EL SOBERBIO. El violento asalto a la sucursal del banco Macro en esta localidad, el lunes por la mañana, dejó una conclusión irrefutable: los asaltantes estaban decididos a matar y de hecho mataron. La gente continuaba anoche visiblemente consternada, conmovida y hasta shockeada; por las características del hecho en sí pero, sobre todo, por esa sensación amarga de haber estado tan cerca de la muerte. Falleció una persona pero pudieron haber sido dos, diez o veinte. La historia pudo haber terminado en una masacre, en una matanza, y ése, justamente, es el motivo de la angustia y la desazón de toda una comunidad que ahora se siente desamparada, desvelada, desnuda.Y no es para menos: ahora sí se siente la sensación de que la muerte puede tocar a la puerta de cualquiera.Los criminales, de nacionalidad brasileña, de los cuales cuatro fueron arrestados el mismo lunes en el vecino país, a unos diez kilómetros de la frontera argentina, no sólo amenazaron con matar: mataron sin piedad.La víctima fatal fue el cabo primero Roberto Omar Ballesteros, de 35 años, quien dejó en vida a una esposa y una pequeña hija que deberá crecer sin su padre. La autopsia y los peritos en balística determinaron que, por la posición en que ingresó el proyectil, Ballesteros fue literalmente ejecutado.El balazo fue a traición, por la espalda, de arriba hacia abajo, cuando la víctima se encontraba indefensa y sin oponer resistencia.Ballesteros fue la única víctima fatal, pero pudieron haber sido muchos más. De hecho, un gendarme salvó su vida de milagro. Si hubiera estado un centímetro más a un costado de su posición original, un disparo le hubiera destrozado el cráneo.Sin embargo, pasó de refilón y se zafó, aunque debió ser internado en el hospital Samic de Oberá.Como publicara este diario en su edición de ayer, cuatro sospechosos fueron arrestados en la localidad brasileña de Tiradentes do Sul, a unos diez kilómetros de la frontera argentina.Al parecer, son de Porto Alegre, Miraguaí, Tiradentes de Sol y Porto Soberbo, frente a la localidad misionera de El Soberbio. Denuncian carencias de equipamientoLa Mesa de Diálogo de la Policía manifestó su pesar por el fallecimiento de un camarada y al respecto solicitaron al Gobierno el mejoramiento en la distribución de equipamientos para los efectivos policiales. No sólo entrega de armas para los ingresantes a la fuerza, sino también chalecos antibalas. En ese sentido, uno de los representantes de la citada Mesa, Claudio Cáceres, opinó con respecto al caso de El Soberbio que “nos toca de cerca porque hace dos años, a través de un delegado, denunciamos que personal de la comisaría de esa localidad trabajaba sin armas. En aquella oportunidad eran cinco policías que no tenían pistolas. Por lo general no tienen armas los ingresantes a la fuerza”. “A ellos nosotros les gestionamos, hasta que al fin se les consiguieron las armas”, afirmó. “Eso es lo que nos deja pensando que en muchos lugares del interior hay carencias. A esto se agrega el problema de movilidad, ya que el Gobierno compra móviles, los entrega, pero después se vuelve complicado el mantenimiento, más para las comisarías alejadas. Las agencias concesionarias cubren hasta la garantía, es ahí donde comienza el problema, porque a partir de ahí la Policía tiene que encargarse del mantenimiento de las unidades”, explicó. “Se cerraron los ‘grifos’ desde el Gobierno. Desde que a nosotros nos incrementaron los salarios, el presupuesto destinado a la seguridad está abocado exclusivamente a los sueldos. No se compran los elementos de seguridad para el personal”, lamentó y aclaró que “no es problema de la Jefatura de Policía, sino del Gobierno, es responsabilidad del ministro (de Gobierno) y del Gobernador”. “Hace tiempo que no se entregan uniformes a la Policía y menos aún chalecos, como por ejemplo el de este muchacho (en referencia a Roberto Ballesteros, quien fue asesinado en El Soberbio), o si se entregan, son pocos. Nosotros gestionamos ante el jefe de Policía, entendemos que él debe pedir al Gobierno, pero son elementos que lamentablemente nunca llegan”, concluyó el portavoz de la Mesa de Enlace policial. Los mecanismos para las extradicionesNi bien se supo del feroz asalto al banco Macro de El Soberbio y del asesinato del cabo primero Roberto Omar Ballesteros, la Policía de Misiones se puso en contacto con sus pares de Brasil para obstruir la fuga de los asaltantes y proceder a la detención de los temibles homicidas.Eso permitió la captura de cuatro sospechosos en la localidad brasileña de Tiradentes do Sul, de donde es oriundo uno de ellos. Los detenidos fueron trasladados, la misma noche del asalto, a la ciudad de Santo Angelo, distante a unos cien kilómetros de la frontera argentina.Ayer, en una comunicación telefónica con Radio República, el subsecretario de Seguridad de la provincia, el abogado Julio Lenzken, explicó que la jueza que interviene en la causa, Alba Kunzmann de Gauchat, deberá iniciar las gestiones para lograr la extradición de estos cuatro detenidos y de todos aquellos que sean aprehendidos en el vecino país en averiguación del hecho.Deberá hacerlo a través del Superior Tribunal de Justicia de Misiones (STJ) y vía Cancillería argentina, con Brasilia.Ambos países tienen vigente un convenio de colaboración y mutuo entendimiento en la materia, por lo que resta determinar cuánto tiempo puede demorar el trámite y el traslado de los criminales a la Argentina.La situación de los sospechosos es comprometida. En poder de ellos se encontró la pistola High Power nueve milímetros perteneciente al subcomisario José Espinoza, jefe de la comisaría de El Soberbio, quien fue reducido y desarmado durante el atraco a la sucursal bancaria, indicaron las fuentes.





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