POSADAS. Stefanía Vier es una joven de Montecarlo que desde niña difundió la donación de órganos. Pero, ahora, es ella quien necesita un trasplante de corazón para continuar con su vida. Los 21 años de Stefy (como la llaman sus seres queridos) no fueron fáciles, ya que a sólo diez días de su nacimiento tuvo que ser intervenida por una insuficiencia cardiopática por disfunción ventricular, porque nació con las dos aurículas comunicadas y un solo ventrículo. Pero no fue la única cirugía. Las operaciones se repitieron dos veces más: al año y medio de vida y a los seis años, cuando le realizaron el implante de una válvula de un donante para que su corazón funcione de manera correcta. “Todas las operaciones se realizaron en el hospital Garrahan de Buenos Aires, porque nació con una cardiopatía e inmediatamente fue derivada por los médicos”, contó su papá del corazón, Alfredo Friedrich, quien visitó la redacción de PRIMERA EDICIÓN.En octubre del año pasado, mientras terminaba de cursar su carrera terciaria en el Instituto Alas y Raíces, Stefy se descompensó en clases y tras ser trasladada a un sanatorio privado local, fue derivada a Buenos Aires. “Primero fuimos al Garrahan, porque allí estaban los médicos que la trataron toda la vida. Pero, por su edad, debió ser trasladada al hospital Favaloro. Y el pasado viernes nos avisaron que entró en la lista de emergencia nacional. Stefy está siempre con una sonrisa y sabe que hay gente que la acompaña con una oración y la apoyan”, contó Alfredo, quien recordó cómo fue el día que le comunicaron, junto a la madre Claudia Acosta, que la joven necesitaba un trasplante: “Primero se puso un poco triste, empezó a llorar y ahí recién habló. Nos dijo: ‘lloro de alegría, porque este sistema de vida que tengo ahora no quiero. Quiero estar bien, disfrutar, terminar mi estudio, hacer lo que considere bueno, ayudar a las personas, pero no estar así que no puedo caminar ni a la esquina’”. La respuesta de Stefy no sorprendió a los padres, quienes ya sabían de su fortaleza y eso “a pesar de que a nosotros nos entristeció porque sabemos el riesgo que corre, nos hizo más fuerte”, dijo el hombre, quien reconoció que “a veces la mamá se pone mal, pero ella enseguida le levanta el ánimo”. En lista de espera del IncucaiStefanía hoy en día forma parte de la lista de emergencia nacional de trasplantes del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablaciones e Implantes (Incucai), a la espera de recibir la donación de un corazón.Pero sabe que no está sola. Cuando se conoció la noticia, sus amigos armaron una página en Facebook (“Un Corazón para Stefanía”) que hoy tiene cerca de cuatro mil seguidores, donde todos le envían mensajes de afecto y esperanza. “Ella lee y contesta cada uno de los mensajes que le mandan y sólo tenemos palabras de agradecimiento para la multitud que la acompaña en esta difícil batalla como a toda la familia”, resaltó Friedrich. “Ella está muy feliz, sabe que el corazón va a llegar”, aseguró. En tanto, sobre la joven, el papá del corazón contó: “Stefy es una mujer que siempre hizo muchísima promoción para difundir la donación de órganos. Desde chiquita que todos sus trabajos para la escuela eran sobre este tema. En Montecarlo todos saben que ella siempre luchó por esta causa. Por eso nosotros queremos que la sociedad tome conciencia que donar órganos salva vidas. Es difícil, pero si una persona se va, sus órganos pueden salvar a otros”, cerró Fredy.





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