POSADAS. Alrededor de cuatro viveristas de Montecarlo han recurrido a los créditos que otorgó el Estado para poder continuar con la elaboración y comercialización de plantines citrícolas, acordes a la Resolución 930 del 14 de diciembre de 2009, que establece la obligatoriedad de producción de material de propagación cítrico bajo cubierta. Pero antes de ser asistidos con estos créditos, los viveristas debieron sufrir la pérdida de alrededor de 50 mil plantines en sus establecimientos. “Había seis viveros cítricos que no cumplían con las normas y a fines de noviembre nosotros hicimos una destrucción voluntaria de esos seis viveros. Se destruyeron alrededor de 51 mil plantas”, confirmó Carlos Benzo, titular de la Oficina de Coordinación del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) Misiones – Corrientes. De acuerdo a lo expresado por el funcionario del organismo sanitario “actualmente son quince viveros en la zona, pero ya están trabajando en regla. De todas maneras de esos seis destruidos, van a afectar un crédito del Gobierno provincial para construir un vivero que esté de acuerdo a la normativa vigente, pero para eso tuvieron que destruir todas las plantas que estaban en infracción que es lo que hicimos en noviembre del año pasado”. “Se trata de créditos que cuentan con dos años de gracia con una devolución que establece que el 50% deberá ser devuelto en efectivo. Se podían elegir los montos (que oscilan entre 80 mil pesos aproximadamente)”, contó a PRIMERA EDICIÓN Martha, una productora viverista de Montecarlo.A su vez, Benzo hizo hincapié en el compromiso que asumieron los viveristas para ajustarse con la normativa de la resolución 930 de diciembre del 2009. “Este proceso fue determinante para los viveristas de Montecarlo porque la producción y comercialización es muy grande y estos seis productores que estaban por percibir los créditos del Gobierno provincial para trabajar con un vivero acorde a las normativas, son los que podrán seguir operando con total normalidad, pero conscientes de la importancia de este paso” dijo. Cabe recordar que mediante la Resolución165 del Senasa se estableció la condición de las diferentes áreas geográficas respecto a la enfermedad y a la presencia de su insecto vector, Diaphorina citri y reguló el tránsito de fruta fresca y materiales de propagación. En el Alto ParanáSi bien el grueso de la producción se halla actualmente en Montecarlo, según lo dicho por Benzo, el resto de la actividad está distribuida por Eldorado, El Alcázar, Cruce San José y otras localidades lindantes. Según el Senasa, desde el año 2005 los organismos dependientes del Ministerio de Agricultura de la Nación se encuentran trabajando en la prevención del ingreso y distribución del HLB en el territorio argentino.En ese sentido Benzo agregó que en Misiones “en general no tenemos mayores problemas, estamos trabajando con el Gobierno provincial siempre en conjunto, para resolver las problemáticas que se van dando y el único inconveniente que había era esto, pero ya está solucionado”. Según un informe del IntaJuan Pedro Agostini, referente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) ante el “Programa de Prevención contra el HLB”, expuso en un extenso informe, que se trata de una enfermedad ancestral de los árboles cítricos que se conoce en China desde el año 1870, aunque recién en 1956 Lin Kung Hsiang de la Universidad de Guangzhou (China), fue el primero en demostrar que se producía debido a un agente infeccioso. Denominó a ese mal con el nombre usado por los agricultores: Huanglongbing (HLB) o enfermedad del brote amarillo.El HLB se distribuyó por varios países productores de cítricos de Asia y, posteriormente, fue detectado en el continente africano constituyéndose en una de las enfermedades más serias en citrus (fue la causa de la desaparición de varias regiones productoras de naranjas y mandarinas de ese continente). Esta enfermedad tiene un vector el cual es un psílido Diaphorina citri que la transmite desde árboles enfermos a árboles sanos, y a otros hospederos alternativos. El control del HLB es preventivo y está basado en dos principios fitopatológicos perfectamente establecidos: control del insecto vector, y la erradicación de las fuentes de inóculo de C. liberibacter sobre las cuales el insecto vector se infecta, tanto en plantas cítricas como en los hospederos alternativos.





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