POSADAS. Carlos Osorio mira el techo de su casa del barrio 110 Viviendas de Garupá, o lo que queda de él, y de los nervios esboza una sonrisa, quizás porque en su cabeza pasan mil imágenes en un solo segundo, recordando el momento en que se desprendió parte de la pared que rodea al tanque de agua y traspasó el cielorraso hasta impactar en la cama de su suegra -discapacitada-, que hacía unos segundos la habían ayudado a levantarse.“Eran las cuatro de la mañana y nos despertamos con un ruido. La cenefa se empezó a mover y atrás estábamos atajando la pared de una ampliación, porque se movía todo como si fuera un tornado a raíz del viento, a punto de quebrarse. De pronto cayó un pedazo de la pared del tanque, se rompió el techo y sentimos cómo voló la chapa. Luego cayó otro pedazo de mampostería sobre la cama de mi suegra y del resto de la casa original, del Iprodha. Filtró agua por todos lados y quedamos así, a la intemperie”, detalló Osorio a PRIMERA EDICIÓN. “Vivo con mi señora, mi yerno, mi hija, mi suegra discapacitada y tres nietos de diez, ocho y cuatro años. Estamos sin luz y la lluvia nos mojó todas las cosas. Nadie vino, solamente los vecinos que se acercaron y nos ofrecieron colchones y una casa para llevar a mi suegra”.Quien pueda colaborar pueden llamar al 15-4-137275 (Marta Sosa, esposa de Carlos Osorio).




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