POSADAS. Un joven empleado de un maxikiosco se llevó el susto de su vida al ser asaltado por al menos dos delincuentes armados, quienes lo encañonaron para robar alrededor de 9 mil pesos del comercio que atendía en la madrugada posadeña.El episodio tuvo lugar alrededor de las 3.30 en “Coco”, emplazado sobre avenida Francisco de Haro y Bermúdez, desde donde los asaltantes escaparon a bordo de un VW Gol bordó junto a dos cómplices.“Lo importante es que al muchacho no le pasó nada, más allá de la bronca que uno puede tener porque se llevaron en segundos lo que a uno le costó ganar con tanto esfuerzo”, le dijo ayer por la mañana a PRIMERA EDICIÓN el propietario del comercio, Walter Flores (32), en alusión a la víctima.El entrevistado vive frente al negocio y en la madrugada de ayer se disponía a descansar cuando escuchó desde lejos a uno de sus empleados. “¡Me asaltaron! ¡Me asaltaron!”, fueron los gritos que le cortaron el sueño.“Llegué acá y estaba todo desparramado. Ahí me contó que eran dos hombres armados, uno con una pistola nueve milímetros y otro con un revólver”, rememoró Flores sobre el testimonio que le brindó la víctima, aún shockeada por la pesadilla.Según el joven, uno de los ladrones quedó de “campana” en la puerta mientras el otro entró y simuló ser un cliente. “Hizo como que iba a sacar una gaseosa, pero ahí nomás extrajo el arma y se metió detrás del mostrador, donde estaba el muchacho”, relató Walter. El maleante encontró ahí lo que buscaba, alrededor de 9.000 pesos de la recaudación del fin de semana que Flores, por esas cosas del destino, decidió dejar en el comercio. “Siempre retiro el dinero para que no quede acá, pero justo lo dejé y pasó esto”, admitió.Con el botín en sus manos, los ladrones regresaron al automóvil, donde los esperaban otros dos delincuentes, y aceleraron hasta perderse en la noche.“El que estaba en la puerta era morocho, flaco y alto. El otro era más petiso y retacón”, reveló Walter, quien además arrojó otro dato aportado por la víctima que hiela la sangre: “Al parecer, el que quedó de ‘campana’ estaba así como drogado”. Así, de milagro el hecho no pasó a mayores.Otro punto de interés para los investigadores tiene que ver con que el mismo maleante aparentemente habría llegado al maxikiosco para comprar cigarrillos apenas diez minutos antes del asalto. Eso indicaría que hicieron una suerte de “inteligencia” antes de cometer el golpe.Flores contó que abrió las puertas del negocio hace siete meses y que el de ayer fue su “bautismo de fuego” en cuanto a la delincuencia. “Te quedás con un sabor amargo porque no podemos hacer mucho. No se puede cerrar de noche porque los números no dan, pero vamos a tomar algunas medidas”, reconoció Flores.Efectivos de la comisaría seccional Tercera y de la Unidad Regional I trabajaban anoche en la búsqueda de los malvivientes. Al respecto, los investigadores confeccionaban un identikit.





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