POSADAS. Andrés Sehnem (45) estaba en una parada de colectivos desde hacía varios minutos. Ya eran las 17 de ayer cuando observó que se acercaba un patrullero. Quizás ahí, en ese preciso momento, se dio cuenta de que nunca más abordaría el micro que esperaba y que le iba a permitir seguir escapando. Los uniformados descendieron del móvil y caminaron lentamente hacia el sospechoso para verificar que se trataba de él. Entonces Sehnem, quien a esa altura ya se había despojado de la moto en la que huyó, pero no del revólver calibre 22 que utilizó para matar a su expareja y herir a la hija, tomó otra drástica determinación: dejaría de seguir escapando y de enfrentarse a tiros con los efectivos como lo hizo horas antes. Miró desafiante a los cuatro policías que se le aproximaban y les dijo en tono amenazante que “no se acerquen”. Luego llevó el cañón del arma a su sien izquierda y pronunció sus últimas palabras: “No voy a ir preso, me muero por mi amor”. Y se descerrajó un tiro. Fue el epílogo de una trágica y lamentable historia que comenzó el lunes a la noche, a decenas de kilómetros de ese lugar. El comienzo del finSehnem fue durante veinte horas el hombre más buscado en la provincia. Estaba acusado de desatar el horror en la noche del lunes, cuando alrededor de las 21 llegó hasta el barrio Yacyretá de Posadas e irrumpió en la casa de Juana Alderete (52), con quien hasta hace algunas semanas había mantenido una relación amorosa. No tuvo piedad: mató a la mujer de un disparo en el rostro y tiró también contra la hija de la víctima, de 13 años, que se salvó de milagro. Motivos sentimentales. Esa es la principal hipótesis, tal como PRIMERA EDICIÓN anticipó en exclusiva en su edición de ayer. Los detectives no tienen dudas de que fue Sehnem y que lo hizo al enterarse de que Alderete tenía un nuevo amor, pese a que la relación entre ambos había acabado días atrás. Cegado al parecer por los celos, el sospechoso condujo una moto tipo cross de 125 centímetros cúbicos hasta la casa 15 de la manzana 12 del barrio Yacyretá (chacra 102, cerca de las avenidas Almirante Brown y Aguado) y sorprendió a Alderete, que se encontraba en la galería del inmueble. Siempre según la investigación que iniciaron efectivos de la comisaría seccional Sexta y que maneja el magistrado Marcelo Cardozo, al frente del Juzgado de Instrucción 1 de Posadas, una vez que Sehnem llegó a la escena primero golpeó a la mujer con el casco. Recién entonces extrajo un revólver con el que disparó al menos tres veces. Uno de esos proyectiles impactó sobre la ceja izquierda de Alderete, que cayó abatida. Otro tuvo como destino final el rostro de la hija de la dueña de casa, de 13 años, que había salido a ver qué sucedía. Surge de la reconstrucción de los investigadores que, consumado el crimen, Sehnem se subió a la moto y escapó a toda velocidad por las avenidas posadeñas hasta la ruta. Entonces puso proa rumbo a San José. El sospechoso salía de la ciudad cuando los uniformados recibieron el primer alerta. Efectivos de la Sexta llegaron de inmediato a la chacra 102 y confirmaron el hecho. Recabaron también los primeros testimonios que señalaban al presunto autor: un gomero de San José que últimamente cortejaba a la víctima fatal.Una fuga de películaSe inició así un operativo de proporciones que llevó a hombres de la UR-I, la UR-VII, Investigaciones y el GOE hasta la vivienda de Sehnem, emplazada a unos pocos metros del cruce de las rutas nacionales 14 y 105, a 50 kilómetros de Posadas. Los policías llegaron cerca de las 22.40, pero no fueron bien recibidos. Apenas se mostraron, desde el interior de la gomería partieron tres disparos, que quebraron el silencio de la noche. Los efectivos respondieron también jalando del gatillo. No hubo heridos, pero la situación fue aprovechada por Sehnem para escapar por la parte posterior del predio rumbo a un monte cercano. Jamás pensó que iban a encontrarlo: cuando los policías entraron, hallaron una mochila llena de ropa que el entonces prófugo no alcanzó a llevar, seguramente sorprendido mientras preparaba su escape. Los uniformados le siguieron la huella sin tregua. Tenían pistas firmes para suponer que Sehnem escapó en dirección al sur. Unos diez kilómetros antes de Cerro Azul, en el paraje La Sierrita y sobre la ruta nacional 14, finalmente lo ubicaron -gracias a un llamado anónimo que alertó de su presencia- y, cuando lo estaban por identificar, extrajo un arma y se quitó la vida. La menor se recupera en el hospitalLa hija de Alderete, de apenas trece años, se recuperaba anoche en el Hospital de Pediatría de Posadas, hasta donde fue trasladada de urgencia después de recibir un disparo en medio del feroz ataque.Según el último parte médico, la pequeña sufrió “lesión traumática en el hueso maxilar inferior”. El proyectil quedó alojado en el maxilar superior y, afortunadamente, sus órganos vitales no recibieron daños.En las últimas horas la víctima fue asistida por un especialista facial del Parque de la Salud, donde continuará internada a la espera de su evolución. Afortunadamente los médicos aseguraron que su situación no es grave y se encuentra fuera de peligro.“Está bien de salud, estable, lúcida y compensada”, le contó a PRIMERA EDICIÓN una fuente sanitaria, que agregó que ahora sólo “es cuestión de esperar” para que la menor reciba el alta.No obstante, más allá del estado de salud, la pequeña necesitará de contención, a sabiendas de que tanto ella como su hermano de 16 años se quedaron sin su madre tras el aberrante episodio. Esa es la herida que más preocupa y en la que también se ocupan los profesionales de la salud.





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