COLONIA GUARANÍ. A pocas horas de que se cumpla el primer mes de la confusa muerte del changarín Julio Antonio Lloret (25), siete de los ocho policías investigados por el episodio fueron reintegrados a las filas de la Policía provincial después de permanecer varias semanas en situación de disponibilidad.Así lo reveleron a PRIMERA EDICIÓN sus fuentes, quienes informaron que los uniformados ya recuperaron el status de “activos” en la fuerza y serán redistribuidos en distintas dependencias de la provincia. No obstante, tanto la investigación interna como judicial no se agotan y todos quedan a disposición de lo que determine la continuidad de la causa.No obstante, como informó este medio el viernes 13 de marzo, en el expediente aún no constan elementos en contra de los ocho uniformados, más allá de algunas faltas administrativas que, según informaron las fuentes, no configurarían un delito.Sin imputación formal por parte de la Justicia provincial, desde la Dirección de Asuntos Internos de la Policía provincial se cerró la instancia administrativa preliminar y se le levantó el pase a disponibilidad a los siete policías, al menos hasta que exista una medida judicial en su contra.El único de los ocho servidores públicos que permanece separado de la fuerza es el médico policial que en su momento atendió a la víctima. Esto tiene que ver con que aparentemente no habría realizado una revisión exahustiva del cuerpo y, quizás por eso, ante el deceso no informó de los golpes que presentaba.Julio Antonio Lloret (25) falleció en confusas circunstancias. Pese a que en un principio el médico policial involucrado certificó que su deceso se había producido por cuestiones de salud y no por un hecho violento, la autopsia determinó que la víctima efectivamente tenía golpes en el cráneo y en otras partes del cuerpo.Lloret tenía antecedentes y estuvo detenido por un hecho de hurto en la comisaría de Guaraní entre el sábado 14 y el viernes 20 de febrero. Aquel día, cuando recuperó la libertad, jamás habría sido examinado por el médico policial.Siete días después, el viernes 27 de febrero, cerca de las 9, un móvil policial fue requerido en el Destacamento Villa Industrial para trasladar a Lloret hacia el hospital Samic de Oberá porque la víctima tenía dolores.Por la tarde, a las 16.20, el changarín regresó a Guaraní en un colectivo interurbano. Se bajó en el acceso al pueblo y allí quedó bajo una intermitente lluvia. A su regreso, el chofer de la unidad se apiadó de su expasajero y lo trasladó hasta la comisaría del pueblo.Desde la dependencia, Lloret fue trasladado en otro móvil a la vivienda de un familiar en Villa Sommer. En ese lugar, ya cerca de la madrugada, falleció. Y el médico policial diagnosticó paro cardiorrespiratorio.Sin embargo, la familia de la víctima se presentó a las pocas horas en la fiscalía de Oberá y relató que, antes de morir, Lloret había contado que cuatro personas que portaban borceguíes lo atacaron salvajemente en la vía pública.De allí que la Justicia decidió investigar el accionar de los policías. Para ello incluso solicitó la colaboración de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic) del Poder Judicial, que secuestró libro de guardias y otros documentos de Guaraní. La investigación continúa, pero por el momento sin elementos de fuerza que permitan imputar formalmente a los siete policías señalados en un principio.





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