POSADAS. Todo indicaba que se podía tratar de una caso más de abandono de hogar. Incluso la denuncia policial circuló a través de las redes sociales y se pensó que se podría tratar de una historia de amor gitano, no consentida por las familias que integran esta comunidad, de acuerdo con sus tradiciones.Pero cerca de las 17 de ayer, miembros de esa colectividad cortaron la colectora de acceso a la ciudad por la ruta nacional 12, en reclamo por la desaparición de Paola Miguel (16).PRIMERA EDICIÓN habló con su madre, Griselda Miguel, quien aseguró que su hija “fue secuestrada por otra facción de gitanos”. Según su testimonio, a la menor “la tienen cautiva unas personas que tienen mucho poder dentro de la colectividad”. Debido a que la mujer no sabe leer ni escribir, manifestó que la Policía le hizo firmar un papel donde ella daba su consentimiento “para entregar en conformidad a su hija”. “Ella es mis ojos, sin mi hija me muero, yo no quiero plata de ellos, ellos me están ofreciendo plata para comprar a mi hija y yo no quiero plata, yo quiero a mi hija” aseguró. La madre fue más allá y manifestó que a su hija la secuestraron el pasado lunes 9, cuando barría la vereda de la casa. “Si yo quería venderla, no iba a ir a la Policía ni hacer todo lo que estoy haciendo: nos íbamos a juntar con todos los gitanos, como siempre lo hacemos, y la vendo. Pero yo no quiero vender a mi hija, yo la quiero a mi lado”, aclaró. “Yo soy sola con dos nenitas discapacitadas, yo no sé si está viva o si está muerta, pero yo necesito tenerla. ¿Qué pruebas más te doy? Yo no quiero plata, si la plata no hace la felicidad”, finalizó la madre. La comunidad gitana seguirá con esta medida hasta tener respuestas por parte de las autoridades o bien dialogando con la familia que está sospechada de mantener cautiva a una de sus integrantes. La causa se encuentra en el Juzgado de Instrucción 6, a cargo del magistrado Jorge Walter Balor.





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