sale de la cabina. Pero no pudo volver a ella, pese a sus llamados y golpes en la puerta, que sólo se puede abrir del interior.El copiloto fue contratado “en septiembre de 2013” por la compañía aérea, y tenía 630 horas de vuelo. En los últimos días, las autoridades francesas habían indicado que “no privilegiaban” la pista terrorista. En Colonia (Alemania), Carsten Spohr, director de Lufthansa, casa matriz de Germanwings, se declaró “estupefacto” por las revelaciones sobre el copiloto, y afirmó que “no hay el más mínimo indicio” sobre sus motivos.El presidente del gobierno español Mariano Rajoy se declaró “conmocionado” por las revelaciones de la investigación. De las 150 víctimas, 50 eran de españolas y 72 alemanas. Los primeros restos de las víctimas fueron heliportados el miércoles por los equipos de socorro en el lugar de la catástrofe, cerca de Digne (sudeste). Ayer se reanudaron las operaciones de rescate de los cuerpos y de búsqueda de la segunda caja negra, la que contiene los datos del vuelo, que sigue sin ser encontrada. Médicos legistas acompañados por gendarmes especialistas de la montaña fueron llevados en helicóptero hasta el sitio.Según el teniente-coronel Xavier Vialenc, los gendarmes “tratan de recuperar todo lo que pueden”. La tarea será “larga, muy larga, al menos quince días”, dijo.Las familias de las víctimas que llegan a la región pueden recogerse en capillas ardientes organizadas en dos localidades cercanas, Seyne-les-Alpes y Le Vernet.Los periodistas fueron mantenidos el jueves por la mañana a una distancia de varias decenas de metros de la capilla ardiente de Le Vernet, a fin de preservar la intimidad de las familias. Los gendarmes tienen la consigna de “impedir todo contacto entre las familias y la prensa”, indicó a la AFP uno de ellos.Se va a pedir a los parientes muestras de ADN a fin de facilitar la identificación de los restos humanos. Esta identificación va a llevar “días e incluso semanas”, advirtió el fiscal. Interpol envió un equipo de especialistas para ayudar a esa tarea.El miércoles los dirigentes francés, alemana y español, François Hollande, Angela Merkel y Mariano Rajoy rindieron homenaje a las víctimas en el lugar del drama. Las 150 víctimas eran originarias de unos veinte países.“Supera todo lo imaginable” La canciller alemana, Angela Merkel, se ha mostrado este jueves “consternada” por el giro en la investigación de la catástrofe aérea de Germanwings, que según los investigadores franceses fue provocada a propósito por el copiloto del avión. “Esto supera todo lo imaginable”, ha señalado la canciller en Berlín en su primera reacción a la noticia. Las inquietantes revelaciones de la fiscalía francesa hacen que el caso gire “sobre una nueva dimensión sencillamente inconcebible”, ha añadido.“Estoy consternada por esta noticia, como mucha gente en todo el mundo”, continuó Merkel. La hipótesis de que el accidente haya sido provocado “es una nueva y difícil carga adicional para las víctimas”, según la canciller. “En este momento tan difícil pensamos en ellos”.“Prometo a todos los ciudadanos, y sobre todo a todas las familias y amigos de todos los países que perdieron seres queridos en esta catástrofe, que el Gobierno alemán hará todo para apoyar las investigaciones”, añadió. “Es algo que le debemos a todas las víctimas como a sus familiares, que tanto están sufriendo hoy”.“Ni en las peores pesadillas”En menos de 24 horas el presidente de Lufthansa ha tenido que comparecer de nuevo tras el “vuelco” de las investigaciones, al conocerse que el “copiloto estrelló voluntariamente” el Airbus de Germanwings. De nuevo, de rig
