El padre Roque González de Santa Cruz cerró su ejemplar de los Ejercicios Espirituales de la Orden de Jesús y se decidió.25 de marzo de 1615Ese día , a orillas del Río Paraná, fundó la reducción de Nuestra Señora de la Anunciación de Itapúa. En la misma fecha, pero del año 1599, el obispo de Córdoba, Don Hernando de Trejo y Sanabria, había oficiado misa y lo había ordenado sacerdote. Día que recordaba el pasaje bíblico del anuncio del arcángel Gabriel a María de Nazareth sobre la gestación divina y el nacimiento de Jesús. Habían llegado a Roque, además, las historias de un valeroso mburuvichá (cacique) guaraní, de nombre Itapúa, antiguo líder de los aborígenes que iba a evangelizar.Anunciación de ItapúaSobre los antecedentes de la nueva misión, el jesuita e historiador Guillermo Furlong, en su obra “Misiones y sus pueblos guaraníes”, escribió que “Francisco González de Santa Cruz, hermano del padre Roque y casado con una hermana de Hernandarias, como teniente General y Gobernador que era de la Asunción, de la que dependía entonces lo que es ahora la Provincia de Misiones, en 25 de febrero de 1615 suscribió el más antiguo decreto, autorizando al padre González de Santa Cruz a fundar en su jurisdicción tres o cuatro reducciones.” Añade Furlong que “munido con este documento, inició Roque González la conquista espiritual, y su primer empeño fue fundar una Reducción y la fundó sobre el solar que en la actualidad ocupa la ciudad de Posadas”. Y es el propio Roque González quien escribió: “Acomodéme en una chozuela junto al río, hasta que, luego después, me dieron otra choza pajiza algo mayor y poco más de dos meses después envió el Padre Rector de la Asunción, al padre Diego de Boroa. Llegó a aquel puesto, el segundo día de Pascua del Espíritu Santo, y ambos nos consolamos harto de vernos por amor de Dios Nuestro Señor en partes tan remotas y apartadas; acomodámonos en la choza ambos, con unos apartadizos de cañas y con los mismos estaba atalajada una capillita, poco más ancha que el altar, adonde decíamos misa.”“En esta casita –agregó Roque- estuvimos con no pequeña necesidad de todo, porque el frío, como no tenía defensa, era tanto, que nos quitaba el sueño. La comida, unas veces un poco de maíz cocido, otras harina de mandioca que comen los indios…”Más adelante refiere que “viendo como los indios nos cobraron amor, trabajamos de hacer una pequeña iglesia, que con ser baja y cubierta de paja, estos pobrecitos, lo son tanto, que les parecía palacio real, y mirando hacia el techo hacían milagros; ambos nos embarrábamos a ratos, para enseñar a los indios, que aún eso no sabían; acabóse para el día de Nuestro Santo Padre Ignacio (de Loyola) del año pasado de mil seiscientos quince.”Un testigo directo de la fundación de la reducción de Anunciación de Itapúa, fue el niño Miguel Dávila, que a la edad de diez años, ayudó al padre Roque en las misas y en la visita a los enfermos de esos primeros tiempos.Fue Dávila, quien suscribió, el 28 de febrero de 1652, ya adulto, en Asunción, una Declaración Jurada, cuyo infolio se halla hoy en el Archivo de Indias en Sevilla.“Cuando el padre Roque González de Santa Cruz –dice el documento- entró en el Río Paraná, el año 1615, a predicar el Santo Evangelio a los indios de dicho río, dio principio a la reducción que hoy llaman de Nuestra Señora de la Anunciación de Itapúa, al pueblo e iglesia; ayudándole él en todo hasta que llegó, como dos meses después, el padre Boroa, que fue a ayudarle a acabar la reducción, iglesia y pueblo, donde quedó, porque el padre González acudió a otras partes de dicho río a apaciguar y reducir los indios de él…” “Fue el padre Roque González el fundador de aquella primitiva Posadas, y fue él quien, con su primer compañero, el Padre Diego de Boroa, y con el sucesor de éste, el recordado Padre Del Valle, roturó la primera rojiza gleba misionera y sembró los primeros gramos de trigo y de maíz.”, afirmó el padre Guillermo Furlong en “Misiones y sus pueblos Guaraníes”. Jornada declarada de Interés NacionalLa Cámara de Diputados de la Nación declarará de interés nacional la jornada del 25 de marzo, en la que se conmemoran 400 años de la Fundación de Nuestra Señora de la Anunciación de Itapúa, actual ciudad de Posadas, según un proyecto de la legisladora Julia Argentina Perié.Según el texto, la actual capital de Misiones tuvo varios nombres, entre ellos: Trinchera de San José, Trinchera de los Paraguayos, Paso de Itapúa. También se le llamó Trinchera, sin aditamento alguno.El proyecto tuvo en cuenta un pedido de la Asociación Flor del Desierto, y de varios historiadores misioneros que coinciden en la importancia de la fecha, entre los que se encuentra el ensayista y crítico literario Ángel Núñez, que expone el tema en su dossier titulado "Todos los nombres el nombre" y la reciente sanción de la Ley Provincial VI-177 que instituye a 2015 como “Año del 400 Aniversario de la Fundación de Nuestra Señora de la Anunciación de Itapúa, actual Posadas” y dispone que durante el transcurso de este año se realicen actividades de conmemoración en toda la provincia. La importancia que reviste la incorporación oficial de la Capital de Misiones al circuito de las Reducciones Jesuíticas de Guaraníes como la primera fundada en el territorio argentino conlleva un antecedente en lo político, social, cultural, económico, turístico, científico y literario y asimismo “el sólido antecedente argumental que ofreciera el profesor Julio Alejo Gómez *, quien recuerda que “Posadas fue una Reducción Jesuítica”, y comenta que “el padre Roque González de Santa Cruz cerró su ejemplar de los Ejercicios Espirituales de la Orden de Jesús”.El 25 de marzo de 1615, a orillas del Paraná se fundó la reducción de Nuestra Señora de la Anunciación de Itapúa, &n
bsp;“En tenencia de un munido documento el cura Roque González inició la conquista espiritual y su primer empeño fue fundar una Reducción y la fundó sobre el solar que hoy ocupa la ciudad de Posadas”; así añade el jesuita e historiador Guillermo Furlong. Fue el padre Roque González el fundador de aquella primitiva Posadas, y fue él quien, con su primer compañero, el Padre Diego de Boroa, y con el sucesor de éste, el recordado Padre Del Valle, roturó la primera rojiza gleba misionera y sembró los primeros gramos de trigo y de maíz.”, afirmó Furlong en “Misiones y sus pueblos Guaraníes”,





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