Jorge Antonio Cafrune Herrera nació en la finca “La Matilde” de El Sunchal, cerca de Perico del Carmen (Jujuy), en el seno de una familia argentina jujeña de típicas costumbres gauchescas y antepasados de orígenes en Siria y el Líbano. Por tanto fue “El Turco” tal y como llamaban a su padre… “El Turco”. A EuropaEn 1960 fue convocado para integrar delegaciones artísticas argentinas que visitaron Estados Unidos y España. El éxito fue fabuloso, y Cafrune se radicó allí por varios años. Retornó en 1977, eran tiempos difíciles para la Argentina. A diferencia de otros artistas, exiliados frente a las prohibiciones, Cafrune -reconocido peronista- se quedó para seguir cantando y opinando. Zamba de mi esperanzaAsí, en el festival de Cosquín de enero de 1978 cuando su público le pidió una canción prohibida, Zamba de mi esperanza, Cafrune accedió aclarando que “aunque no está en el repertorio autorizado, si mi pueblo me la pide, la voy a cantar”. Según testimonio de Teresa Celia Meschiati eso “fue demasiado para los militares”, y en el tristemente célebre centro de concentración clandestino cordobés de La Perla, el entonces teniente primero Carlos Enrique Villanueva opinó que “había que matarlo para prevenir a los otros”.El 31 de enero de 1978, a modo de homenaje a José de San Martín, Cafrune emprendió una travesía a caballo para llevar a Yapeyú, lugar de nacimiento del libertador, tierra de Boulogne-sur-Mer, lugar de su fallecimiento. Esa noche, a poco de salir, fue embestido a la altura de Benavídez por un rastrojero (camioneta) conducida por un joven de 19 o 20 años, Héctor Emilio Díaz. Cafrune falleció ese mismo día a la medianoche. Si bien se cree que se habría tratado de un asesinato planificado por parte de la dictadura militar, el hecho nunca fue esclarecido completamente y quedó sólo como un accidente.





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