uroso luto y con rostro compungido, Carsten Spohr ha reconocido que “ni en nuestras peores pesadillas podíamos imaginar un suceso como éste”.El máximo directivo de la aerolínea, ex piloto, ha señalado que Andreas Lubitz pasó todas la pruebas necesarias para ser apto para manejar un avión y que en 2008 terminó su formación. En 2013 pasó a ser copiloto. Ha reconocido que hace seis años hubo una “interrupción” en su formación pero, posteriormente, volvió a “superar las pruebas”. Amigos del entorno de Lubitz citados por medios alemanes creen que sufrió entonces una crisis o depresión.El sistema de selección de Lufthansa es “muy concienzudo”, recalcó Spohr, y se incluyen aspectos psicológicos.Explicó que ahora verán cómo pueden “mejorar” en la fase de selección y en la formación posterior. En sus explicaciones, confirmó que Lufthansa realiza exámenes médicos a su personal una vez al año, pero que no obliga a ninguna prueba psicológica una vez concluida la fase de formación.En cualquier caso, “dan igual todas las medidas de seguridad” que se tengan, un “caso individual como éste, no se puede controlar”, señaló.Despedida en Los AlpesLos familiares de las víctimas del vuelo Barcelona-Düsseldorf que se estrelló en los Alpes recordaron ayer a sus fallecidos en una ceremonia en la localidad de Le Vernet, el punto más próximo al lugar de la tragedia al que pueden acceder.Los psicólogos que se desplazaron a la zona aseguran que los “familiares han venido aquí a intentar buscar una respuesta”. Según las mismas fuentes, “se encuentran en un estado de nervios y fragilidad enorme, hasta el punto de que se olvidan de beber y comer”.Hasta el lugar también se trasladó todo un equipo de la Cruz Roja para ayudar a los allegados de los fallecidos. Hay incluso sanitarios preparados por si alguno de ellos sufre un colapso, cosa que a los médicos nos les extrañaría que sucediera.Ocho autobuses partieron desde Marsella, adonde habían llegado procedentes de Barcelona y de Düsseldorf en sendos aviones fletados por la aerolínea Lufthansa.Unos 250 familiares de las 150 víctimas participaron en un homenaje organizado en un centro comunitario. “Era un chico buenísimo”El copiloto del Airbus A320 de la aerolínea Germanwings que se estrelló en los Alpes franceses, provocando la muerte de sus 150 ocupantes, era un alemán de 28 años que vivía con sus padres y era un corredor aficionado.Se llamaba Andreas Lubitz. Había comenzado a trabajar en Germanwings en septiembre de 2013, justo después de terminar sus estudios en el centro de formación de pilotos de Lutfhansa en la localidad de Bremen, en el norte de Alemania. Tenía 630 horas de vuelo.El joven era originario de Montabaur, en el Estado de Renania-Palatinado, en el oeste de Alemania, donde vivía con sus padres, informó la alcaldesa de la localidad, Gabriele Wieland. Sin embargo, Lubitz también tenía un alojamiento en Düsseldorf, donde se encuentra un importante centro de operaciones de Germanwings, y hacia donde se dirigía el vuelo que se estrelló en los Alpes el martes.Andreas Lubitz era miembro del club privado de aviación LSC Westerwald y era deportista aficionado a las carreras populares, según los registros de las competiciones en las que participó. Uno de los convecinos del copiloto, Klaus Ratke, afirma que lo conocía desde los catorce años y nunca había notado algo raro en él. “Era un chico buenísimo, con muchos amigos. Totalmente normal”, dijo el presidente del club aéreoSegún publicó en septiembre de 2013 la revista Aviation Business Gazette, Andreas Günter Lubitz fue incluido en esas fechas en la base de datos de la Federal Aviation Administration (FAA) en reconocimiento a la excelencia de su formación.En declaraciones a Reuters, un miembro del club manifestó que todos los pilotos pasan controles periódicos para comprobar que están bien física y mentalmente. Calificó de “inimaginable” la posibilidad de que Lubitz estrellara el avión y pidió que no se saquen “conclusiones precipitadas” hasta que concluya la investigación.





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