POSADAS. Música para soñar y despegarse de la tierra, ésa fue la propuesta del Concierto de Temporada Nº1, donde la presencia de Los Núñez le brindó un toque especial. El público pudo unir sentimientos, tanto por la música clásica como por la de la región, una hermosa conjunción como la imaginó el magíster Emilio Rocholl en entrevista con PRIMERA EDICIÓN.El espectáculo del sábado por la noche en el Teatro Lírico del Centro del Conocimiento contó con dos partes. La primera entrada contó con los más notables clásicos de compositores europeos. Así, la exquisita propuesta de “Las Bodas de Fígaro”, esa ópera bufa en cuatro actos con música de Wolfgang Amadeus Mozart y libreto en italiano de Lorenzo da Ponte, basado en la pieza de Pierre Augustin Caron de Beaumarchais, tuvo eco en escena a través de músicos estudiosos que componen la Orquesta de Cámara y con el maestro Emilio Rocholl al frente.El público, que disfrutó de cada propuesta, recibió como contrapartida la sinfonía “Italiana” de Felix Mendelssohn, una obra que se destaca sobre todo por la sutileza y que se ajusta a los procedimientos formales que son clásicos en espíritu, aunque algunos sobrepasen esas formas estrictamente clásicas.Una exitosa mixturaLa esperada segunda parte del concierto llegó con Juan y Marcos Núñez, quienes además de regalar ese sonido magistral del bandoneón y la guitarra, se ensamblaron con noble sutileza con la Orquesta de Cámara. Una conjunción musical que exaltó los valores de la región. Aníbal Cambas y Don Isaco Abitbol seguramente estuvieron presentes en esa atmósfera musical que dejó extasiada al público.La inscripción de las notas musicales de Los Núñez también cobraron un notable encanto, ya que esa propuesta tan cuidada que planteó el maestro Emilio Rocholl enalteció el cancionero de la región.Paisajes del Litoral pintados por el recuerdo de las galopas se sumaron a los instrumentos de la orquesta y esas composiciones de Juan y Marcos que fueron instrumentadas por Leandro Yahni también se apoderaron de la propuesta orquestal.Fue un repaso de los sonidos propios de la tierra colorada, en un escenario místico acompañado de un público que de pie se mostró agradecido por tanto virtuosismo. El maestro Rocholl, satisfecho y feliz, abrió la partida para que muchos otros músicos de la región experimenten esta rica experiencia musical.




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