PARÍS, Francia (Agencias y diarios digitales). Las fuerzas de élite francesas continuaban anoche tras los dos sospechosos del brutal ataque contra el semanario Charlie Hebdo.Los hermanos Cherif y Said Kouachi, de 32 y 34 años, fueron reconocidos la mañana de ayer por el encargado de una estación de servicios al sur de Villers-Cotterêts (85 kilómetros al noreste de París), situada en la región de Picardía. Estaban “encapuchados y armados con kalashnikovs y lanzacohetes a la vista”, señaló el testigo. Pero pese a los esfuerzos desplegados por la policía, ambos seguían prófugos al caer la noche. Los helicópteros sobrevolaron la zona y las unidades de élite del Raid (policía) por un lado y del GIGN (gendarmería) por otro rastrillaron el área buscando a los dos hombres, uno de ellos un yihadista con antecedentes.El Gobierno galo declaró el estado de alerta máxima en la región de Picardía, medida que hasta entonces solamente concernía a la región parisina. Según las autoridades, hay nueve personas detenidas y están siendo interrogadas.El atentado contra el semanario satírico Charlie Hebdo, en el que murieron doce personas, entre ellos cinco de sus dibujantes, es el más mortífero cometido en Francia en casi medio siglo. Desde el miércoles por la tarde, varios lugares de culto musulmán fueron blanco de ataques en distintas ciudades de Francia, en aparentes actos de venganza por el atentado contra el semanario.Por otra parte, una policía murió y otra persona fue herida en un tiroteo que se produjo ayer por la mañana en la periferia sur de París, aunque la sección antiterrorista de la fiscalía capitalina no estableció un vínculo entre ambos actos.En tanto, los ministros del Interior europeos y norteamericanos se reunirán el domingo en París para coordinar la lucha contra el extremismo islámico, anunció ayer el ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve. “Aprendiz de perdedor”Cherif Kouachi (32) es un yihadista conocido por los servicios antiterroristas franceses, condenado por integrar una red de captación de combatientes para Irak, mientras que su hermano Said (34) pasaba inadvertido, aunque se supo que recibió entrenamiento por parte de la red terrorista Al Qaeda.Ambos estuvieron bajo el cuidado de los servicios sociales entre 1994 y 2000 en un centro educativo del centro de Francia. “Los servicios sociales de París nos confiaron a estos hermanos en 1994 porque vivían en una familia vulnerable”, explicó el jefe del servicio educativo del centro Patrick Fournier, quien afirmó que estaban “perfectamente integrados y nunca tuvieron problemas de conducta”. “Said logró un diploma de hotelería cuando estaba aquí y Cherif hizo un curso de electrotecnia”, agregó.Nacido el 28 de noviembre de 1982 en París, Cherif forma parte de la llamada “red de Buttes-Chaumont”, por el nombre de ese barrio de París. Bajo la autoridad del emir Farid Benyettu, esta red permitía mandar yihadistas a Irak para incorporarlos a la rama iraquí de Al Qaeda, dirigida entonces por Abu Musab al Zarkaui. Detenido poco antes de volar a Siria, fue juzgado en 2008 y condenado a tres años de cárcel, pero salió antes de completar la sentencia. En 2010 su nombre aparecía en un plan de fuga de la cárcel de un islamista llamado Smain Ait Ali Belkacem, condenado a cadena perpetua por un atentado que dejó 30 heridos en París en octubre de 1995. Inculpado en este caso, Cherif fue sobreseído.Sobre él también pesaba la sospecha de ser un allegado a otra figura del Islam radical francés, Djamel Beghal, que purgó diez años de cárcel por atentados. Tras ser juzgado por este caso, Cherif también fue sobreseído. No obstante, una fuente cercana al caso recalcó que permaneció “bajo la influencia” de Beghal. Para el investigador Jean-Pierre Filiu, Cherif tiene vínculos con el Estado Islámico (EI), que controla parte de Siria e Irak.Era un fan de rap, como lo muestra un video de 2004 difundido por la televisión francesa. “Era un aprendiz de perdedor, un chico de los recados con una gorra, que fumaba hachís y llevaba pizzas para comprar drogas. Un chico despistado que no sabía qué hacer con su vida, y que un día se encontró con gente que le hizo sentir importante”, describió su antiguo abogado, Vincent Ollivier.Su hermano Said, nacido el 7 de septiembre de 1980 en París, también es de nacionalidad francesa de origen argelino. Fuentes militares antiterroristas aseguraron anoche a la cadena de noticias estadounidense NBC que el joven recibió entrenamiento militar durante varios meses en Yemen por parte de la red Al Qaeda.Paradójicamente los hermanos Kouachi estaban siendo monitoreados por la policía francesa, pero “nada hizo suponer que cometerían un hecho de tal magnitud”, señalaron las autoridades.En cuanto a Mourad