PARAJE BARBACUÁ, San Antonio. Con casi 50 alumnos, hijos de familias de pequeños productores, el aula satélite de la Escuela 325, dada su ubicación, es la única posibilidad de acceso al estudio que tienen los chicos de este paraje. Fue construida por los padres de la comunidad hace ya quince años y desde entonces vienen gestionando para que el Estado acerque infraestructura y docentes. Durante 2013, en plena campaña electoral, el fuego arrasó el Nivel Inicial y los padres atribuyeron el incendio al desgaste de los materiales. La desgraciada noticia fue difundida por diversos medios provinciales y el ministro Luis Jacobo, rápido de reflejos, desembarcó casi inmediatamente en el paraje para prometer la inmediata construcción de una nueva aula para poder albergar a los niños. El problema es que esa promesa no se cumplió. “Jacobo estuvo acá enseguida del incendio y nos dijo que nos quedáramos tranquilos, que antes del inicio del año siguiente íbamos a tener el aula hecha. En ese momento confiamos en él, había venido hasta la picada, cosa que nunca nadie había hecho”, recordó una de las madres, Rosa Suárez, “pero nunca más volvió y del aula, ni noticias: la promesa se fue con él”.Lucha de los padres Ya a fines de 2014, los padres, cansados de esperar, decidieron tomar la escuela y no mandar a los chicos a clase hasta que les restituyan el cargo docente que se habían llevado y se cumpla el compromiso de la construcción edilicia. Se acercaron hasta la escuela funcionarios del Ministerio y se firmó un acta compromiso donde, entre otras cosas se acordó la restitución del cargo, la construcción del aula y un pozo perforado pues la escuela consume el agua de una chacra que dista mil metros y la provisión es discontinua e irregular. “En el acta que firmamos el año pasado figura que para este comienzo de clases íbamos a tener el aula hecha y un pozo perforado, otra vez confiamos en la palabra de los funcionarios y otra vez nos engañaron”, resumió uno de los padres.No inicio de clases“Estamos cansados, hace años que esperamos las aulas y no hacen nada. Además, volvió el docente que estaba de licencia y que en su momento pedimos que se vaya porque nunca venía a dar clases y cuando venía, lo hacía tarde y se iba antes, un irresponsable total. El año pasado firmamos un acta donde constaba que para el inicio de clases íbamos a tener la parte edilicia lista y no se hizo nada, ni siquiera trajeron los materiales, nadie se acercó”, indicó el presidente de la comisión de padres, Julián Mendoza.Por ello, “decidimos en asamblea no mandar los chicos a clase hasta tanto no se solucionen el problema docente y el edilicio”, explicó.Uno de los padres fundadores del establecimiento educativo, Sergio de la Cerda, relató que “desde hace quince años nos vienen mintiendo, estamos ‘pichados’. Varias veces fuimos a Posadas, al Consejo General de Educación (CGE), pero sólo nos prometen y nos mienten, recién el año pasado conseguimos unas sillitas que tuvo que ir a buscar haciendo dedo el maestro suplente. Estamos abandonados, no tenemos camino, no tenemos escuela, hay más de 40 chicos que toman clase en un aulita de seis por siete metros. Es inhumano que los chicos estén así”.“Necesitamos que miren para la colonia”Los más chiquitos, para ir a clases, deben cruzar y caminar 50 metros hasta la capilla, que es donde asisten desde que se incendió su aula. “Es una vergüenza, desde 2013 estamos esperando que el ministro cumpla su promesa. ¿Cómo puede ser que demoren tanto? ¿Cómo puede ser que una escuela con casi 50 alumnos no tenga agua y tenga que traerla desde mil metros con manguera, atravesando potreros y prestada de una chacra? Quisiera que alguna autoridad me responda a estas preguntas”, inquirió Rosa Souza Duarte. Advirtió además que “no nos gusta que nuestros hijos no empiecen las clases, pero si no hacemos esto, ni miran para la colonia, es la única forma que tenemos para que nos presten atención y cumplan sus compromisos; por eso decidimos que hasta que haya solución no empezarán las clases”. Los padres, luego de la asamblea en la que decidieron el no inicio del curso, firmaron un acta que fue elevada a la directora para que siga los canales institucionales. Mientras tanto, hasta que el Gobierno cumpla sus compromisos, los niños seguirán perdiendo días de clases. La asamblea de padres tuvo lugar afuera de la escuela y en ella participó la mayoría de las familias de los alumnos. Los papás están muy desanimados por la ausencia del Estado en la educación de sus hijos. “No queremos que ellos pierdan días de clases, pero ¿qué otra cosa podemos hacer para llamar la atención de los funcionarios provinciales? Nuestros hijos no pueden seguir estudiando en tan malas condiciones”, argumentaron.





Discussion about this post