HIPÓLITO YRIGOYEN y POSADAS. Marcela (16) se levanta a las 6.20. Se viste, desayuna rápidamente, agarra su mochila, saluda a sus padres y sale de su casa camino a su escuela, el Bachillerato Pedagógico (BP) Nº2. Vive sólo a tres cuadras de la institución pero sale con margen de tiempo porque cada día debe atravesar un gran obstáculo, tan peligroso que podría costarle la vida: la ruta 12 que divide en dos este pequeño pueblo ubicado a 96 kilómetros de Posadas. Su madre nunca lo dice, pero cada vez que ella parte hacia la escuela, invoca a la Virgen para que la proteja al cruzar las tres trochas que actualmente tiene la ruta, por las cuales los camiones y autos particulares pasan a más de 100 kilómetros por hora. Y ello a pesar de que por tratarse de zona urbanizada deben viajar a una máxima de 60 o 30 kilómetros por hora. Conscientes del peligro, desde el Bachillerato 2 y la primaria 263 de esta localidad vienen solicitando formalmente hace más de diez años que se construya un puente aéreo, peatonal y apto para bicicletas que pueda asegurar el paso de los ciudadanos de un lado al otro del pueblo, que está dividido por la ruta 12. Hasta el momento y a pesar de que varios peatones, entre ellos docentes y alumnos de las escuelas, han muerto al intentar cruzar, el puente no fue construido.“No queremos lamentar más muertes”Norma Almeida, actual directora del Bachillerato indicó a PRIMERA EDICIÓN que desde hace diez años (durante la gestión de la anterior directora Tamara Sedoff) han estado enviando notas al intendente de Yrigoyen, a Vialidad Provincial, al exgobernador de Misiones Carlos Rovira, a la entonces presidenta del Consejo provincial de seguridad vial, Claudia Gauto, entre otros.“Usted es capaz de evitar que pasen accidentes que sólo significarían gasto público y mucho sufrimiento. Conocemos su buena voluntad y su ansia por mejorar la calidad de vida de los misioneros, aunque pertenezcan a un pequeño pueblo”, escribían docentes del bachillerato en una carta remitida a Rovira en 2005. Ese mismo año murió un niño de ocho años al intentar cruzar la ruta.Desde Vialidad Provincial les respondieron que “por tratarse de una ruta nacional, se solicitó informe al respecto al 15º distrito de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV)”. Los vecinos siguen esperando respuestas a una situación que para ellos es cosa de todos los días, pero que aparentemente sigue siendo invisibilizada. Tal vez se vuelva a poner el ojo sobre la peligrosa realidad que vive este pueblo en caso de que alguna otra persona muera intentando cruzar. Educación vial y prevención desde la escuelaLas estrategias no se limitan a las notas formales: en 2013 los propios estudiantes han remitido cartas de puño y letra solicitando al intendente Félix López que eleve el pedido de un puente peatonal. En todas ellas -que también fueron remitidas a PRIMERA EDICIÓN para dar cuenta de la problemática- los estudiantes ruegan por una solución que les dé mayor seguridad y acabe con el “miedo” que les genera cada día el tener que cruzar la ruta para ir a la escuela.Con participación de los alumnos el Bachillerato también ha realizado un relevamiento de la cantidad de personas que cruzan la ruta cada día. “Fuimos tardes y noches enteras a la vera de la ruta a contar la cantidad de niños y adultos que cruzan caminando, hicimos planillas y contabilizamos un promedio de 600 peatones por día, que hoy son muchos más”, destacó Almeida. Al igual que todo el pueblo, no pierden esperanzas de que este año obtendrán alguna respuesta al pedido del puente peatonal. Algo anda mal Por Lara [email protected]ó un fin de semana con varias tragedias ruteras en Misiones. Una vez más afirmamos que no son accidentes, no son casualidades. Son fruto de la irresponsabilidad de los conductores pero también de falta de señalizaciones adecuadas para advertir con anticipación los cambios que se producen en la ruta a raíz de las obras que se llevan a cabo.El lema de “lo atamos con alambre” persiste y goza de buena salud en los distintos estamentos del Gobierno, que es justamente el ámbito desde el cual se debe velar por la seguridad de la ciudadanía, por brindar información en las rutas y también educar a la comunidad sobre las normas de tránsito, logrando la tan mentada “toma de conciencia”.Ya sea por el dolor y la conmoción a raíz de que algún integrante de la comunidad fuera atropellado o ya sea por las estrategias educativas desarrolladas por las escuelas de Yrigoyen, los estudiantes han tomado conciencia sobre los peligros que representa la ruta 12 que divide el pueblo en dos. Y asumiendo esa carencia reclaman un puente aéreo que les brinde mayor seguridad al cruzar la ruta.Lamentablemente, por el momento sus incansables pedidos no han sido escuchados (¿o tal vez se han perdido en el circuito de la burocracia?). Sería muy lamentable que pese a tanto esfuerzo, compromiso y pedidos, la velocidad se cobre más vidas.





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