CÓRDOBA (DyN-NA). El gobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota, informó ayer que había unos 2.000 evacuados en la provincia, como consecuencia de las inundaciones que han provocado una “verdadera catástrofe”, muchos de los cuales vivían en dos pueblos que debieron ser completamente abandonados.Las lluvias, que desde el pasado 15 de febrero eran prácticamente constantes en distintas zonas de la provincia, habían dado “una tregua”, pero en las próximas horas se esperaban nuevas precipitaciones, dijo.De la Sota aseguró que la provincia ya tiene “un programa de reconstrucción de viviendas” y señaló que esperan “una respuesta” del Gobierno Nacional. “Si hoy tuviéramos una respuesta a las propuestas que hemos hecho al gobierno federal, podríamos contar con fondos para hacerlo más rápidamente, pero si no se diera, con recursos de la provincia” se iniciarán los planes de “autoconstrucción” cuando bajen las aguas, afirmó.Los fuertes temporales de lluvia que se iniciaron a mediados de febrero causaron nueve muertos, en tanto que la creciente de los ríos arrasó con viviendas e infraestructuras como puentes, rutas, acueductos y tendido eléctrico.Las localidades más comprometidas eran Balnearia, en el noreste, e Idiazábal, en el sureste, que quedaron completamente bajo el agua y se habían convertido en pueblos fantasmas, con dos metros de agua en los cascos urbanos.Balnearia, próxima a la laguna Mar Chiquita, se encontraba “entera bajo el agua” por lo que había “muchísimos evacuados” y ayer continuaba “saliendo agua de los campos que va hacia allá”, manifestó.Idiazábal, próxima a Bell Ville, vive “una tragedia”, dijo, ya que “todos los vecinos” estaban siendo trasladados a la vecina localidad de Ordóñez, “pero también empezó a inundarse”, de forma tal estaban siendo llevados a La Laguna, también en la misma zona.Santa FeAunque la lluvia se detuvo, el panorama en los barrios del norte de esta capital y en pueblos y ciudades del centro-oeste sigue siendo crítico. El agua acumulada no descendió y hay unas 1.100 personas evacuadas en 17 localidades. A ello se agregó una noche conflictiva desde la seguridad pública, con el saqueo a un supermercado del norte de la ciudad. Alrededor de 40 personas ingresaron y se llevaron toda la carne de los exhibidores y bebidas alcohólicas. La policía, alertada por los vecinos, detuvo a una decena de saqueadores. Tras dos jornadas de paro docente, ayer se inició el período lectivo en establecimientos públicos y privados, con la excepción de aquellos que se encuentran en zonas inundadas. También comenzaron a normalizarse los servicios de taxis, remises y colectivos. El intendente capitalino, José Corral, admitió que el agua permanece en la zona donde no hay infraestructura hídrica. “Recordemos que en el 2007, con un milimetraje similar, hubo de 29.000 evacuados. No es lo mismo 29.000 evacuados que 500 y que esta gente esté casi dos meses en refugios a que lo haga durante algunos días”, subrayó. Ayer, en conferencia de prensa, el secretario de Protección Civil santafecino, Marcos Escajadillo, dijo que el total de evacuados es de 1.142 y que hay 17 pueblos y ciudades con anegamientos. Los relatos de los damnificados coinciden en señalar que aún sin nuevas lluvias, sus viviendas permanecerán anegadas por lo menos hasta el fin de semana, con el riesgo sanitario que ello supone, en una zona donde no existe sistema de cloacas y los pozos sépticos están desbordados por la elevación de las napas freáticas. El panorama sigue sin demasiadas variantes en el corredor al norte de la ciudad capital. Hay enormes pérdidas en el cordón frutihortícola. En mil hectáreas se considera perdida la siembra de verduras de hoja, por lo que se prevé un alza de precios en el mercado ya que esos productos deberán ser reemplazados por otros provenientes de diferentes zonas del país. En el interior, la zona más castigada es la que conforman los departamentos La Capital, Las Colonias y Castellanos (franja centro-oeste), pero hay pueblos de los departamentos 9 de Julio, Vera y Garay, aislados por anegamientos de los caminos de acceso. TrágicoUna persona murió aplastada en medio de las fuertes lluvias, en tanto que unas 1.400 personas permanecen evacuadas y se mantenía el alerta por la creciente que presentaba el río Dulce.La gobernadora Claudia Ledesma decretó la emergencia y desastre agropecuario para los productores de la zona sur, cuyos campos están afectados por las inundaciones desde hace semanas.Bonifacio Leguizamón, de 78 años, se convirtió en la primera víctima mortal de los temporales que afectan al sur de Santiago del Estero y ayer se extendieron a la capital y La Banda. Murió al derrumbarse el techo de su vivienda en el paraje Barranca Colorada, 130 kilómetros al sudeste de Santiago del Estero. El jubilado vivía solo y fue hallado por policías y bomberos que recorrían la región para asistir a los damnificados por los temporales.Tras las torrenciales lluvias del martes, en la capital permanecían evacuadas un centenar de personas, de las 400 que habían tenido que abandonar sus casas.Ayer mejoraron las condiciones meteorológicas y las aguas comenzaron a bajar por lo que muchos pudieron retornar a sus viviendas, mientras seguían las complicaciones en barrios con calles de tierra y zonas marginales, como Santa Rosa de Lima e Islas Malvinas, informaron fuentes policiales.Las clases, que habían sido suspendidas, se normalizaron ayer en todas las escuelas, con excepción de las destinadas a alojar a los damnificados y otras dos dañadas por el agua.





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