POSADAS. Dolores indescriptibles, dificultad para caminar, sentarse, levantarse. Esa es la cotidianeidad de un buen número de adultos mayores de 60 años. La buena noticia es que se está haciendo cada vez más habitual la posibilidad de hacer una cirugía de columna que pueda aliviar estos dolores originados en escoliosis, pinzamientos, hernias de disco, entre tantas otras.“Antes no era muy común, pero ahora se está investigando mucho más en técnicas y tratamientos para adultos mayores, porque la expectativa de vida ha crecido mucho y un hombre o una mujer de 60, 70 años o más siguen con una vida muy activa, hacen deporte, salen a caminar, quieren viajar, compartir con sus nietos”, explicó a PRIMERA EDICIÓN Santiago Balderrama, traumatólogo especialista en columna y cirujano de Posadas (www.gruponeuroespinal.com.ar).Siempre que sea necesario y haciendo un adecuado seguimiento y controles al paciente, así como estudios de imagen en detalle, es posible hacer una cirugía que permita resolver en un gran porcentaje estas afecciones que comprometen seriamente la calidad de vida de las personas.Un antes y un después“Pasé más de diez años con dolores de cintura y en las piernas. Me operé hace un año y medio y ahora me arrepiento de no haberlo hecho antes, porque estoy mucho mejor”, contó a este matutino Alberto Koch (64), mecánico de autos de Oberá.Su afección era en la zona lumbar en las vértebras 3º, 4º y 5º. Eso le generaba dolores y calambres que le impedían desarrollar sus tareas en el taller al punto que “me agachaba a levantar algo del piso y ya no podía levantarme”.Previo a la cirugía había probado todo lo existente que pudiera paliar el dolor, pero ya no le hacía efecto: “Me inyectaban diclofenac y probé todas las pastillas del mercado, pero nada me calmaba”, dijo quien sufría realmente cada vez que tenía que viajar en auto. Ahora la realidad es otra: “El otro día viajé 900 kilómetros en una día sin ningún problema”, contó satisfecho.Camino a los 80, sin doloresErcilia Bencharsky (79) de Posadas padecía una escoliosis degenerativa que poco a poco le fue impidiendo realizar sus caminatas habituales y llegar al punto de apenas poder movilizarse dentro de su casa a causa de los dolores. Fue operada hace dos años por el doctor Balderrama y su equipo. “Ella comenzó con artrosis a los 50 años. La recomendación era que saliera a caminar y así lo hizo tres veces por semana, muchos años. Pero a los 70 comenzó con los dolores cada vez más fuertes” explicó a PRIMERA EDICIÓN su hija Claudia Zalazar. “Mi mamá había perdido su independencia porque necesitaba que la ayudáramos en todo, se levantaba de la cama y se quedaba inclinada para un costado”, contó señalando que era tan evidente este efecto “bisagra” que los ruedos de los tapados siempre quedaban más largos de un lado que del otro.Tras esperar varios meses la autorización de la obra social que en un primer momento colocó varias objeciones para cubrir la práctica dada la edad de la mujer, lograron que fuera operada. El posoperatorio fue de poco más de un mes y poco a poco comenzó con bicicleta y a caminar suavemente. “Si ella no se operaba, creo que hoy ya no estaría caminando más”, dijo su hija satisfecha por la decisión tomada con su madre y familia.Mayor riesgoEl caso de Rosa Gerometta (73) de Jardín América fue más complejo porque estaba vinculado con una metástasis que se presentó en la zona cervical. Fue operada con buenos resultados, según indicó el doctor Balderrama. Marcelo, el hijo de Rosa, contó a este diario que hace tres años su madre había tenido un tumor de mama, el cual fue tratado con quimioterapia. Tiempo después comenzó con dolores en el cuello y los estudios mostraron que tenía metástasis. Tras la cirugía, que tuvo un posoperatorio de 40 días, continúa con quimioterapia.





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