BUENOS AIRES (Agencias y diarios digitales). La exmujer del fiscal Alberto Nisman, la jueza de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, pidió ayer que la investigación por la muerte del extitular de la Unidad Fiscal de Investigación Asociación Mutual Israelita Argentina (UFI- Amia) vuelva a manos de la magistrada Fabiana Palmaghini.El pedido de la jueza de San Isidro significa, en los hechos, el virtual apartamiento de la fiscal Viviana Fein de la dirección de la investigación.Fuentes judiciales dijeron a DyN que Arroyo Salgado pidió a la jueza Palmaghini que reasuma la investigación, que por ahora está delegada en la fiscal. El escrito describe presuntas irregularidades y errores en la investigación en que habría incurrido Fein a lo largo de estos casi dos meses de trámite de la causa.Aún en caso de que fuera aceptado el pedido de Arroyo Salgado, la fiscal Fein permanecerá en la causa aunque ya no tendrá el rol preponderante que exhibe en la actualidad, en la dirección de la pesquisa. Los cuestionamientos al accionar de Fein al frente del caso quedaron claros con el contundente informe que dio a conocer Arroyo Salgado con los resultados de los estudios realizados por los peritos de la querella. Estos señalaron que Nisman fue asesinado, que hubo agonía y que su cuerpo fue movido, entre otras cosas.El primer juez que tuvo en sus manos la causa por la muerte de Nisman fue Manuel de Campos, quien subrogaba a Palmaghini, ya que la magistrada estaba de vacaciones en Brasil cuando ocurrió el deceso del fiscal. De Campos y Fein estuvieron en Le Parc la madrugada del lunes 19 de enero, llevando a cabo las primeras pericias en el departamento en el que Nisman fue hallado sin vida. Esa misma semana, Palmaghini interrumpió su descanso en Brasil y volvió a Buenos Aires para ponerse al frente de la investigación.MisterioLa muerte de Nisman, de la que se cumplirán dos meses mañana, sigue envuelta en un enigma que salpica a las más altas esferas del poder.Nisman, que investigaba el ataque de 1994 contra la mutual judía, fue hallado muerto en su apartamento del barrio porteño de Puerto Madero, con un tiro en la cabeza, la noche del 18 de enero, cuatro días después de haber denunciado a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por encubrimiento a los iraníes acusados por el ataque.Asesinato, suicidio -voluntario o inducido- o un accidente en la manipulación de una pistola calibre 22 son las hipótesis que mantiene la fiscal Fein, ahora seriamente cuestionada por la exesposa del procurador.Arroyo Salgado contrató a un grupo de peritos con alta reputación cuyas conclusiones fueron tajantes: la muerte de Nisman fue un homicidio.Las diferencias entre los peritos oficiales y los de la querella son tales que ni siquiera coinciden en la fecha de muerte.Para la querella, Nisman, que el lunes 19 de enero planeaba acudir al Parlamento para exponer sus argumentos en la denuncia contra la presidenta, fue asesinado el día 17 y no el 18, cuando fue hallado sin vida.Eso pone en apuros a Diego Lagomarsino, un experto en informática que trabajaba para Nisman y que ese día fue al apartamento del fiscal para llevarle un arma que, según alegó, el procurador le había pedido para protegerse.De hecho la bala letal salió de la pistola de Lagomarsino, hallada junto al cuerpo de Nisman en el baño del apartamento.La defensa del informático alega, sin embargo, que el fiscal aún estaba con vida en la mañana del 18 pues su ordenador se habría encendido para navegar por internet, lo que es objeto de pericias.La sorpresa más reciente en este caso sería la existencia de una cuenta bancaria en los Estados Unidos compartida por Nisman y Lagomarsino y que Arroyo Salgado pidió investigar.Además de Lagomarsino, único imputado en el caso de momento, otra de las piezas clave en este rompecabezas es el exdirector de Operaciones de Inteligencia Antonio “Jaime” Stiusso, quien colaboraba con Nisman en el caso Amia.Según la investigación sobre la muerte de Nisman, el fiscal mantuvo contacto telefónico con una línea a nombre de Stiusso un día antes de ser hallado muerto.Stiusso fue cesado en su cargo en diciembre pasado y el Gobierno le señala como parte de una operación de desestabilización alrededor de la muerte de Nisman.Para Arroyo Salgado, la muerte “violenta” de Nisman es un “hecho criminal de magnitud” que se dio en un “contexto político y judicial” que “ha marcado de lleno la institucionalidad de la República, además de poner en tela de juicio el rol del Estado nacional frente a la comunidad internacional en materia de terrorismo”.Pero el Gobierno insiste en desmarcarse del resonante caso al aseverar que quiere que la Justicia llegue a la verdad sobre la muerte de Nisman pero aclarando que no es parte involucrada en la causa.Mientras, la fiscal Fein convocó a una comisión de técnicos para zanjar las diferencias entre los peritos oficiales y los puestos por la querella, que, entre otros puntos, niegan el espasmo cadavérico que arrojó la autopsia y afirman que Nisman agonizó.Los peritos de parte afirman además que el fiscal fue ejecutado en el baño, con la rodilla derecha apoyada en el piso, y que luego de morir su cuerpo fue deslizado.En tanto, la denuncia que Nisman hizo antes de morir contra CFK sigue su curso en la Justicia.Aunque un juez de primera instancia la desestimó de plano, su decisión fue apelada y ahora la causa está manos de un tribunal de alzada que debe decidir si la investigación debe seguir o ser archivada.





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