POSADAS. Casi tres meses esperaron las familias del barrio Vecinos Unidos a que el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (Iprodha), cumpla con la promesa que les había hecho: había asegurado, papel firmado mediante, que veinte familias serían relocalizadas en el barrio Los Potrillos el 10 de diciembre pasado, pero recién hizo efectiva esa promesa el martes 3 de este mes. Pero el problema de la espera pasó a un segundo plano cuando se dieron cuenta de las condiciones en que se encontraban las nuevas viviendas a las que debían mudarse. “Es una casilla muy precaria de cinco por cinco sin división de habitaciones. No tiene piso ni baño, y el barro lo inunda todo”, denunciaron a PRIMERA EDICIÓN las familias que llegaron a Los Potrillos esperanzados en poder vivir mejor, de una buena vez. Sucede que las condiciones en las que lo hacían en Vecinos Unidos no eran de las mejores. Como se encontraban en una especie de pozo, cuando llovía los desechos de la A 3-2 inundaban sus viviendas hasta los tobillos. Cansados, los vecinos decidieron cortar la avenida Cabo de Hornos para que los funcionarios reconocieran su situación y les brindaran una solución. Como de costumbre, no pasó nada.Entonces, extremaron las medidas y tomaron de manera pacífica las galerías de unas viviendas de Yacyretá deshabitadas. De allí también fueron desalojados, pero se fueron con un arreglo entre manos: el Estado provincial, a través del Iprodha, les brindaría a cada familia un lote con servicios en los barrios Néstor Kirchner y Los Potrillos. Un grupo de veinte familias debía mudarse el 10 de diciembre pero recién lo hizo el martes último. Condiciones deplorablesEl día gris no ayudó al triste y desolado panorama que encontró PRIMERA EDICIÓN dos días después de la mudanza al barrio Los Potrillos. Las pequeñas y precarias viviendas de madera de pino no tenían pisos, había barro por doquier y los baños también brillaban por su ausencia. “Cuando queremos usar un baño nos dirigimos a una casilla”, señaló uno de los vecinos. La casilla a la que hace referencia está a 500 metros de su lote y no tiene techo, son cuatro precarias paredes levantadas. No sólo eso, el lugar no tiene luz. “Nos culpan porque dicen que nosotros quisimos venir así, pero esperamos tres meses y ésto ya tenía que estar listo, con servicios y todo. Eso fue lo que nos prometieron y no cumplieron. Borraron con el codo lo que firmaron con la mano”, señaló Analía Cabaña, quien tenía su casa en Vecinos Unidos desde hace más de veinte años y tuvo que irse. Es madre de seis chicos, pero dos de ellos debieron quedarse con la abuela “porque dónde los voy a meter, no hay lugar acá”, decía mientras señalaba la precaria vivienda que hoy llama hogar. “No tenemos los títulos de los lotes, otra promesa que no cumplieron, porque nos dijeron que al mudarnos íbamos a tenerlos. Dicen que no tienen tiempo, pero mientras nosotros no tenemos luz. Por la noche esto es una oscuridad total, nos encerramos dentro de la casa porque afuera hay mucho peligro”, aseguró un vecino que prefirió mantener su identidad en secreto.“Te da mucha bronca”Mirian Vera es una joven madre de cuatro chicos. Tenía su vivienda en Vecinos Unidos y “era de material, tenía tres habitaciones, cocina comedor, baño instalado. Pensamos que íbamos a vivir mejor acá, se comprometieron a hacer el piso, íbamos a tener luz y no hay, la verdad que te da mucha bronca”, remarcó. “Tuvimos una lucha fuerte para estar acá. Cortamos rutas, tomamos viviendas, pero fue una medida desesperada no con la intención de molestar a los vecinos, porque en el lugar donde estábamos no se podía vivir más, los chicos se nos enfermaban. Creíamos que acá íbamos a estar un poco mejor, pero no tenemos piso ni baño, algo esencial”, dijo. “Ahora tenemos que volver a empezar porque perdimos todo lo que teníamos y conseguimos con tanto sacrificio. Empezaremos de cero, otra vez”, cerró Cabaña.





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