BRASILIA, Brasil (Medios Digitales). Los economistas elevaron sus pronósticos para la tasa de inflación de Brasil en 2015 y redujeron sus expectativas de crecimiento económico por duodécima semana consecutiva, según se desprende del sondeo Focus del Banco Central.La tasa de inflación de Brasil terminaría 2015 en un 8,12% y bajaría al 5,61% en 2016, de acuerdo con las proyecciones de los analistas de unas 100 instituciones financieras. El Banco Central de Brasil tiene una meta de inflación de 4,5% anual, con un margen de tolerancia de dos puntos porcentuales.Por otro lado, los analistas del mercado prevén que la economía brasileña sufra en 2015 una contracción del 0,83%, su peor resultado desde 1990. La semana pasada, ese cálculo era del 0,78%.De confirmarse la pesimista previsión de crecimiento, la economía brasileña registrará este año su peor comportamiento en los últimos 25 años, desde la caída del 4,35% que sufrió en 1990. A comienzos de 2015, los analistas confiaban en una expansión del 0,50%, pero pronto redujeron sus expectativas.La contracción igualmente confirmaría la tendencia de deterioro del PIB de la mayor economía latinoamericana, que, tras haber crecido un 2,49% en 2013, se desaceleró el año pasado, cuando se expandió por debajo del 0,20%, según las últimas proyecciones.Los especialistas tampoco vaticinan una fuerte recuperación en 2016, para cuando proyectan ahora un crecimiento del 1,20%, por debajo del 1,30% que esperaban hasta hace una semana y del 1,50% que calculaban hace cuatro semanas.Brasil terminó 2014 con una inflación del 6,41%, por encima de la de 2013 (5,91%) pero por debajo del techo máximo tolerado por el gobierno de Dilma Rousseff, quien el sábado pasado afirmó que el país superará a “corto plazo” sus actuales dificultades económicas.“Sólo podemos superar esa situación momentánea de dificultad, ya que nuestro desequilibrio es momentáneo, con la aprobación del ajuste. Tras la aprobación del ajuste, salimos de eso en el corto plazo”, afirmó la jefa de Estado en un discurso en el estado de Río Grande del Sur.Las medidas, sin embargo, han sido criticadas hasta por sindicatos y sectores de izquierda aliados de Rousseff, por lo que no cuentan con un apoyo mayoritario en el Congreso.





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