GUALEGUAYCHÚ (Agencias y diarios digitales). La Unión Cívica Radical (UCR) de Argentina acordó ayer sellar una alianza con la conservadora Propuesta Republicana (Pro), que lidera el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, de cara a las elecciones generales de este año.La convención nacional de la UCR consagró además al presidente del centenario partido, el senador Ernesto Sanz, como su precandidato a presidente.De esta manera, en las primarias de agosto -en las que se definirán quiénes quedan habilitados para competir en las presidenciales de octubre- Sanz se medirá con Macri y con la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, quien ya había sellado una alianza con el Pro.De esas primarias, saldrá el candidato de este frente para las presidenciales.La decisión de volcarse a una alianza con el Pro y de consagrar a Sanz como precandidato fue apoyada por 186 de los 330 convencionales radicales.Los representantes del partido provenientes de todo el país iniciaron su reunión en la ciudad de Gualeguaychú en la tarde de este sábado, pero los acalorados debates hicieron que la votación se postergara hasta la madrugada de ayer.La convención, que puertas adentro estuvo marcada por fuertes discusiones, vivió momentos de tensión cuando en la madrugada, antes de la votación, militantes de la Juventud Radical intentaron irrumpir en el teatro donde se realizaba la reunión para protestar contra la propuesta de Sanz y tuvo que intervenir la policía.La confusión estuvo a punto de perjudicar la votación, pero las autoridades de la Convención, presidida por Liliana Puig de Stubrin, informaron que la situación estaba bajo control y continuaron con la tarea.En oposición a la propuesta de Sanz, el exvicepresidente y actual diputado Julio Cobos impulsaba su propia precandidatura y la conformación de una alianza con el socialismo, con la fuerza de centroizquierda Gen y con el Frente Renovador, que lidera el peronista opositor Sergio Massa.Pero Cobos sólo consiguió 130 votos. La superioridad numérica a favor de Sanz ya había quedado explícita durante la tarde del sábado, aunque luego se formalizó durante la votación formal sobre las alianzas, que tuvo lugar a las 5.20.“El acuerdo amplio que proponen con el Frente Renovador puede ser un ideal loable, pero es muy peligroso”, dijo Ernesto Sanz durante la reunión. A su juicio, “la salida del kirchnerismo no puede ser liderada por alguien que viene del kirchnerismo”, en alusión a Massa, quien de desempeñó como jefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner en 2008-2009. “Si no hacemos lo que tenemos que hacer, es posible que el lunes volvamos a ser una fuerza irrelevante”, advirtió Sanz antes de la votación.Cobos, por su parte, se mostró dispuesto a apoyar la candidatura de Sanz si éste lograba los votos necesarios, pero reivindicó la necesidad de salvaguardar la identidad partidaria, que muchos radicales ven peligrar con una alianza con una fuerza conservadora como el PRO.“La unidad debe ser lo que nos caracterice, todos tenemos que estar detrás del candidato elegido recorriendo el país. Se vienen vientos de cambio, pero esos vientos tienen que servir para flamear viejas banderas, pero tienen que ser las banderas de nuestro partido”, dijo Cobos.A la salida del encuentro, militantes radicales contrarios a Sanz, de la Juventud Radical, la Franja Morada y La Cantera, se apostaron en la puerta y arrojaron una bengala encendida hacia adentro, cuando comenzaban a salir los convencionales.En ese momento, apareció el dirigente Enrique “Coti” Nosiglia, quien fue atacado a botellazos, golpes e insultos. Personal policial debió intervenir en la situación para que Nosiglia pudiera alejarse de la zona.En tanto, otro grupo de jóvenes le tiró piedras a la camioneta en la que se alejó del lugar Federico Storani, muy molestos con la decisión del partido de avanzar con el acuerdo con el PRO. Los senadores nacionales Gerardo Morales y Luis Naidenoff le gritaron “traidor” enfáticamente a Storani luego de que éste alentara la postulación de Sanz.ContextoPara Macri una alianza con los radicales tiene su peso pues, si bien la UCR no tiene la influencia que supo tener como histórico rival del Partido Justicialista, posee una estructura partidaria a nivel nacional muy consolidada, que ni el PRO ni la fuerza de Massa poseen.Los partidarios de Sanz creen que, aliada al PRO, la UCR puede conseguir la gobernación en media docena de provincias, además de aumentar su peso parlamentario y acceder a puestos claves en un eventual Gobierno macrista.Sanz tendrá ahora un desafío no menos arduo que el de la madrugada: explicar a los correligionarios y a los eventuales votantes del radicalismo el proceso de confluencia del centenario partido en un acuerdo que incluye al PRO y la Coalición Cívica para competir en las primarias de agosto.Si bien el cónclave en Gualeguaychú fue un duelo dialéctico alimentado por loas y aplausos de los distintos sectores en pugna, Sanz nunca vio amenazada su moción: sabía de antemano que la mayoría de los 330 convencionales que se dieron cita en el recinto del teatro Municipal se inclinarían en su favor, lo que dejaría fuera de carrera a Cobos.El propio Cobos fortaleció esa presunción al proponer votar de manera simultánea “estrategia electoral” y “candidato”, en una apuesta por simplificar los términos del sufragio. De ese modo, explicó el exvicepresidente, la alianza que resultara ganadora llevaría al candidato del partido.Tras más de trece horas de debate, la Convención Nacional de la UCR aprobó la propuesta de Sanz para entablar un acuerdo nacional con el PRO, en medio de un clima de tensión dentro y fuera del Teatro Español.Consumada su derrota, Cobos advirtió que hay que “respetar” el resultado de la votación. “Nosotros decimos que hace falta institucionalidad. Hay que respetar las decisiones, nos guste o no nos guste. Así funcionan las instituciones. Hay que acatar”, explicó Cobos quien, a todas luces, tuvo una cumbre no positiva.





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