POSADAS. Néstor Garnica es uno de los músicos más reconocidos de los últimos tiempos y está presentando su flamante producción “Lunita del violinero”. El CD reúne obras propias, de Bebe Ponti, Horacio Banegas, Juan Carlos Carabajal y Chingolo Suárez, entre otros. Presentará “La fiesta del violinero” en Ciudad Cultural Konex, para luego salir a mostrarlo en todo el país. Resume los cien años de Sixto Palavecino en su repertorio. Tenía doce años cuando a iba al “Alero quichua” de don Sixto Palavecino a tocar chacareras y canciones de Horacio Guarany. Con 20 años gana como solista instrumental en el Festival de La Cumbre (Córdoba) y en los 90 es revelación del Festival de Cosquín y en el 2004 Consagración. También lo consagran los festivales de La Salamanca y el de Jesús María.En 1993 recorre Chile, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Brasil, México, Cuba y Perú en 1994 fue becado por la Universidad Nacional de Tucumán para viajar a Alemania donde recorrió diversas ciudades tales como Dusseldorf, Colonia y Bonn. Luego siguió perfeccionándose en Holanda en el Conservatario de Rotterdam. Visitó diferentes países de Europa integrando grupos de distintos géneros y estilos musicales. Grabó y tocó con artistas como Los Manseros Santiagueños a Los Auténticos Decadentes. Desde hace quince años lleva adelante “La fiesta del violinero” celebra los 100 años del patriarca del folklore: Sixto Palavecino 31 de marzo de 1915 – Santiago del Estero, 24 de abril de 2009). Sixto, al igual que el misionero Francisco Solano y el mismo Néstor Garnica supo sacarle al violín la alegría del pueblo y transformar así los encuentros en una verdadera “fiesta del violinero”. Cuentan que San Francisco Solano llega a Santiago del Estero, contempla a unos sonoros pajarillos cuyos coloridos plumajes salpican el aire de la árida madre de ciudades. Se pone al hombro el violín que lleva consigo y empieza a acompañar con el arco y las cuerdas la armonía y la alegría de la naturaleza. A los minutos docenas de indios lo rodeaban imitando aquel sonido y aquel movimiento. El misionero había nacido en marzo, trescientos años después nace -también en marzo- en Santa Cecilia, Barranqueras, Santiago, un violín salamanquero, que atrapa en el silencio de la siesta las manos de un niño llamado Sixto Palavecino.





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