POSADAS. Jorge y Nacho Flores son hermanos, nacieron y viven en Posadas, tienen 24 y 20 años e intentan sostenerse en una profesión absolutamente desconocida para los mayores de treinta y pico. Son “youtubers”, es decir, realizadores de videos “caseros” que cuelgan en un canal de Youtube y que les reditúa algún dinero según la cantidad de reproducciones o de seguidores que vayan cosechando. Lo de ellos no es menor: tienen 153 mil seguidores y sus videos se reprodujeron 66 millones de veces. Si, sesenta y seis millones de veces. En Misiones son un fenómeno entre los chicos y adolescentes, y hasta tienen fans de otros lugares del país y de América. Ese mundo nuevo que viven estos dos chicos, del barrio Rocamora, es particularmente extraño para sus papás Mirta y Juan Carlos, trabajadores que saben de sacrificio para mantener a la familia, ella limpiando casas, y él, como sereno en una obra.Sin embargo, la realidad de Jorge y Nacho comenzó a serles más concreta cuando los chicos pudieron ayudarles a mejorar la impecable pero humilde vivienda de madera sobre la avenida Blas Parera donde nacieron, esa misma que sus fans conocen de memoria porque allí filmaron casi la totalidad de los doscientos videos que son furor.En diciembre pasado llegaron a cien mil seguidores en su canal y la empresa Youtube los premió con una plaqueta de plata que tiene el signo de “play” y que parece descolocada al lado de la imagen de la Virgen de Luján y de los trofeos de karate que adornan un estante de la sala.Desde entonces el crecimiento de sus fanáticos fue explosivo. Hoy tienen un promedio de quinientos nuevos seguidores diarios y comenzaron a saborear, con mucha sorpresa, las mieles de la fama: los fans descubrieron donde viven y llegan todos los días hasta el portón de la casa, golpean las manos y quieren conocerlos, sacarse fotos, pedirles autógrafos, abrazarlos.Humor y vivenciasJorge y Nacho hacen todo juntos desde siempre. Tienen un hermano mayor y uno de diez años; y por la diferencia de edad entre los cuatro, ellos dos siempre fueron “yunta”. “Jugaban a la pelota acá enfrente, tenían los mismos amigos y terminaron la escuela en el Pedro Goyena, siempre juntos para todo”, cuenta papá Juan Carlos, que al principio veía con gran preocupación la forma en que sus hijos pasaban el tiempo. “Primero les parecía que perdíamos el tiempo y no es que le gustaba demasiado”, cuenta Jorge al referirse a los “inicios”, allá por 2008.“El primer video nació del aburrimiento”, cuenta Nacho. Empezaron a interpretar situaciones de la vida cotidiana según su propia mirada, con humor, algunas con sátira y otras con un candor que conmueve. También armaron “coreos” de temas de la movida tropical y se filmaron bailando en infinidad de tomas. Lo hacen tan bien y tan coordinados que miles de chicos les copian los pasos, y cuelgan en las redes sociales sus propias versiones. ¿Moda o modo de vida?Jorge estudia Comunicación Social en la Universidad Nacional de Misiones y quiere trabajar en periodismo y producción audiovisual. Nacho estudia informática y quiere ser actor. Hablar de futuro para ellos es casi una obligación, porque todos se encargan de señalarles que “el asunto de los videos” no puede durar para siempre. Pese a las advertencias, por el momento lo que más anhelan es seguir creciendo en su actual actividad de “youtubers”. “Hoy estamos entre los veinte mejores de la Argentina, pero “lejísimo” de los primeros del mundo. Si llegamos al millón de seguidores nos entregan una plaqueta de oro y seguramente nos va a ir mejor económicamente”, explican, y son tan humildes que hasta les parece un sueño llegar a esa meta.Por lo pronto, lo que ya recibieron de la firma les alcanzó para comprarse un auto usado, mejorar la casa donde viven con sus padres y adquirir una cámara profesional con trípode y micrófono para filmar los videos con mayor calidad; “Un montón nos ayudó esto”, dicen, pero lo que todavía no pueden permitirse es también un montón: “nos invitan a actuar en otros países, a Chile, a México, pero no podemos pagarnos esos viajes así que tenemos que decir que no, y bueno…” se resigna Jorge.Y si bien el camino de la fama tiene algunos sinsabores, hay otros momentos que todo lo compensan. “La otra vez fuimos a hacer trámites al centro y nos llama mamá para que volvamos urgente. Había una familia de Formosa esperando en el auto porque los hijos son fans nuestros y querían conocernos”, cuentan, todavía sorprendidos. Ese momento único del abrazo de un nene que los sigue se repite para ellos todos los días. Fue lo que sintieron casi a fin de año cuando los contactó una docente de la escuela Especial 45 y les contó que los nenes y nenas discapacitados que estudian allí son “re fanáticos de ustedes y siempre miran sus videos”. Allá fueron, de sorpresa, y también filmaron la visita. Recién después de repasar la filmación y escuchar los gritos y aplausos, los llantos emocionados, los abrazos, la cantidad de chicos sacándose fotos y copiando sus “coreos” la dimensión de lo que viven comienza a ser la correcta para escribir esta nota. Sí, son famosos, y viven acá a la vuelta.





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