Hamyd (18) el presunto cómplice de los dos hermanos que se entregó la noche del miércoles, resultó ser cuñado de Cherif. Hamyd decidió presentarse al saberse implicado por la policía el mismo día del atentado. Internautas que se presentaron como sus compañeros tuitearon que él se encontraba con ellos en el momento del ataque. Ayer quedó en libertad sin cargos.Una lenta venganzaEl ataque al semanario es una muestra de que los islamistas radicales no olvidaron a la irreverente revista que publicó en 2006 las caricaturas de Mahoma.Desde hace casi nueve años el semanario satírico está amenazado por los islamistas radicales. Su redacción fue incendiada en 2011, su director estaba amenazado y desde hace meses los yihadistas y responsables islamistas piden que voluntarios pasen a la acción contra Francia.Desde fines de septiembre Francia participa en los bombardeos de la coalición internacional contra el Estado Islámico en Irak y el presidente Francois Hollande estaría por enviar a la región del Golfo el portaaviones “Charles de Gaulle” para participar en las operaciones. En Africa, París lidera la lucha contra el terrorismo con un dispositivo de 3.000 militares desplegados en cinco países. “Es evidente que desde la primera publicación de las caricaturas de Mahoma, Charlie se convirtió en un símbolo, en un objetivo”, dijo Louis Caprioli, exjefe de la agencia antiterrorista francesa, la DST. “La elección de este objetivo está repleta de símbolos: se apunta a los laicos, que osaron burlarse del profeta”, agregó.Los expertos coinciden en que los terroristas islamistas no se olvidan
jamás de su objetivo. Como sucedió con las torres gemelas en Nueva York, objeto de un primer ataque en 1993, cuando estalló un camión bomba en el subsuelo del complejo y luego el fatal ataque del 11 de septiembre de 2001.En la esfera radical circulan listas de objetivos, siempre las mismos, y se alienta a aquellos que pueden alcanzarlos. “La pregunta ahora es saber si era una operación aislada o el comienzo de las operaciones ¿Está previsto un ciclo de ataques como fue el caso en París en los años 1980?”, se pregunta Caprioli. “Lo que es claro es que hay que hallar a los asesinos”, añadió. A fines de noviembre una serie de videos fueron publicados en Internet. En ellos se pudo ver a jóvenes franceses radicalizados que se unieron a las filas del Estado Islámico en Siria, exhortando a los candidatos a la yihad (guerra santa) a seguir su ejemplo o, en su defecto, a “matar a los infieles”, a sembrar la angustia y el terror.Esto dio pie a la inquietud de las autoridades que desde hace meses temían un ataque de este tipo, por uno o varios hombres, lo que las llevó a reforzar la vigilancia de los lugares públicos en ocasión de las fiestas de fin de año. Miedo y tristeza“No hay que tener miedo, no hay que darles la razón”. Al día siguiente del atentado contra el semanario satírico Charlie Hebdo, Francia, de duelo nacional, se detuvo para un minuto de silencio de homenaje a las víctimas. Unos minutos antes del mediodía, el grito de una mujer rompe el silencio de la multitud de cientos de personas reunidas delante de la catedral Notre Dame de París, ante decenas de periodistas del mundo entero. Muchos lloran o cierran los ojos, otros rezan, mientras turistas y parisinos hacen cola para asistir a la misa de homenaje a las víctimas.A raíz del atentado terrorista el presidente François Hollande declaró el jueves “día de duelo nacional”, una medida excepcional en Francia. En la estación ferroviaria parisina de Saint-Lazare, un mensaje llama al minuto de silencio antes de que suene una señal al mediodía. Cientos de personas dejan de caminar y permanecen quietas y calladas. Julie, de 37 años, dice estar “aterrada”. “Hay que permanecer unidos y salvar la libertad de expresión”, afirma la mujer, asistente de seguridad de la empresa de ferrocarriles.En la sede de Charlie Hebdo, cuya redacción fue diezmada por el ataque, los parisinos seguían aportando ayer ramos de flores y velas en señal de duelo y solidaridad. En la esquina de la calle Nicolas Appert, en la que está la sede del periódico, retratos de los dibujantes fallecidos Charb, Cabu, Wolinski y Tignous fueron colgados en la fachada del edificio.Delante de las fotos, se acumulaban coronas de flores, ramos de rosas y velas traídas por ciudadanos anónimos, e incluso un balón de rugby con la inscripción medio en inglés, medio en francés: “Never quit, they can’t win, vive la France” (“No renuncien nunca, ellos no vencerán, viva Francia”).Niños que se dirigían al colegio en este barrio del este de París, manifestaban su inquietud: ¿Ya fueron detenidos?”