POSADAS. A la zona semi rural de Los Patitos se llega después de dejar atrás la capital de la provincia por un par de kilómetros. Es un lugar descampado con mucho verde y sin la contaminación sonora y visual tan característica de la gran ciudad. Allí viven vecinos desperdigados por grandes hectáreas donde crían animales de granja, como chanchos, caballos y gallinas. Los barrios lindantes son el San Isidro y el Néstor Kirchner, pero en un alrededor inmediato no hay vecinos a quienes recurrir. Este panorama es ideal para los “amigos de lo ajeno”, que tienen tiempo y lugar para hacer de las suyas. Así es que a un matrimonio de la zona le han robado más de 26 lechones y cuatro caballos, o al menos es esa la cantidad que recuerdan. “Siempre pasó esto, pero se incrementa durante las fiestas. También aumentó cuando se instaló el barrio San Isidro. Tenemos identificados quiénes son, pero cuando hacemos la denuncia, la Policía viene y nos toma un par de datos y se va. No investiga”, protestaron los vecinos a PRIMERA EDICIÓN, aunque no quisieron dar sus nombres ni mostrar sus caras porque dicen que tienen miedo. Cuando aseguran tener identificados a los delincuentes no lo dicen por decir: “En una ocasión, cuando se robaron los 26 lechones, se le cayó el documento en el corral a uno de ellos y lo llevamos hasta la Policía, era un tal Ruiz, pero ni así hicieron nada”, indicaron, aunque esa vez sí se hicieron allanamientos y se encontraron sólo las patas de los chanchos. Detuvieron a los responsables, pero al poco tiempo ya andaban por la calle. Para defenderse de lo que pasa, los vecinos de Los Patitos tienen armas y viven en casas con rejas hasta los techos. Por este lugar de la ciudad, la inseguridad es mucho más que una sensación. Es que, además, no sólo se roban a los animales. La semana pasada se llevaron la bomba de agua de una casa. “Pedimos que se investigue porque quienes roban ya tienen antecedentes de abigeato. Hacemos la denuncia, pero los policías dicen que no tienen orden del juez y no pueden hacer nada”, señalaron. Noches sin descansoAlgunos de los vecinos optan por no dormir durante la noche para proteger sus bienes. “Hay días en que los escuchamos desde temprano, porque andan con motos y sabemos quiénes son. Entonces nos quedamos despiertos y armados para que no se lleven lo que nos costó trabajo tener”, indicaron y agregaron que rompen los alambres para entrar y que muchas veces se llevan los chanchos después de darles un golpe en la cabeza y dormirlos, o si es una vaca las llevan a las rastras. “Después de eso las matan y venden la carne sin ninguna de las condiciones de salubridad. Es más, muchas veces comercializan carne equina como si fuese vacuna”, advirtieron. Otra familia aseveró que “cuando hacemos la denuncia, los policías nos preguntan si vimos a quienes nos roban. Pero no queremos acercarnos porque pueden ser peligrosos. Tenemos miedo”, finalizaron.





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