CIUDAD DEL VATICANO, Santa Sede (Agencias y diarios digitales). Francisco cumple hoy dos años de haber sido elegido Papa con un alto consenso popular e internacional, con el pendiente de concretar las reformas iniciadas y el desafío de los detractores del entorno vaticano. Según datos oficiales, en los primeros 22 meses de su pontificado, más de 12 millones de personas habían participado en sus actos en la Plaza de San Pedro. Cifras que superaron, incluso, los mejores años de otro pontífice muy popular: Juan Pablo II. Mucha más gente vio, saludó y abrazó a Francisco en sus diferentes viajes, siete en Italia (Cagliari, Asís, Lampedusa, Redipuglia, Caserta, Cassano allo Jonio y Campobasso) y un número similar fuera del país (Brasil, Turquía, Estrasburgo, Albania, Corea, Tierra Santa, Sri Lanka y Filipinas). El pontífice goza además de gran aceptación, manifestada en diversos campos, desde las redes sociales donde los seguidores de sus nueve perfiles lingüísticos en Twitter superaron los 19 millones, hasta prestigiosas revistas, muchas de las cuales lo han elegido “hombre del año”. El líder católico cuenta también con un consenso internacional, que le permitió convertirse en un factor clave para frenar la inminente invasión militar a Siria en 2013 o en un mediador incondicional en el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, a finales del año pasado. El reconocimiento de esta autoridad moral le sirvió para dirigir incisivos discursos en el Parlamento Europeo, en el Consejo de Europa y en la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Y también le dará la oportunidad de ser el primer Papa en la historia en tomar la palabra ante el Congreso de Estados Unidos en septiembre próximo, durante un viaje apostólico a ese país que incluirá un mensaje suyo en la sede central de Naciones Unidas (ONU). “Los líderes mundiales no pueden ser indiferentes al hecho de que el Papa se manifiesta como un personaje al cual los pueblos miran objetivamente con esperanza, con confianza, como una persona creíble”, dijo a Notimex Federico Lombardi, portavoz del Vaticano. Esta situación ha fortalecido la posición de la diplomacia vaticana en el contexto internacional y ha multiplicado las peticiones de audiencia privada con Jorge Mario Bergoglio por parte de los grandes líderes mundiales. Pero, sobre todo, la voz del obispo de Roma es escuchada y valorada. Ya se comienza a debatir en torno a la próxima carta encíclica, que Francisco dedicará al tema del medio ambiente y que debería ser publicada a mediados de este año. Aún se desconoce el título del que será el tercer gran documento de este pontificado, luego de la encíclica “Lumen fidei” (La luz de la fe), publicada el 29 de junio de 2013, y la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” (La alegría del evangelio), difundida el 24 de noviembre del mismo año. “Es el Papa para el mundo y del mundo, lo tenemos en el corazón. Su mayor logro es haber llegado al corazón del hombre y rescatado el humanismo, que hemos destruido nosotros mismos, los hombres, con los sistemas económicos, las políticas neoliberales”, señaló la religiosa argentina Martha Pelloni. La religiosa, emblema de la lucha contra la trata de personas, aseguró que su compatriota tiene “un carisma que nace del corazón, de esa interioridad que él tiene desde el evangelio, que lo sella con sus gestos”. Ella forma parte de ese grupo mayoritario dentro de la Iglesia que se siente orgulloso de tener un líder popular y apoya su nuevo estilo: cercano a la gente, alejado del protocolo, contrario a la mundanidad y la ambición de poder. Pero no todos los católicos forman parte de ese núcleo. Existe también un espacio de detractores del obispo de Roma, como dejó constancia Guzmán Carriquiry, secretario de la Pontificia Comisión para América Latina. “Paradójicamente los que se encierran en su crítica, los reaccionarios, concuerdan y se alimentan con la imagen distorsionada que pretenden difundir ciertos ambientes eclesiásticos y mediáticos de progresismo liberal”, sostuvo en una reflexión sobre el segundo aniversario del pontificado de Francisco. “Los une la figura falseada de un Papa que quiere cambiar las enseñanzas doctrinales y morales de la Iglesia, que se contrapone a sus predecesores en la sede de Pedro y está como separada de la realidad viva de la Iglesia”, agregó Guzmán Carriquiry. Reconoció que la espontaneidad y expresividad en sus palabras, le han jugado malas pasadas al Papa, aunque advirtió que casi siempre se ha tratado de malos entendidos. Los opositores se encuentran, también, entre cardenales, obispos y funcionarios del Vaticano. Sobre todo producto de las reformas estructurales impulsadas por Francisco. Ayudado por nueve cardenales asesores, avanzó en la reforma de las estructuras financieras del Vaticano, para lo cual creó dos nuevos organismos: El Consejo y la Secretaría, ambos de Economía, cuya función principal será la vigilancia y la transparencia en el uso de los recursos. Además renovó toda la directiva del Instituto para las Obras de Religión, conocido coloquialmente como “banco vaticano”: cambió a los integrantes de su consejo cardenalicio de vigilancia y de su consejo de administración, y designó nuevos director y vicedirector. Asimismo, Francisco dio la orden de negociar con las autoridades financieras italianas para acabar con el secreto bancario, aquella prerrogativa que en el pasado ha permitido escándalos vergonzosos. Por otra parte, creó una comisión independiente de alto nivel para promover la protección de los menores y luchar contra los abusos sexuales del clero, y estableció otra que revisará a fondo la estructuras de los medios de comunicación del Vaticano. En su labor cotidiana ha revolucionado el protocolo: ha rechazado vivir en el apartamento papal, ha optado por moverse en vehículos austeros, ha abandonado los zapatos colorados y los tronos, ha realizado videoconferencias y participado en decenas de ejercicios de pregunta-respuesta con los fieles. También ha elevado al honor de los altares a los papas Juan Pablo II y Juan XXIII, en una histórica ceremonia con más de un millón de fieles y la presencia de Benedicto XVI. Al mismo tiempo, ha realizado miles de llamadas telefónicas, incluso a personas desconocidas, y escrito cientos de tarjetas de saludos, de su puño y letra. Ahora, a 24 meses de haber iniciado su papado, Francisco se enfrenta a varios pendientes. En julio pr&oa
cute;ximo, el pontífice viajará a Paraguay, Ecuador y Bolivia, mientras que en octubre presidirá una asamblea de obispos que promete generar encendidos debates relacionados con temas delicados como la comunión a los divorciados y vueltos a casar. Pero, sobre todo, el Papa afronta el desafío de consolidar las reformas iniciadas, no sólo en las estructuras de la Sede Apostólica, sino allí donde él mismo ha establecido su principal prioridad: “La reforma de los corazones”.





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