. “Hay que explicar lo que ha ocurrido, les decimos que hay malos que causaron daño, y que la policía va a detenerlos”, declara Hervé Roch, padre de dos niños de nueve y cuatro años.Rose e Inés, dos colegialas de trece años, dicen que tienen “miedo de pasar cerca de ahí”. Cuando llegan a la altura de la calle Nicolas Appert, donde tuvo lugar el drama desvían la mirada, asustadas. “No nos sentimos en seguridad”, dicen. “Los asesinos aún están en libertad”. Sarah, de doce años, expresa la misma angustia y no quería ir al colegio. Su madre decidió acompañarla excepcionalmente. “Es importante que vaya. No hay que tener miedo, no hay que darles la razón”, dice. En una guardería infantil del nordeste de París, vigilada por un policía, un cartel advierte “Manténganse vigilantes. Para la seguridad de los niños, controlen que la puerta está bien cerrada y no dejen entrar personas desconocidas”. “Hemos recibido consignas, pero si alguien viene con una ametralladora no podremos hacer gran cosa”, afirma la directora de una escuela preescolar del distrito XVII de París.En Nantes (oeste), un joven que lleva una camiseta con la inscripción “Yo soy Charlie”, lloraba ayer en la Plaza Real ante decenas de velas y flores dejadas junto a la fuente, junto con pancartas con la misma frase. Además del minuto de silencio, en el patio de honor de la Asamblea Nacional (Cámara baja del Parlamento) hubo una ceremonia para honrar a las víctimas. En las redes sociales aparecían llamados a una operación “velas en las ventanas”, como un “mensaje de paz y por la libertad”. Charlie Hebdo, emblema de la libertad, publicará un millón de ejemplaresLa revista satírica francesa Charlie Hebdo anunció ayer, tras la matanza que devastó su redacción, que publicará la semana próxima una edición de un millón de ejemplares, respaldada por otros medios que cerraron filas para apoyar al semanario convertido en emblema de la libertad de expresión.En toda Francia hubo manifestaciones espontáneas para repudiar el atentado, mientras que periodistas, responsables políticos y ciudadanos anónimos en las redes sociales reclamaron que Charlie Hebdo sobreviva enarbolando por todo el país carteles que proclaman “Je suis Charlie” (“Soy Charlie”). “Vamos a seguir, decidimos volver a salir la semana próxima. Estamos todos de acuerdo”, dijo Patrick Pelloux, uno de los cronistas sobrevivientes, que es además médico. “Lo vamos a hacer en casa, nos las vamos a arreglar”, agregó, precisando que actualmente no tenían acceso a los locales de la sede de Charlie Hebdo a causa de la investigación.Entre las doce víctimas del ataque al semanario fundado en 1970 y que se hizo famoso por su humor irreverente, figuran cinco dibujantes, Charb, de 47 años, Wolinski (80), Cabu (76), Tignous (57), Philippe Honoré (73), así como otros colaboradores incluyendo el economista francés Bernard Maris, hijo de republicanos españoles refugiados en Francia.“Es una situación muy dura, estamos todos con nuestra pena, nuestro dolor, nuestros miedos, pero lo vamos a hacer de todas formas, porque la estupidez no va a ganar. Charb (director de la publicación muerto en el atentado) siempre decía que la revista tenía que salir, cueste lo que cueste”, agregó el cronista.El equipo de Charlie Hebdo sostuvo una reunión ayer para hablar sobre el futuro del sema
nario, explicó a la AFP Gérard Biard, jefe de redacción de la revista satírica. Al término de la reunión, Pelloux confirmó a la AFP que Charlie Hebdo saldrá a la venta en los kioscos de Francia el próximo miércoles, con una tirada de un millón de ejemplares, contra los 60.000 de la última edición. “Será una edición de los sobrevivientes” de ocho páginas, dijo, en lugar de las 16 habituales, que comenzará a elaborarse a partir de hoy en los locales del diario Liberation.Desde el atentado, el semanario que padecía serias dificultades financieras recibió múltiples propuestas de respaldo, solicitudes de suscripción y donaciones. Una mayoría de medios franceses apoyó la iniciativa, incluyendo France Televisions, Radio Francia y Le Monde, a los que se sumaron RTL, Europe 1, JDD, Elle, la AFP, Le Parisien, LÉquipe, RFI, France 24, entre otros. La ministra de Justicia Christiane Taubira declaró a la radio France Info que “una ayuda pública para Charlie estaría justificada. No se puede concebir que desaparezca Charlie Hebdo”.Más tarde la ministra de Cultura, Fleur Pellerin, dijo que su departamento va a “desbloquear de urgencia” un millón de euros y que el Ejecutivo trabaja en un cambio legislativo para que la revista pueda recibir “ayudas”.Christophe Deloire, secretario general de Reporteros Sin Fronteras (RSF), dijo “lo único tranquilizador es hasta qué punto cientos de miles de personas consideran que defender la libertad de la prensa, es defender las libertades de todos”.





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