OBERÁ. Un hombre fue condenado a 20 años de prisión por el brutal crimen de su concubina, a la que ultimó de quince puñaladas. Fue en el marco del juicio oral y público que se le siguió en el Tribunal Penal 1 de Oberá a Néstor Fabián Barúa, de 34 años, quien fue hallado penalmente responsable del delito de “homicidio calificado por la situación de pareja”. Los jueces consideraron que mediaron “circunstancias extraordinarias de atenuación”, por lo que se modificó la calificación por la cual el imputado llegó a debate y que originalmente era “femicidio”. Este detalle no es menor, teniendo en cuenta que, de haber sido hallado culpable por este último delito, hubiera recibido una pena de prisión perpetua. Durante la extensa jornada de juicio desfilaron ocho testigos, entre ellos dos de los uniformados que intervinieron en la investigación y seis vecinos del acusado y la infortunada víctima. Los testimonios no variaron con respecto a la instrucción de la causa. De esta manera se reconstruyó la fatídica noche del sábado 3 de mayo del año pasado en el barrio Systen Vick, en la intersección de las calles Bermejo y Serrano de Oberá. Corrían los primeros minutos de ese día, alrededor de la 0.40, cuando Francisca Medina (56) fue atacada por su pareja, Néstor Barúa, quien le asestó quince puñaladas. Los vecinos dieron aviso a la guardia de la comisaría seccional Tercera sobre una violenta pelea que se registraba en la casa de Medina, una mujer domiciliada en el barrio desde hace varios años. Cuando los policías llegaron, se toparon con el acusado, que intentaba escapar de la escena con un cuchillo ensangrentado en sus manos. Los uniformados iniciaron una breve persecución que acabó cuando el sospechoso comenzó a sufrir una crisis epiléptica y cayó al suelo. Entonces fue detenido.Segundos más tarde, los efectivos policiales ingresaron a la vivienda, de paredes de madera y techo de chapas. Se toparon allí con el horror: sobre un charco de sangre encontraron el cuerpo de la dueña de casa. Presentaba al menos quince puntazos en rostro, cuello, región cervical, clavícula y mano izquierda, estos últimos sobre la palma, en una clara señal de que intentó defenderse. Un médico revisó al detenido, quien no presentaba lesiones, aunque confirmó que se encontraba bajo los efectos del alcohol. En la escena se incautó un cuchillo de unos 18 centímetros de hoja, que fue exhibido ayer durante el juicio oral al acusado. AlegatosLuego de los alegatos, la fiscal Estela Salguero de Alarcón solicitó una condena de prisión perpetua, en tanto que la defensora de Barúa, la abogada Francisca Gómez de Roth, consideró que el hombre actuó en “exceso de la legitima defensa”. Finalmente, tras deliberar, los magistrados José Rivero, Francisco Aguirre y Lilia Avendaño condenaron a Barúa a una pena de veinte años de prisión por “homicidio calificado por la situación de pareja”. Signada por la tragediaTal como publicó este diario en su momento, una historia particular con respecto a la víctima es que había sido detenida e imputada por el crimen de su expareja, Ramón Enrique Campodónico (42), perpetrado el 26 de julio de 2006 en la misma escena donde finalmente encontró la muerte a manos de quien era su nuevo concubino. Por aquel dramático episodio, Medina fue imputada primeramente por el delito de “homicidio simple”. Sin embargo, mediante la investigación, posteriormente la Justicia entendió que actuó en legítima defensa y procedió a sobreseerla.





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