APÓSTOLES. Un adolescente de 17 años terminó internado con un impacto de bala en el pecho después de gatillarle en la cabeza al policía que intentaba detener a su hermano, luego de que ambos amenazaran con un arma de fuego a un automovilista y protagonizaran una cinematográfica persecución policial por la zona de Apóstoles.De milagro, las balas con las que intentó ejecutar al uniformado no salieron. Al final del operativo, los criminalistas encontraron en el revólver de los acusados los dos proyectiles que fueron percutados pero que increíblemente no se detonaron.El episodio sucedió a última hora del sábado y la víctima permanecía internada anoche, al cierre de esta edición, bajo coma farmacológico y con pronóstico reservado en el Hospital Escuela de Agudos Ramón Madariaga de Posadas. Su hermano, en cambio, finalmente fue arrestado y deberá comparecer ante la Justicia. En cuanto al oficial involucrado, sólo sufrió algunos raspones. Pero sin dudas volvió a nacer.Decididos a todoPRIMERA EDICIÓN pudo saber que todo comenzó alrededor de las 18.30 del último sábado en el puesto de Seguridad Vial de la Unidad Regional VII, emplazado sobre el kilómetro 16 de la ruta provincial 1, donde un cabo primero de la Policía provincial llevaba adelante un control de rutina a los vehículos que ingresaban a Apóstoles.En determinado momento se presentó en escena un hombre con su familia a bordo de un Renault Clio bordó, quien bajó desesperado para contarle al uniformado que una moto con dos sospechosos lo seguía después de interceptarlo y apuntarle con un arma de fuego.En apenas segundos el policía confirmó la versión: una Zanella de 150 centímetros cúbicos con dos ocupantes apareció en escena e intentó atropellar al policía, que alcanzó a esquivar la muerte por milésimas de segundo. Aún shockeado, el cabo notó que el acompañante del motociclista le apuntaba con un arma mientras se alejaba a toda velocidad.La situación exigió un alerta inmediato de las autoridades. Efectivos de Seguridad Vial y de la comisaría seccional Primera de Apóstoles iniciaron una cinematográfica y peligrosa persecución por los caminos de la zona hasta que finalmente pudieron dar alcance a los forajidos en una vivienda situada en el barrio Santa Bárbara.En ese lugar se produjo el incidente mayor. El menor de los hermanos, de 17 años, decidió esconderse en unos arbustos cercanos al portón de la vivienda, mientras que el mayor, de 19 y quien aparentemente conducía, trató de guardar la moto en el interior del inmueble. Fue en ese momento que un grupo de policías llegó al lugar y fue directamente hacia el sospechoso que intentaba esconder la moto. El oficial a cargo del operativo redujo al irascible y a punto estaba de colocarle las esposas cuando el adolescente salió de su escondite revólver en mano y apuntó al efectivo.“Lárguenle a mi hermano”, fue la amenaza del menor de edad. La tensión se apoderó del ambiente. “Bajá el arma y apoyala en el suelo”, fue la respuesta del oficial subayudante, que en un abrir y cerrar de ojos extrajo el arma reglamentaria.Todo parecía terminar cuando el adolescente comenzó a bajar lentamente el revólver hacia el piso, pero en un movimiento veloz levantó el arma, apuntó a la cabeza del efectivo y gatilló. El uniformado víctima de la “ejecución fallida” abrió fuego y disparó para neutralizar al muchachito, siempre según la versión policial.Ángel Daniel, tal como fue identificado por las autoridades, recibió el impacto en el pecho y sufrió graves lesiones. Tras ser intervenido quirúrgicamente, anoche permanecía internado en el sector de cuidados críticos del Madariaga con lesiones gravísimas, bajo coma farmacológico y con pronóstico reservado. Varios policías custodian su habitación.Su hermano mayor, Juan Armando, finalmente fue arrestado y trasladado a la comisaría seccional Segunda. En las próximas horas deberá responder ante la magistrada Selva Raquel Zuetta, titular por subrogancia del Juzgado de Instrucción 4 de Apóstoles.En la escena efectivos de Criminalística de la UR-VII secuestraron la motocicleta y el arma de los hermanos. Se trata de un revólver marca “Tala”, calibre 22 milímetros largo, que tenía una vaina servida y dos proyectiles percutados que no se detonaron. Las pericias intentarán determinar cómo fue que las balas no salieron. Es decir, cómo es que se produjo el milagro.





Discussion about this post